'Operación Nelson'
Luis Pineda, sobre la negociación para retirar la acusación contra la infanta: “Este es el tren de nuestra vida”
"Se nos pasa este tren, macho, es el tren de nuestra vida". Exactamente en esos términos se pronunció Luis Pineda, jefe de Ausbanc y en la cárcel desde abril bajo la acusación de extorsión y pertenencia a organización criminal, en una conversación fechada el 10 de febrero y a la que ha tenido acceso infoLibre. Pineda le dijo lo anterior a uno de sus hombres de confianza, Javier Castro. Y el tren que, según sus palabras, se les podía escapar si el líder de Manos Limpias, Miguel Bernad, no seguía su plan era el del acuerdo secreto que ambos pretendían cerrar con la defensa de Cristina de Borbón para retirar la acusación contra la infanta en el juicio a la trama Nóos a cambio de tres millones. Así lo reflejan las transcripciones de los pinchazos telefónicos efectuados en la Operación Nelson, incorporadas al sumario y a las que ha tenido acceso este diario.
El jefe de Ausbanc quería verse "face to face" con el abogado de la infanta, Miguel Roca. Y transmitirle así, a la cara, que había "un cauce procesal, puertas abiertas" para encontrar una "solución".
Pineda le vino a ordenar a Javier Castro lo siguiente: ocúpate de que Bernad "se centre" porque "es una oportunidad de la hostia, la mejor". El líder de Manos Limpias, había aducido Pineda en otra conversación previa muy próxima a la anterior, debía ser "muy claro" y transmitirle a "la persona" con quien debía hablar lo siguiente: "Esto se hará como diga Luis Pineda".
Esa "persona", que se encontraba en Hong Kong cuando dicha conversación se produjo el 9 de febrero, era Isidro Fainé, presidente de La Caixa. Al menos, es lo que Bernad declaró luego ante el juez Santiago Pedraz. Pineda había dado a Javier Castro instrucciones precisas al respecto: la conversación con el de Hong Kong, o sea, con Fainé, debía desarrollarse como tenían acordado, siguiendo la "hoja de ruta" trazada. Según Bernad, solo se reunió una vez con Fainé. Y el resto de las veces, lo hizo con su número dos, Jaume Giró.
Para entonces, Javier Castro ya le había contado a su jefe de filas que Bernad había hablado con Giró. Y el propio Bernad ha reconocido ante el juez del caso, Santiago Pedraz, que, en efecto, ofreció al directivo de La Caixa esa retirada de acusación. Según él, lo hizo gratis y "por el bien de España". Y según también él, le acabó avisando a La Caixa de que "veía algo raro" en la actuación de Pineda. "A lo mejor podía querer sacar algún beneficio". "Yo lo aborté eso", agregó. Lo anterior denota la profundidad de la brecha que el encarcelamiento y la gravedad de los indicios acumulados ha abierto entre los dos supuestos máximos responsables de la trama.
Pero lo cierto es que el 15 de febrero, cuatro días antes de la fecha en que inicialmente debía declarar la infanta en el juicio, Pineda apremió a Bernad para que informase al "otro, el que está más abajo" -esto es, Jaume Giró, número dos de La Caixa- de lo siguiente: que "como esto es el viernes, es importante que hablemos antes". Y Bernad asintió sin ningún reparo.
En esa conversación, Pineda insiste: el de Manos Limpias debe decirle a Fainé o a Giró -el de Hong Kong o el que está debajo de él, dice- que "este tema solo tiene una solución". Y que es él, Pineda, quien lleva el timón. "Y vamos a acelerar". Finalmente, la declaración de Cristina de Borbón se pospuso y no tuvo lugar hasta el 3 de marzo. Bernad le dijo luego al juez que se avino a lo que marcaba Pineda porque "le seguía la corriente" pero sin intención real de hacerle caso.
Todo indica que, como sostienen la Policía y el juez, era Pineda quien llevaba las riendas. El jefe de Ausbanc, que financiaba a Manos Limpias, llegó a pedirle al subdirector general del Sabadell, Gonzalo Barettino, que le pusiera en contacto con el abogado de la infanta, Miguel Roca, a su vez secretario del consejo de ese banco. Y que previamente le transmitiera un mensaje: "Que si quiere un interlocutor válido para el tema de Palma, eh... que nos vemos".
Eso ocurrió el 14 de marzo, cuando ya Cristina de Borbón había prestado declaración. Barettino replicó que trasladaría su solicitud pero expresó su escepticismo dado lo avanzado de la causa. Fue aquí cuando Pineda le cortó para recordarle "que hemos resuelto muchas pero ¿por qué no más, eh?, además en un momento tan delicado para el país, ¿no?".
Una vez que Barettino se comprometió a trasladarle el mensaje a Roca, Pineda remató su argumento así: "Díselo, eh.., y efectivamente sí resuelvo, pero tiene que ser face to face [cara a cara], él y yo, nada de segundos ni intermediarios".
Según un informe policial, Roca desechó la idea de verse con Pineda alegando "razones deontológicas". Pero el cerebro de la pretendida asociación de defensa contra los desmanes de la banca sí logró verse en Madrid con Barettino el 15 de marzo, y así lo constata otra conversación pinchada, esta con su mujer.
Cuando acudió a la Policía dos semanas más tarde, el subdirector del Sabadell declaró que en esa cita Pineda hizo esto: decirle "que estaban planteándose cambiar su posición en lo relativo a la acusación popular pero que habían tenido muchos gastos procesales, que estimaban que podrían incluso haber llegado a tres millones de euros". Barettino asegura que dio aquí por terminado el encuentro previa promesa de trasladar el "ofrecimiento" de Pineda a Miguel Roca, quien al final -dejó pasar 15 días- se fue a la Policía a denunciar a Pineda.
