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Andalucía

El Parlamento andaluz elige al socialista Juan Pablo Durán como su presidente

Susana Díaz y Juanma Moreno se saludan antes de la constitución del nuevo Parlamento andaluz, este 16 de abril de 2015.

Sin sorpresas pero con sobresalto. El Parlamento de Andalucía resultante de las autonómicas del pasado 22 de marzo se constituyó este jueves sin que el PSOE, el partido ganador de las elecciones, se encontrase con ningún susto en las votaciones. Eligió como nuevo presidente de la Cámara a Juan Pablo Durán, secretario general de los socialistas cordobeses y vocal de la ejecutiva federal. Fue en segunda vuelta, al no lograr en la primera la mayoría absoluta. También logró su objetivo de lograr una vicepresidencia y una secretaría. Eso sí, la sesión quedó envuelta en una monumental bronca, la primera de esta legislatura, entre el presidente de la Mesa de Edad, el socialista Luis Pizarro, y los diputados del PP. 

Durán (Córdoba, 1964) era la propuesta que la presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, había guardado con el máximo celo hasta este mismo 16 de abril. Fiel a su estilo de no anticipar nombres y enemiga de las quinielas. Durán, también coordinador del Consejo Territorial del PSOE andaluz, es uno de los dirigentes de la confianza de la baronesa andaluza. Durán fue uno de los 38 exconsejeros de CajaSur, entidad cordobesa intervenida en 2010, y fue condenado por la Audiencia Nacional al pago de una multa de 64.000 euros que le impuso el Ministerio de Economía en 2012, informa Efe.

El nuevo presidente salió elegido en segunda ronda con los 47 votos de su grupo, y su nombre fue anunciado exactamente a las 13.02 horas. El PP, a su vez, propuso al diputado por Huelva Manuel Andrés González Rivera, que sólo logró los 33 apoyos de su partido. También se registraron 29 blancos. Al final, no cuajó ninguna maniobra para arrebatar al PSOE el puesto principal del órgano de gobierno de la Cámara. En la primera vuelta, el resultado fue exactamente el mismo: 47-33-29. El hemiciclo se compone de 109 escaños

A continuación se eligió a los tres vicepresidentes y a los tres secretarios. Las tres primeras plazas las ocupan Teresa Jiménez (secretaria general del PSOE granadino), como vicepresidenta primera; la malagueña Esperanza Oña (PP) como su segunda y al diputado por Sevilla Juan Moreno Yagüe como vicepresidente tercero. La secretaría primera recae en Verónica Pérez –líder de los socialistas sevillanos–, la segunda en Julio Díaz (Ciudadanos) y la tercera en José Antonio Castro (IU). Es decir, la composición final es de tres puestos para el PSOE y uno para el resto de partidos. Todos los integrantes de la Mesa fueron investidos con los únicos votos de sus respectivos grupos. 

Amenaza de recurso al TC

Cuando el presidente de la Mesa de Edad estaba leyendo los nombres de los secretarios elegidos, el portavoz del PP, Carlos Rojas, pidió insistentemente la palabra, con la intención de que no se llegasen a proclamar como secretarios a Díaz y Castro, que pese a tener menos votos que la propuesta por los conservadores, Patricia del Pozo, tenían reservada plaza dado que el reglamento de la Cámara garantiza presencia en el órgano de gobierno a todos los partidos con representación parlamentaria.

Rojas denunció que se estaba "conculcando" un derecho constitucional, al "hurtar" el puesto de la Mesa a Del Pozo, y atacó a Pizarro por "interpretar" las normas de la Cámara pese a no ser él el presidente elegido. Podría "incurrir en un ilícito perseguible penalmente", le lanzó. El socialista se defendió alegando que le tocaba ejercer de presidente del Legislativo "hasta que el elegido [Durán] tome posesión". "No tiene legitimidad. No puede fabricarse una mayoría absoluta en la Mesa. Vamos a recurrir al Tribunal Constitucional este atropello, este despropósito", chilló el portavoz de los conservadores.

También Del Pozo protestó a gritos e intentó que Pizarro le diera la palabra, pero no se la concedió. Superada la tensa refriega, los diputados elegidos ocuparon sus puestos en la Mesa y se procedió a la jura o promesa de la Constitución y del Estatuto de Autonomía. La presidenta de la Junta en funciones, por ejemplo, optó por jurar. 

