Escándalo de las tarjetas
Bankia: “Barcoj es la única persona de la que consta que firmó contratos de las black”
La representación legal de Bankia en la pieza separada de las tarjetas black de Caja Madrid ha presentado un escrito ante el juez Fernando Andreu que supone un ataque frontal al que fuera número dos de Miguel Blesa: el exdirector Financiero y de Medios Ildefonso Sánchez Barcoj.
"Sánchez Barcoj ocupó diversos cargos de responsabilidad y ha sido durante todo el período revisado la única persona de la que hay constancia documental de que haya cursado instrucciones y firmado contratos correspondientes a estas tarjetas", especifica Bankia, que carga todas las culpas contra el lugarteniente de Blesa.
Bankia recuerda en sus alegaciones, en las que atacan a Barcoj, que no existe constancia de ningún acuerdo que diera origen a la emisión de las tarjetas: de quién autorizaba su emisión ni de los criterios de asignación a personas y de los límites y su presupuesto.
Cientos de correos
"Debe insistirse en que la única evidencia son varios cientos de correos enviados por indicación de Sánchez Barcoj, que ponen de manifiesto las instrucciones cursadas (en el periodo 2003 a diciembre 2011) en materia de las tarjetas objeto de la pieza separada, sin contar adicionalmente los propios contratos en los que consta la firma de Sánchez Barcoj (septiembre 2002 a febrero 2012)", prosigue el escrito, que carga las culpas contra el ex director de Medios.
Y lo hace obviando la participación de Blesa en la gestión de los plásticos, llegando a asegurar: "En los correos disponibles, las secretarias de Sánchez Barcoj no hacen alusión alguna al presidenteno hacen alusión alguna al presidente, únicamente indican siguiendo instrucciones" del ex director de Medios de Caja Madrid.
Además, Bankia recuerda que cuando Sánchez Barcoj deja de tener competencias en Medios, y es nombrado director general Financiero y de Riesgos en BFA-Bankia en diciembre de 2010, continúa cursando instrucciones y firmando contratos de estas tarjetas, "lo que contradice sus afirmaciones".
Cursa instrucciones
Pero la entidad financiera aporta más datos de las gestiones realizadas por Sánchez Barcoj: "Cursando instrucciones a través de sus secretarias para solicitar la emisión de este tipo de tarjetas, anulaciones, ampliaciones de límite, instrucciones sobre su entrega física, la posibilidad de disponer o no de efectivo".
Asimismo, el banco explica que ni el nombre de la cuenta en la que se cargaban los gastos de las tarjetas, identificada como "Tratamiento Administrativo Circular 50/99", ni el contenido de la Circular, ni el concepto registrado en los asientos asiento contable puro, "permiten identificar que esos apuntes corresponden a gastos de tarjetas asignadas a determinados directivos".
Pero Bankia va más allá en su contestación a Sánchez Barcoj, y asegura que la Circular 50/99 no hace referencia alguna a las tarjetas. "Los datos respecto al contenido de la circular son ciertos, pero aplicables a regularizaciones por fraudes, negligencias y deficiencias de los sistemas. Entender los gastos de tarjetas de altos directivos como regularizaciones de esta naturaleza es una interpretación más que cuestionable de Sánchez Barcoj".
Argumento incoherente
En cualquier caso su argumento resulta incoherente, según Bankia, que sostiene que partir de mayo 2001 los únicos apuntes que se registran en la cuenta son los gastos de estas tarjetas, trasladándose el registro de las regularizaciones por fraudes, negligencias, deficiencias de los sistemas, errores o reclamaciones de clientes a otras cuentas de gasto distintas.
En este sentido, y sobre el papel del ára de Auditoría, Bankia recuerda que entre 1999 y 2001 el máximo responsables de este departamento era precisamente Sánchez Barcoj. "Por lo que en todo caso quién habría incumplido claramente una de sus funciones principales habría sido el propio Sánchez Barcoj".
En este punto, la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri aporta nuevos datos. En concreto que el centro de consulta desde 2001 de las tarjetas era "un call center y no Auditoría ni Contabilidad".
"Lo que se ha verificado es que en Contabilidad se recibía una conexión mensual por el importe total de facturación de las tarjetas emitidas con cargo a la empresa y un fichero, también mensual, con el número de tarjeta (sin identificación del beneficiario) y el importe total sin desglose de los movimientos por tarjeta para su registro contable. Esta información no permite identificar el origen de las tarjetas ni el uso de las mismas por parte de tal departamento", confirma Bankia, que exonera en su escrito a los diferentes departamentos encargados teóricamente del control de las black.
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Hacienda no se enteró
Finalmente, Bankia desmonta una de las principales tesis de las defensas de Barcoj y Blesa, que sostienen que la Agencia Tributaria llegó a analizar el funcionamiento de los plásticos: "En cuanto a la comprobación tributaria general de Caja Madrid correspondiente a los años 2004 a 2006 y en lo que se refiere a la cuenta, la Inspección se limitó a pedir justificación documental de determinados apuntes seleccionados por muestreo. La Inspección acabó considerando no deducibles dichos gastos cargados en la cuenta de resultados, al no haberse acreditado los mismos documentalmente de manera suficiente en el curso de las actuaciones por parte de la sociedad".
Por eso, concluye Bankia que "en ningún momento" de la comprobación tributaria ha sido posible que ni la Inspección de la Agencia Tributaria ni el departamento fiscal de Caja Madrid han podido conocer qué tipo de gastos se registraban contablemente en la cuenta en la que se cargan los gastos de las black.