Elecciones 24-M
Aguirre y Cifuentes cortejan a Ciudadanos pensando en futuros pactos en Madrid
Pasadas las elecciones andaluzas, que el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, tomó como un asunto casi personal y se volcó al completo implicando también a la práctica totalidad de su Gobierno, los conservadores se preparan para las municipales y autonómicas del 24 de mayo. Debida la magnitud de la cita electoral –en España hay 17 comunidades autónomas y 8.116 ayuntamientos– Génova ha dado las directrices básicas y ahora son los candidatos y sus equipos los encargados de montar las campañas y adaptar a sus territorios los programas marco. Una de las comunidades en las que la maquinaria lleva más de dos semanas en marcha es Madrid, donde las candidatas a la Comunidad, Cristina Cifuentes, y al Ayuntamiento, Esperanza Aguirre, protagonizan actos de precampaña prácticamente a diario. Pese a las evidentes diferencias existentes entre ambas, hay algo en lo que sí coinciden: en mostrar sintonía con CiudadanosCiudadanos, el partido revelación de las elecciones andaluzas. Se trata de una estrategia que marca distancias con la hasta ahora desplegada por la dirección nacional del PP.
Ambas cabezas de lista han insistido en que salen a ganar. Pero no pasa inadvertido que en un momento en el que las encuestas alejan al PP de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, no debe desperdiciarse ningún escenario de futuro. "En el peor de los casos los vamos a necesitar a partir del 24 de mayo", valora un miembro de la dirección nacional del PP. ¿Y en el mejor? "En el mejor, se traslada la idea de que si hay similitudes con el PP, mejor votar al original que a la copia", responde la misma fuente.
Las fuentes del partido consultadas niegan que Aguirre y Cifuentes se hayan puesto de acuerdo para acercarse en sus declaraciones a Ciudadanos. De hecho, precisan que fue Cifuentes la primera que admitió abiertamente que no descartaba pactos con otras formaciones, entre otras la de Albert Rivera.
La delegada del Gobierno de Madrid, que, según el Ejecutivo, dejará este cargo a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, nunca ha ocultado que mantiene una buena relación personal con el líder de Ciudadanos. Y ha llegado a decir que "es una pena que Albert Rivera no esté en el PP". No obstante, sí ha señalado que discrepa de él en el hecho de que quiera subir los impuestos.
"Más que mirar lo que hace Ciudadanos tenemos que mirar lo que hacemos nosotros y qué propuestas tenemos nosotros, cómo vamos a mejorar la calidad de vida [de los ciudadanos]", sostuvo el jueves en una entrevista en el programa El HormigueroEl Hormiguero (Antena 3). Quienes la conocen ven en esta frase "una declaración de intenciones". Un retrato de cómo va a diseñar su campaña
"La gente está harta de escuchar a los partidos tirándose los trastos a la cabeza, del 'y tú más'. Albert y Cristina se parecen en la forma de hacer política. Un estilo, a veces alejado de ese al que nos tienen acostumbrados los máximos dirigentes del PP", añade una diputada del PP en la Asamblea de Madrid.
El pequeño giro de Aguirre
En su primera intervención ante los órganos de Gobierno del PP de Madrid poco después de ser proclamada candidata, la presidenta de los conservadores madrileños hizo un llamamiento a los suyos a denunciar las “incongruencias y falta de madurez” de Ciudadanos. En este sentido, criticó que el candidato de Albert Rivera a la Comunidad, Ignacio Aguado, se declare liberal mientras propugna la restauración del Impuesto de Sucesiones en la región.
Pero en la última semana, ha matizado las críticas llegando a decir que le gustaría "muchísimo" que Ciudadanos estuviera en el PP. En una entrevista en Onda Cero, la presidenta del PP de Madrid lamentó que ahora, a diferencia de hace unos años, los partidos ubicados ideológicamente a la derecha de la izquierda se hayan multiplicado. "Ahora hay nuevos proyectos y me gustaría que todos volviéramos a converger en ese gran partido abierto a todos los que no se sienten de izquierdas", subrayó.
Los aguirristas llevan años quejándose de que el PP se ha apartado de los principios y valores que inspiraron su nacimiento y que esto ha provocado que sus votantes tradicionales se sientan traicionados y exploren otros partidos. No sólo lo dicen al mencionar a Ciudadanos, sino cuando citan a Vox, la formación liderada por el exdirigente del PP vasco Santiago Abascal.