A la sesión de constitución del nuevo Parlamento andaluz se llegó sin acuerdos, pese a que el resultado de las urnas –47 escaños el PSOE, 33 el PP, 15 Podemos, 9 Ciudadanos y 5 IU– apelaba, precisamente, al consenso. Los socialistas dejaron claro desde el principio que querían tres puestos en la Mesa, porque eran los que les correspondías por sus resultados. Y también porque el sistema de votación del órgano de gobierno del poder legislativo les favorecía, ya que según el reglamento, hay tres votaciones consecutivas –primero, se elige al presidente de la Cámara; luego, a los tres vicepresidentes y, por último, a los tres secretarios–, en las que quien primero sale nombrado es el que tiene un mayor número de votos. Además de exigir que todos los grupos estén representados (y ello permite que se sienten los representantes de C's e IULV-CA), las normas del Parlamento obligan a que se respete la paridad, y se cumple: hay cuatro hombres y tres mujeres.

Garantía por los resultados

Que no haya acuerdo y que no haya sido posible tejer una extraña alianza entre los partidos de la oposición garantizaban al PSOE esos tres puestos. El PP, que quería dos –a lo que el PSOE se negaba–, se queda con uno, igual que Podemos, Ciudadanos e IU. Los socialistas habían ofrecido a los conservadores una vicepresidencia de mayor rango, pero estos sólo aceptaban dos plazas. Otra posibilidad que se exploró era ampliar la Mesa a ocho miembros –como ocurrió en la VIII Legislatura, entre 2008 y 2012–, pero Podemos se negó.  

La sesión comenzó a las 12 horas con la conformación de la Mesa de Edad, integrada por Luis Pizarro (PSOE), el diputado mayor en la Cámara, como presidente, y los dos parlamentarios más jóvenes, los también socialistas María Márquez y José Latorre, en calidad de secretarios. 

Durán: "Altura de miras, honradez y trabajo"

Durán, en su primer discurso como presidente del Parlamento, subrayó que la presencia de cinco fuerzas en la Cámara muestra la "pluralidad, riqueza y diversidad" de la sociedad andaluza, por lo que pidió a los grupos una política "más cercana y comprensible" basada en el diálogo. Los andaluces, dijo, esperan de sus representantes "altura de miras, honradez y trabajo", y que sean "útiles, transparentes, ejemplares en sus actitudes y comportamientos". 

El nuevo presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán (izqda.), con Susana Díaz y su número dos en el Ejecutivo, Manuel Jiménez Barrios, este 16 de abril | EFE

El diálogo será la piedra angular de esta X Legislatura, entre los partidos y también con los ciudadanos, en un Parlamento "lleno de sensibilidades". "Queda camino para mejorar y profundizar en esa necesaria proximidad y cercanía" con los andaluces, así que hay que tapar "cualquier hueco a la corrupción", potenciar la transparencia y fortelecer el pluralismo, la participación y la "claridad". "Hay que dialogar siempre, confrontar lo que haga falta y no desdeñar ningún espacio de acuerdo posible", apremió. La centralidad del Parlamento como corazón de la vida política en Andalucía es "más necesaria que nunca" porque se viven "momentos de cambio" a los que las instituciones tendrán que "saber adaptarse". 

La necesidad de "diálogo, negociación y  consenso" también estuvo presente en la intervención de Pizarro. Estas son las tres palabras "claves" de esta complicada X Legislatura, en la que se sientan cinco partidos (y, a diferencia del mandato anterior, a todos sus líderes), lo que conforma un hemiciclo "más plural" que el de etapas anteriores, aunque "con igual legitimidad democrática", la que recibe de las urnas. Ese consenso ha de ser el objetivo de este nuevo tiempo, "sin renunciar al papel de Gobierno u oposición". El presidente de la Mesa de Edad confió en que la Cámara siga siendo "una herramienta institucional útil", y el foro donde puedan canalizarse "las demandas y problemas de los andaluces". 

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Investidura sin despejar

Arranca una legislatura en la que sigue sin despejarse la principal incógnita: cuándo logrará Susana Díaz ser reelegida como presidenta de la Junta. Porque la investidura sigue totalmente empantanada. Podemos y Ciudadanos incluyen entre sus exigencias que los dos expresidentes andaluces imputados por el caso de los ERE, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, abandonen sus escaños de diputado en el Congreso y senador. Ambos ya han declarado ante el Supremo, pero el juez instructor no se ha pronunciado aún. El PSOE asume que una posibilidad nada descartable es que la investidura se produzca tras las elecciones del 24 de mayo. Si a los dos meses de la primera votación aún no hubiera logrado el nombramiento, Díaz tendría que disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones. 

El fracaso de las negociaciones para la constitución de la Mesa preludia una legislatura complicada y en la que los pactos, la palabra estrella, se antojan muy cuesta arriba. Al menos hasta que termine la maratón electoral de 2015. 

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