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La situación en el PP

El PP sostiene que una llamada de Rajoy tampoco serviría para que Barberá deje el escaño

El PP considera que una llamada de Rajoy tampoco serviría para que Barberá deje el Senado

"Echo en falta un cierto liderazgo de Rajoy, que ha desparecido 48 horas [...] Alguna autoridad tendrá el presidente del partido y presidente en funciones para pedirlo [el escaño a Barberá]. Debería hacerlo y no lo ha hecho". Albert Rivera, líder de Ciudadanos, hurgaba este jueves en dos de las principales heridas de Mariano Rajoy: la del caso Barberá y la de su liderazgo. Para el presidente de los conservadores es muy incómodo ver cómo la que fue su amiga, la que tantos votos le dio en Valencia, la que le sostuvo cuando en 2008 le querían mover la silla se de baja en el partido. Pero también es muy incómodo que se traslade la idea de que la exalcaldesa le ha echado un pulso y ha ganado negándose a entregar el acta para dejar de hacer daño al PP. Quienes conocen a Barberá y han hablado con ella estos días aseguran que ni una llamada de Rajoy hará que se mueva de su posición.

Las fuentes consultadas por infoLibre aseguran que, fuera ya del PP, cualquier decisión que tome será personal y no por influencia ni de Rajoy ni de cualquier otro cargo del partido. Añaden que mucho tiene que cambiar la situación para que deje el escaño después de no haberlo hecho el miércoles. "Da igual que se lo pida quien se lo pida. Está convencida de que irse del escaño es asumir que es culpable y prefiere seguir estando sometida a esta presión política y mediática", señala un dirigente conservador conocedor del proceso que condujo a que la exregidora accediera, a petición del partido, a entregar su carné de militantecarné.

Aferrada a su escaño, Barberá se mantiene como aforada y el órgano competente para instruir su causa es el Supremo. La Sala II de este tribunal abrió este martes causa a la exalcaldesa de Valencia y senadora por un presunto delito de blanqueo de capitales. La investigación se produce a raíz de la exposición razonada elevada al Supremo el pasado mes de abril por el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia, y que recogía indicios contra la aforada en un presunto blanqueo de capitales en el Grupo Popular del Ayuntamiento de Valencia cuando ella era alcaldesa, un informe que apoyó la Fiscalía. A partir de ese momento el PP entró en pánico. Los candidatos a las gallegas y vascas y, detrás de ellos, destacados miembros del partido y del Gobierno salieron en tromba a pedir su cabeza.

Rajoy, en la sombra

Veinticuatro horas después de conocerse que Barberá se iba, pero a medias, el PP respiraba este jueves algo más aliviado. No obstante, el clima en el partido seguía revuelto, algo a lo que contribuía el hecho de que Rajoy no haya hablado con la alcaldesa desde que se conoció la decisión del Supremo. La no comunicación del jefe con la senadora ha hecho pensar a más de uno en el PP que todos los puentes están rotos y que éste no va a salir a parar los pies a los suyos porque su silencio es una muestra más de que él también piensa que Barberá estaría mejor fuera del escaño.

A Rajoy no le gusta tener cadáveres en el armario y no le gusta aparecer como brazo ejecutor de las dimisiones de los que un día fueron de su máxima confianza. Pero en un partido tan jerárquico como el PP a nadie se le escapa que María Dolores de Cospedal, la secretaria general, y Fernando Martínez-Maillo, vicesecretario de Organización, estuvieron negociando con Barberá su salida con el pleno conocimiento de Rajoy. Barberá no emitió el comunicado hasta que se le planteó un ultimátum: o entregaba el carné o convocaban al órgano disciplinario del partido para que la suspendiese de militancia. Del escaño en el Senado, ni hablar. 

"Yo mismo hablé con ella en muchas ocasiones. hablé con ellaLe pedimos que en interés del partido y en su propio interés tenía que dar un paso atrás. Ahí hemos estado dialogando y hablando con ella en todo este tiempo", señaló el propio Maillo en una entrevista concedida a Telecinco recogida por Europa Press. 

¿Dos sectores?

Cuando el PP no se ha recuperado del caso Soria, un escándalo en el que se evidenciaron dos discursos: el de Rajoy, Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Luis de Guindos defendiendo el nombramiento como director ejecutivo del Banco Mundial y el de casi todos los barones en contra, este jueves volvieron a aflorar en público algunas diferencias entre dirigentes del partido y miembros del Gobierno. Al menos, de discurso.

