Estados Unidos
Jaque a 25 años de fraude en el fútbol
El último escándalo de corrupción que salpica a la FIFA llega desde Estados Unidos, un país al que –a nadie se le escapa– no le interesa el fútbol ni lo más mínimo. Nada más lógico, ironiza el diario The Wahingston Post: los “yanks” –según el diario– eran los únicos que hasta ahora no habían prestado atención a secretos a voces tales como las sospechas de corrupción que planean sobre la todopoderosa FIFA y lo hace, posiblemente, para ejercer de árbitro.
La prensa norteamericana analiza estos días los usos y costumbres de este organismo. En el portal Vox, Roger Pielke Jr., especialista en la dirección de organizaciones deportivas, compara a la FIFA con un “club privado”. “Es como si ustedes y yo creáramos un pequeño campeonato de liga de bolos en nuestra ciudad. Lo que ocurre es que la FIFA es un club privado que se ha convertido en un gigante. A todo el mundo le da lo mismo que gestionemos nuestra liga de bolos de forma dictatorial, pero habida cuenta de la talla de la FIFA se parece a una organización gubernamental o a una gran empresa. Este tipo de organismos debe obedecer reglas estrictas. El hecho de que la FIFA haya podido crecer hasta ese punto sin estas reglas es lo que ha derivado en corrupción”, explica, resumiendo. El portal Vox continúa el análisis con el vídeo de un magnífico sketch, que data de 2014, del humorista John Oliver en el que se compara el fútbol con las salchichas, porque es de esa clase de productos que gustan tanto que es mejor “no saber cómo se fabrican”.
Para comprender las razones que desencadenaron el arresto, el pasado miércoles día 27 de mayo por la mañana, de siete destacados miembros de la FIFA, en vísperas del congreso anual de la organización, en Zúrich (Suiza), se puede consultar el auto de acusación de la Justicia norteamericana. El documento, de unas 160 páginas, permite conocer quiénes son los acusados, cuáles son los cargos que se les imputan y comprender el papel de Estados Unidos. El auto se hizo público el miércoles por la tarde en la rueda de prensa convocada en la sede de Brooklyn (Nueva York) del Ministerio de Justicia, en presencia de la titular norteamericana de Justicia, Loretta Lynch, del director del FBI, James Comey, del responsable de investigaciones judiciales del IRS (Agencia Tributaria norteamericana), Richard Weber, y de Kelly Curie, la fiscal federal del distrito este de Nueva York.
Juntos denunciaron “un sistema de corrupción que se remonta a 24 años atrás”, que incluye un conjunto de prácticas ilícitas, sistemáticas, que comprenden el pago de sobornos y comisiones a algunos altos responsables de la FIFA por parte de empresarios del marketing deportivo, a cambio de conseguir fundamentalmente los derechos de retransmisión de las competiciones. El Ministerio de Justicia estima que este sistema permitió mover supuestamente 150 millones de dólares mediante prácticas fraudulentas como malversación de fondos, operaciones en metálico, blanqueo de dinero encubierto en inversiones inmobiliarias, etc. Y los investigadores norteamericanos insisten en que “solo es el principio”.
¿Por qué la comparecencia se realizó en Brooklyn? Porque fue la propia Loretta Lynch la encargada de incoar el procedimiento, durante la época en que estuvo al frente de la Fiscalía del este de Nueva York. La oficina del fiscal, gracias a la colaboración de personas implicados en la causa, comenzó a investigar las actuaciones de Jack Warner, en aquel momento máximo responsable de la Concacaf (la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol), una de las seis confederaciones regionales de la FIFA. Además, este organismo tenía entonces su sede en Nueva York hasta que, en 2012, se trasladó a Miami, donde este miércoles se llevaron a cabo registros.
Los principales aspectos del auto se pueden resumir en dos puntos:
1. Las acusaciones apuntan a miembros de la FIFA o a personas vinculadas con la FIFA, todos ellos originarios del continente americano.
En total, en el punto de mira de las autoridades judiciales hay nueve miembros o exmiembros de la FIFA y cinco responsables de márketing de empresas relacionadas con la FIFA. Entre ellos, Jeffrey Web, vicepresidente de la FIFA y antiguo presidente de la Concacaf; Jack Warner, expresidente de la Concacaf y exvicepresidente de la FIFA, político de Trinidad y Tobago; Nicolas Leoz, expresidente la Conmebol (Confederación Suramericana de Fútbol) y exmiembro del comité ejecutivo de la FIFA; Eugenio Figueredo, exjugador, vicepresidente del Conmebol y vicepresidente de la FIFA. También se han visto implicados Eduardo Li, al frente de la Federación Costarricense de Fútbol; Julio Rocha, presidente de la Federación Nicaragüense; Costa Takkas, de la Federación de las Islas Caimán; Rafael Esquivel, al frente de la Federación Venezolana de Fútbol; José María Marín, presidente de la Federación Brasileña de Fútbol y que presidió el comité organizador de la Copa del Mundo de 2014.
