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La democracia no pide nuevas elecciones

Odón Elorza

Escuchando algunos comentarios expreso mi rechazo, en defensa de las reglas de la democracia y por respeto a la voluntad de los electores, a la celebración de unas terceras elecciones. ¿Y por qué no, luego, unas cuartas? Me pregunto hasta cuándo se deberían propiciar y me resulta indefendible una posición que ya mantuvieron hace tan solo unos meses, por intereses exclusivamente electorales, Podemos y el PP. Claro que Podemos no logró el sorpasso y encima resucitó a Rajoysorpasso.

La gravedad de la crisis institucional, económica y social, obliga a los partidos –en especial a los de izquierda que defienden a la mayoría social que sufre la crisis, el interés general y la dimensión protectora del Estado Social– a proponer alternativas que permitan solucionar los problemas y retos del país. Alternativas que partan de una reflexión transparente en la que no primen los intereses de poder o las conveniencias de partido.

Deseo que el Partido Socialista, la misma tarde del día 2 de septiembre y tras el fracaso de la investidura de Rajoy, apueste por recuperar la iniciativa política. Urge ofrecer una salida para que España tenga un gobierno y una oposición que aporten respuestas a las necesidades de la gente y otra vía para salir de la crisis.

Si no lo hacemos habremos perdido la mejor oportunidad –quizás la única que dispongamos– para redimirnos. Aunque es evidente que, asumiendo riesgos, el éxito o fracaso de las iniciativas dependerá de cómo las planteemos y de qué respuesta nos den otras fuerzas.

Tenemos distintas posibilidades, sí. Y todas entrañan riesgos para el PSOE. Pero estamos en política por convicciones y anhelos colectivos, aunque una cuadrilla de descerebrados sigan haciendo de la política su coto particular. Hasta el punto de que imputan a otros el bloqueo de una situación que exige a Rajoy ofrecer negociaciones con propuestas que impliquen cesiones.

Pero la derecha sigue obsesionada en presionar al PSOE hasta llegar al absurdo de prever la posible celebración de otras elecciones un 25 de diciembre. Y todavía nadie ha pedido la dimisión de Ana Pastor. ¡Vaya futuro le espera al Congreso!

Vivimos un nuevo ciclo de la política en España que rompió el bipartidismo y ha de garantizar la separación de poderes. Es imprescindible que nos traiga una democracia más crítica y participativa, la aceptación real del pluralismo, la aplicación de una cultura de pactos y el empoderamiento del Parlamento ante el Gobierno. Unas reglas de juego en desuso.

Hay razones sobradas para repudiar la continuidad de Rajoy y, en coherencia, intentar construir una alternativa. Recuerdo que me quedé en absoluta minoría, hace solo tres y dos años, cuando pedí repetidamente, en el seno del Grupo Socialista, ante las distintas direcciones del PSOE e incluso por escrito, la presentación de una moción de censura contra Rajoy. Al no presentarse se cometió un tremendo error y se hizo un flaco favor a la dignidad de la democracia.

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En febrero, los socialistas no podíamos enrocarnos en una posición de rechazo como respuesta a las políticas inmorales y a los comportamientos miserables del Partido Popular. Tampoco ahora. Deberemos movernos a campo abierto y hacer política sin la rigidez de las líneas rojas, porque se trata de proponer alternativas en vez de prolongar un discurso de resistencia. Es tiempo de poner la imaginación a trazar curvas verdes. No pierdo la esperanza de que en ningún caso –a donde nos lleven– supondrá el olvido de nuestros principios ni la rendición de nuestro programa.

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Odón Elorza es diputado socialista por Gipuzkoa en el Congreso de los Diputados.

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