No es la primera vez, no obstante, que los vicesecretarios más jóvenes muestran mayor dureza que los miembros más veteranos de la dirección nacional en lo que a Barberá se refiere. Ya en abril, cuando estalló el caso, presionaron para que Barberá se apartara. Pero a Rajoy le pareció demasiado pronto. Les prometió que sería tratada igual que el resto, pero a su debido tiempo

Cospedal fue la primera voz autorizada de la dirección nacional en defender el nombramiento, ya frustrado, de Soria. Y también fue este jueves la primera voz, y la única, que dijo de forma clara que entendía que Barberá siguiese de senadora. En declaraciones a los medios en Santiago de Compostela, donde viajó a apoyar a Alberto Núñez Feijóo como candidato a la Xunta, Cospedal señaló que Barberá todavía "no ha ido a declarar" al tiempo que exigió "un mínimo de respeto a la presunción de inocencia", informa Europa Press.

"¿Conoce a muchos ciudadanos que sin haber ido a declarar por aportar 1.000 euros tengan que dejar un escaño? Yo, no", añadió.

Además recordó que en el momento en el que se conoció la decisión de Supremo ella se mostró convencida de que la exregidora municipal haría "lo mejor para los intereses generales, para el PP y para poder defender su inocencia". "Eso es lo que ha hecho", sostuvo.

Por su parte, el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, aseguró que la "solución" alcanzada en torno a la situación de Rita Barberá es "positiva", aunque señaló que, a su juicio, sería "mejor" que renunciara a su escaño en la Cámara alta. 

Maroto y la "ejemplaridad"

Más duro fue el vicesecretario sectorial del PP, Javier Maroto. Para él, "no es ejemplar mantenerse en el escaño exclusivamente para disfrutar de una posición de aforamiento". El dirigente del PP vasco considera que la actuación de Barberá, en el "final de su carrera", no cumple con el requisito de "dignidad" ni con el de "ejemplaridad" con el que los políticos deben ejercer su vida personal. "No cumple ninguna de las dos cosas y lo lamento profundamente porque en su comunicado y en sus expresiones dice que no quiere hacer daño ni al partido ni a las instituciones y, desgraciadamente, hemos comprobado que no está siendo así", dijo en declaraciones a RNE.

Fuera ya de la dirección del PP, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el ministro de Economía, Luis de Guindos, de promoción por su libro, también fueron críticos con la permanencia de Barberá en el escaño. Lo mismo que opina Isabel Bonig, presidenta del PP de la Comunidad Valenciana. 

De hecho, Bonig presentó una resolución en Las Cortes para que, en casos como los de Barberá, que es senadora por designación autonómica, la institución responsable del nombramiento pueda dar marcha atrás por, entre otros, motivos judiciales.

Fuentes de la dirección del PPCV consultadas por infoLibre aseguran que antes de presentar la resolución se avisó a Génova del contenido de la misma y que no se puso objeción alguna.

Levy niega la división

En un intento de llamar al orden, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, aseguró este jueves que no hay división ni "dos" PP. "Estamos todos a una defendiendo el PP. No hay dos PP porque las siglas del PP las defiende Maroto, las defiendo yo y las defiende la señora Cospedal", manifestó en una entrevista en 13TV.

"Cada uno tiene su manera de expresarse", defendió. A su juicio, "a veces la manera no es hablar alto sino hablar claro", subrayando que bajo las siglas del PP los comportamientos han de ser ejemplares.

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Fuentes de la dirección nacional del PP niegan cualquier tipo de división. En la misma línea de las palabras de Levy señalan que cada uno habla en función de sus responsabilidades y que no hay nadie del partido que en los últimos días no haya trabajado para defender las siglas lo mejor posible. 

"El PP no puede hacer nada más. No está en sus manos", insisten. 

Este jueves, el argumentario difundido por el partido entre sus cargos públicos y militantes intentaba pasar página. Al caso Barberá le dedicaba la frase de cierre. La consigna es que la exalcaldesa está ya fuera del PP: "La exalcaldesa ha decidido no dimitir de su escaño en el Senado, pero ya fuera del Grupo Parlamentario Popular en el Senado", puede leerse.

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