Desde que Aguirre fue nombrada candidata se ha referido a Vox en público en más de una ocasión lamentando que sus miembros no sigan bajo el paraguas del PP. En el PP de Madrid no tienen ninguna duda de que esta formación pactaría con candidata a la alcaldía sin lugar a dudas. De hecho, ella dio cobijo a Abascal en la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid cuando se apartó del PP de Euskadi. El problema está en que, hasta la fecha, a la formación de Abascal no le ha ido nada bien en los comicios en los que ha concurrido.
Las fuentes del PP de Madrid consultadas por infoLibre señalan que, con este tipo de declaraciones, además de prepararse el terreno para el día después del 24-M por si las cuentas no salen, Aguirre intenta trasladar el mensaje de que ella representa todo lo que los electores desencantados con el PP ven ahora en partidos como Vox o Ciudadanos. "¿Por qué van a votar a Ciudadanos si ella representa todo lo que ven en Ciudadanos?", plantea un alto cargo de la Comunidad de Madrid. "El PP representa lo mismo que ellos y más", se responde a sí mismo.
"Lo único que se puede hacer con partidos con los que tenemos una fuerte base electoral en común es cuidar mucho todo lo que digamos sobre ellos. Criminalizarlos sólo les hace más grandes", señala un diputado preguntado sobre cuál es, a su juicio, la estrategia que Rajoy debe desplegar hacia el partido de Rivera. "Con Podemos funcionó el discurso del miedo. En las andaluzas se han desinflado algo. Con Ciudadanos no nos vale porque la gente ve en ellos algo sensato, nada estridente", subraya el parlamentario.
Esta aparente sintonía de Cifuentes y Aguirre con Ciudadanos, con alusiones a que el líder de la formación, Albert Rivera, debería estar en el PP, dista mucho con lo que hasta la fecha se ha mantenido oficialmente desde la dirección nacional de los conservadores.
Antecedentes
Fue a mediados de febrero, a poco más de un mes de las andaluzas, cuando el Partido Popular empezó a temerse el resultado de estos comicios en lo que tiene que ver con Ciudadanos. Y la reacción fue, salvando las distancias, la misma que con Podemos. Desacreditarlos.
El primero en marcar la estrategia fue el vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, que se pasó una rueda entera refiriéndose al partido de Rivera en catalán –Ciutadans– para que calara la idea de que es un partido catalán. Además, mantuvo que la formación debía concretar más sus propuestas para dar más elementos de juicio a los ciudadanos. Y, al hilo de esto, deslizó que tal vez muchos españoles no sabían que Ciudadanos propone, por ejemplo, denunciar el concordato con la Santa Sede.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, siguió la estela de Floriano y un día después, en el Senado en una reunión con su Grupo Parlamentario alertó, en alusión a Ciudadanos, que hay partidos que ahora “quieren ocupar el espacio del PP". "Pero no van a poder”, dijo a renglón seguido.
De "Naranjitos" a catalanes llamados "Albert"
En medio, se colaron las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, señalando que Luis Garicano, redactor del programa económico de Ciudadanos, "pidió el rescate para España”. Y las del portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, bautizando a Rivera como "Naranjito" por el color corporativo de su formación.
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El "patinazo" del portavoz de los conservadores en la Cámara baja, así calificado por algunos de sus compañeros, puso en bandeja a Ciudadanos una potente campaña en las redes sociales. "Porque los ataques de los viejos partidos sólo nos hacen más fuertes más orgullosos de lo que somos", fue una de las respuestas que se lanzó desde la cuenta de Twitter de este partido.
Para cerrar el círculo, en plena campaña de las andaluzas, Antonio Sanz, presidente del PP de Cádiz y delegado del Gobierno en Andalucía, pronunció esta frase: "A mí no me gusta que en Andalucía se mande desde Cataluña, no quiero que en Andalucía mande un partido que se llama Ciutadans, que tiene un presidente que se llama Albert, con todo el respeto, a mí no me gusta que en Andalucía se mande desde fuera". La respuesta de Ciudadanos, como Hernando, también se la dejó en bandeja.
"Señor delegado del Gobierno del PP en Andalucía, me da igual cómo usted se llame, apunte: Cataluña es España. ¿O piensa el PP como Artur Mas?", dijo Rivera desde su perfil de Twitter. Días después, el PP perdía 17 escaños respecto a las elecciones de 2012, quedándose en 33 escaños. El peor resultado desde 1990. Y Ciudadanos se estrenaba en el Parlamento andaluz con nueve diputados.