El nexo en común de todos estos hombres es su pertenencia a filiales de la FIFA radicadas en América, de Norte a Sur del continente. No hay ni europeos ni asiáticos implicados, ni tan siquiera el presidente de la FIFA, el suizo Sepp Blatter. A sus 79 años, debería revalidar su quinto mandato en las elecciones que se celebran este mismo viernes y cuya celebración la FIFA ha decidido mantener. Más concretamente, en el punto de mira de la Justicia norteamericana se sitúa la Concacaf, con sede en Miami, y la Conmebol, la Confederación Suramericana.
Los acusados están perseguidos por la Justicia de Estados Unidos porque las actividades delictivas que se le imputan fueron preparadas o perpetradas, de un modo u otro, en suelo norteamericano. La Justicia estadounidense establece que una “mera” transacción bancaria que pase por Estados Unidos es suficiente para iniciar un proceso judicial.
2. A los imputados se les acusa de haber pagado o recibido numerosos sobornos y comisiones ocultas desde 1991, por un importe superior, según el Departamento de Justicia, a los 150 millones de dólares.
¿Para qué se han utilizado? El auto detalla diferentes aspectos:
A la hora de elegir al país anfitrión para albergar la Copa del Mundo de fútbol de 2010, según los investigadores norteamericanos, altos responsables de la FIFA originarios del continente americano supuestamente cobraron sobornos para votar por Sudáfrica, país que finalmente acogió el Mundial aquel año.
Los investigadores también analizan el pago de sobornos y de retrocomisiones [facturas hinchadas] que supuestamente se abonaron de forma sistemática durante la organización de partidos en el continente americano. Sobornos que permitían también recibir los derechos de retransmisión y los derechos comerciales de partidos tan importantes como las eliminatorias de la Copa del Mundo en la zona Concacaf, las fases finales de la Copa Concacaf, la Copa América y sobre todo la de 2016 o partidos en la Copa de Brasil, según consta en el auto.
También aparecen importantes sobornos pagados supuestamente por una importante empresa americana de ropa deportiva, cuyo nombre no se menciona, a la hora de patrocinar la Confederación brasileña de fútbol.
En el auto también se recogen los medios fraudulentos empleados por los imputados y que van desde los falsos contratos, para simular una aparente legalidad a la hora de realizar pagos ilegales, a la creación y utilización de sociedades pantalla. También se menciona la apertura de cuentas bancarias en paraísos fiscales, la existencia de maletines de dinero, el blanqueo mediante la compra de propiedades y otros bienes materiales... Prácticas estás extendidas sobre todo en Estados Unidos, en Nuevas York y fuera.
Los investigadores insisten en que se recurrió a estos métodos durante los últimos 25 años. Según ellos, cuando un alto responsable era objeto de acciones judiciales o dimitía tras estallar un caso de corrupción –como sucedió con Jack Warner–, su sucesor tenía una preocupante tendencia a reproducir las mismas prácticas. De ahí que crean haber desmontado todo un sistema.
¿Podrán probar los fiscales las acusaciones ante un tribunal, estamos ante un caso bien atado? ¿Están en condiciones, como advierten, de continuar con esta investigación para demostrar que este sistema de corrupción no se limita a algunos órganos de la FIFA del continente americano, sino que también se da en Europa, Asia y Oriente Medio?
Es imposible decirlo a día de hoy. Lo que es seguro es que la Justicia norteamericana ha podido realizar esta investigación gracias a los testimonios de personas implicadas en los escándalos que salpican a la FIFA y que han preferido colaborar con la Justicia para ver reducidas sus condenas. Entre ellos figuran los dos hijos de Jack Warner, que sigue proclamando su inocencia y se ha entregado a las autoridades de Trinidad y Tobago.
Se sabe también que la investigación se ha acelerado gracias a la cooperación de Charles Blazer, alto responsable del fútbol en Estados Unidos, que fue miembro del comité ejecutivo de la FIFA. Acusado de evasión fiscal en 2013, aceptó colaborar con el FBI y sobre todo llevar un micrófono durante las conversaciones mantenidas con los responsables de la FIFA (leer su perfil, en inglés).
La otra incógnita es el modo en que se van a ejecutar las órdenes de extradición emitidas por las autoridades norteamericanas contra seis mandatarios de la FIFA detenidos en Zúrich, el pasado miércoles por la mañana. Arrestados en Suiza, seis ya han dicho que se oponen. A pesar de la colaboración judicial existente entre EEUU y Suiza, y de la existencia de un tratado de extradición en vigor, la batalla jurídica para llevarles a suelo americano se prevé ardua.
Queda por conocer qué hay de la vertiente europea del caso. Las autoridades suizas anunciaron el miércoles que han abierto diferentes investigaciones por “blanqueo de dinero y administración desleal” con relación a las condiciones de la controvertida elección de Rusia y Qatar como sedes de las Copas del Mundo de 2018 y de 2022, respectivamente.
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Traducción: Mariola Moreno
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