LAS GRANDES FORTUNAS Y LA CRISIS
Los dueños de Everest liquidan su sicav el mismo día que comunican el concurso de acreedores
Los dueños de la histórica editorial Everest han decidido disolver y liquidar la Sociedad de Inversión de Capital Variable (sicav) que crearon en 1999 y que llegó a tener un patrimonio de 3,6 millones de euros. Lo hicieron el pasado martes, el mismo día en que comunicaron a la plantilla que el juez ha declarado el concurso voluntario de acreedores de la empresa. Everest adeuda siete nóminas a sus 320 trabajadores, en huelga desde hace más de dos meses. La empresa había solicitado una ayuda de 3,2 millones de euros a la Junta de Castilla y León, que ésta le ha negado.
La junta de accionistas de Santa Clara Sicav se reunió el martes en Madrid para aprobar la disolución y liquidación de la sociedad, gestionada por el banco andorrano Andbank y depositada en el Banco Inversis. Ese proceso le costará a la sicav unos 12.000 euros, además del pago del 1% de su patrimonio a Hacienda en concepto del Impuesto de Operaciones Societarias.
Las sicav son una fórmula de inversión colectiva que se ha convertido en el mecanismo preferido de las grandes fortunas para pagar menos impuestos. Para constituir una de estas sociedades hacen falta 100 socios y un capital mínimo de 2,4 millones de euros. Por el impuesto de sociedades pagan sólo un 1%. El fundador de Everest, Luis José Antonio López, Martínez, y sus hijas crearon Santa Clara Sicav en marzo de 1999. La preside el padre, y sus hijas Irene y Raquel López Varela, que ocupan dos cargos directivos en Everest, son consejeras. Cuenta con un total de 130 socios. Su rentabilidad al final del primer trimestre de 2015, último periodo del que consta informe en la CNMV, es del 4,29%, por encima de la media del resto de las sicav de Inversis, la entidad donde está depositada Santa Clara.
El pasado martes Editorial Everest también comunicó a sus trabajadores que el Juzgado de Primera Instancia número 8 y Mercantil de León ha declarado el concurso de acreedores ordinario solicitado por la empresa, en difícil situación económica desde 2012. La declaración se refiere tanto a la editorial como a Everest de Ediciones y Distribución.
La nota reproduce el fundamento de derecho tercero del auto judicial, donde se reconoce la “insolvencia inminente”, tanto de la editorial como de su distribuidora, porque no pueden hacer frente a sus obligaciones. La primera declara unas pérdidas en 2014 de 4,66 millones de euros, originadas por la “drástica reducción de la cifra de negocio” de la empresa y por la “grave crisis del sector editorial en España”. Según reproduce el auto, el informe de gestión presentado por Everest hace responsable a la “huelga indefinida activada por la plantilla” de las “dificultades añadidas” que atraviesa la empresa al impedirle “llegar en plazo a la campaña de enseñanza”.
Everest de Ediciones y Distribución declara unos números rojos de 3,23 millones de euros, derivados a su vez de los problemas de la editorial, que ha tenido que hacerse cargo de las deudas con Hacienda de la distribuidora.
La empresa se compromete en su comunicado a buscar “soluciones”, junto al administrador concursal, para garantizar su “continuidad en el mercado” “reanudando lo antes posible la actividad editorial y comercial de ambas empresas a fin de conservar en un futuro próximo el mayor número posible de puestos de trabajo”.
Otro ERE en ciernes
Los trabajadores, sin embargo, desconfían de las intenciones de los hermanos López Varela, que ahora gestionan la editorial tras el retiro de su padre y fundador en junio de 2014. Y creen que sólo es cuestión de tiempo que presenten un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), al igual que ya han hecho en Evergráficas, los talleres del grupo. El pasado 27 de marzo se declaró en concurso de acreedores y el despido colectivo afecta a toda la plantilla de la imprenta, 79 trabajadores. En otoño de 2013 ya despidió a 65 personas en la editorial. Desde mayo de 2012 se han sucedido en la matriz tres ERE de suspensión y reducción de jornada.
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Otro motivo de desconfianza es el hecho de que el concurso de acreedores no incluya a otras tres empresas del grupo: Everhouse, que se dedica a la compraventa y alquiler de inmuebles, Everest de Comunicación y Everest Galicia. En las tres figuran los López Varela además de como propietarios como empleados, aseguran fuentes del comité de empresa.
La intención de los representantes sindicales de Everest es conseguir un concurso único para todo el grupo, al tiempo que están consultando con expertos las posibilidades de constituir una cooperativa de trabajadores para hacerse cargo de la editorial. Las mismas fuentes explican que grupos editoriales y fondos de inversión se han interesado por Everest y visitado su sede en León.
La editorial leonesa llegó a ser una de las 10 primeras editoriales de España, especializada en literatura infantil y juvenil, además de en libros de texto, aunque su auge comenzó con los diccionarios. Tiene unas 4.000 referencias en su fondo editorial