Para cuando el presidente de Ausbanc mantuvo con Barettino la conversación telefónica en la que le pidió que le pusiera en contacto con Roca, la misma que dio paso a su cita con el directivo del Sabadell en Madrid, hacía ya mes y medio que Manos Limpias había retirado una primera acusación: la que ejercía contra Miguel Tejeiro, contable de Urdangarin y Cristina de Borbón y para el que pedía en solitario 10 años de cárcel.
Lo que Manos Limpias vino a aducir ante los periodistas que siguen el caso Nóos es que con esa sorpresiva retirada lograba que Tejeiro se convirtiera en testigo y se viese así obligado a decir la verdad. Pero cuando llegó el momento de su declaración, el contable, exculpado por Manos Limpias sin haber firmado nada ni incriminado a nadie por escrito ni revelado ningún nuevo dato importante desconocido hasta entonces, aseguró que jamás le había constado que la infanta participase en la gestión de Aizoon SL.
Si finalmente decayera la acusación de Manos Limpias y dado que la Fiscalía Anticorrupción no la acusa de ningún delito, automáticamente saltaría del banquillo la hermana del rey, propietaria de la empresa Aizoon junto con Iñaki Urdangarin. Según Anticorrupción, Aizoon recibió más de 800.000 euros de origen ilícito procedentes de la trama Nóos. Y su existencia resultó crucial para que Hacienda sufriera un fraude tributario de casi 340.000 euros.
Bernad y el empresario de la cacería que le costó el cargo a Bermejo
Es uno de los informes policiales incorporados a la causa el que resume lo que declaró el directivo de La Caixa Jaume Giró, quien al igual que Miguel Roca denunció a final de marzo la presunta extorsión del dúo formado por Ausbanc y Manos Limpias.
Y aquí llega uno de los episodios más sorprendentes del asunto: porque, según Giró, seis meses atrás ya había recibido una propuesta para retirar la acusación contra la infanta. La recibió "por parte de Miguel Bernad (...) y de Lorenzo González Díaz, quien es propietario de la empresa de seguridad LPM, para ayudar económicamente a la empresa antes citada". Ambos, sostiene Giró, le pidieron dos millones.
El informe policial está fechado el 4 de abril. Este diario no ha podido verificar qué gestiones ha efectuado la Policía con Lorenzo González, aunque otras fuentes de la investigación aseguran que el empresario se ofreció a colaborar con la UDEF.
infoLibre no ha logrado tampoco este jueves localizar a Lorenzo González, quien, según fuentes de la investigación, efectuó, como mínimo, un pago de 2.500 euros a Manos Limpias y así consta en documentos oficiales del autodenominado sindicato.
Pero esas mismas fuentes han confirmado a infoLibre que se trata del mismo empresario que, según publicó entonces la conservadora revista Época, financió la cacería en la que en febrero de 2009 coincidieron el entonces ministro de Justicia socialista, Mariano Fernández Bermejo, y el juez Baltasar Garzón.
La cacería trascendió justo cuando Garzón acababa de hacer estallar el caso Gürtel. Convertido en escándalo de primera plana por el PP, aquello le costó el puesto al ministro Bermejo, quien, como Garzón, remachó que habían acudido a la finca escenario de la jornada de caza previa invitación por separado y sin saber que allí se encontrarían el uno con el otro.
Las fuentes consultadas aportan un dato que este diario no ha podido contrastar con el propietario de LPM: que su relación con Manos Limpias, organización que supuestamente cobraba a terceros para retirar querellas o bien para interponerlas contra los enemigos del pagador, iba más allá de esos 2.500 euros que ingresó a favor de la organización. ¿Era González un mero donante altruista y constante de Manos Limpias? Ahí, todavía, subyace una incógnita.
La filtración que abortó el pago-trampa
De otra incógnita, la Fiscalía no parece albergar dudas. Cuando Bernad desplegó su relato sobre cómo había intentado retirar gratis la acusación contra la infanta, el fiscal del caso le preguntó por qué le preocupaba ahora y no antes "el bien de España" y por qué alguien iba a pagar tres millones por algo que Manos Limpias estaba dispuesta a hacer sin cobrar un euro.
Bernad no ofreció una respuesta clara pero tachó a Miguel Roca de "intrigante" y destacó que en su día ya entregó a un notario un acta de manifestaciones en la que denunciaba haber sido objeto de una oferta económica.
Las fuentes consultadas en la investigación subrayan que un acta de manifestaciones solo contiene, como indica su denominación, las manifestaciones de quien la firma y que en ningún caso equivale a una prueba exculpatoria. Y creen, por el cúmulo de indicios recabados, que Bernad sabía que el hipotético acuerdo sobre la infanta implicaba que su círculo pusiera dinero sobre la mesa.
Los investigadores consultados por infoLibre explican cómo la Audiencia Nacional llegó a preparar un pago trampa de 1,5 millones -la mitad del total en juego- de acuerdo con Miguel Roca. La operación fue abortada tras filtrarse en vísperas de la fecha elegida para el pago que Ausbanc y Manos Limpias estaban siendo investigadas por extorsión a "empresas e instituciones", han confirmado a infoLibre fuentes de la investigación.
Esa filtración, atribuida por los investigadores a alguien presente en el "aparato del Estado" y que hizo montar en cólera al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, está siendo investigada por el juez Pedraz.