Juan Diego Botto envía a Alepo a los responsables de la política migratoria

El actor Juan Diego Botto jugó con varias opciones en su mente para decidirse por la persona a la que le regalaría un billete de avión. Barajó un par de posibilidades: “A nivel nacional, le regalaría un billete de avión a Rajoy, pero también enviaría a Donald Trump a Tombuctú”. Poco después, explica la respuesta definitiva: “Me decido por enviar a todos los responsables de la política migratoria europea a Homs o a Alepo”.

La ciudad de Alepo ha sido una de las más golpeadas por la guerra en Siria, que ha cumplido ya los cinco años. De dos millones de habitantes, ha pasado a tener aproximadamente 300.000, cifra que no para de descender fruto de los fallecidos por los bombardeos o por los innumerables desplazados que se ven obligados a abandonar sus casas. Precisamente la situación de estas personas es la que quiere denunciar Juan Diego Botto, mostrando su repulsa a las políticas migratorias realizadas por la Unión Europea, que “cierra sus puertas” a los miles de refugiados.

El actor desearía que este viaje sirviera para que todos los encargados de políticas como las del polémico acuerdo entre la UE y Turquía supieran lo que es el exilio y el refugio, “y reflexionen sobre el trato que se da a estas personas”. “Me gustaría que llegaran allí y que se dejaran llevar por sus instintos cuando observen cómo bombardean sus casas. Verían cómo tratan de escapar y cómo Europa les cierra las puertas”, lanza.

No es la primera vez que el actor se compromete con la defensa de los Derechos Humanos. El pasado 14 de junio participó en un acto de apoyo a los refugiados, que se celebró en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, junto a otras personalidades de la cultura y de la sociedad civil como Almudena Grandes, El Gran Wyoming, Nativel Preciado. El pilar fundamental fue la lectura del manifiesto S.O.S. Refugiados. Refugio por derecho: Europa a la deriva, que clama contra el acuerdo de la Unión Europea y Turquía, una declaración tachada por los asistentes de “vergonzosa e ilegal”.

Y en la vida real…

Juan Diego Botto (Buenos Aires, Argentina, 1975) acaba de comprarse un billete de avión para regresar de Estados Unidos, donde durante cinco meses ha estado rodando la serie Good behaviour (TNT)Good behaviour , cuya primera temporada comenzará a emitirse en el mes de noviembre en EEUU. Interpretará a un asesino en serie junto a Michelle Dockery, la protagonista de Downton Abbey, que dará vida a una estafadora que trata de rehacer su vida al salir de la cárcel.

Juan Diego Botto es un actor argentino de nacimiento que llegó a España con tan sólo tres años, hijo de la actriz y profesora de interpretación Cristina Rota. Precisamente en la escuela fundada por ella, Centro de Nuevos Creadores, es donde Juan Diego comenzó sus estudios en interpretación.

Su primera aparición en la gran pantalla fue con tan sólo ocho años en la película Juego de poder (1983), dirigida por Fausto Canel. Desde entonces, no ha parado de trabajar ni en el cine, ni en el teatro, ni en la televisión. Ha participado en films como Martín (Hache) (1997), dirigida por Adolfo Aristarain, Plenilunio (1999), de Imanol Uribe, Vete de mí (2006), de Víctor García León, o Hablar (2015), de Joaquín Oristrell. En total, Juan Diego Botto cuenta con 44 largometrajes a sus espaldas y un cortometraje, El balancín de Iván (2002), de Darío Stegmayer.

Peridis mira a la Edad Media para remediar el 'Brexit'

Ver más

Pero también ha ejercido de director en el corto Doble moralDoble moral (2004), uno de los 32 incluidos en la película ¡Hay motivo! Además, participó como guionista en el film Los abajo firmantesLos abajo firmantes (2003), dirigida por Joaquín Oristrell.

Ha participado como actor en un total de nueve obras de teatro, entre las que se encuentran Ciudades perdidas, escrita por Bertolt Brecht y dirigida por Andrés Suárez, El privilegio de ser perro, donde debutó como dramaturgo y director de escenaEl privilegio de ser perro, o Hamlet, también dirigida por él mismo y que le otorgó el Premio Fotogramas de Plata a mejor actor de teatro. Además, ha participado en otras tres obras como autor: Despertares y celebraciones, La última noche de la peste y Un trozo invisible de este mundo, obra que le valió dos premios Max: a mejor actor y a mejor autor revelación.

Fruto de su trabajo como actor, ha estado nominado en tres ocasiones a los premios de la Unión de Actores y en cinco ocasiones a los Goya.