Sánchez evita la autocrítica y justifica el congreso en que el PSOE debe tener “una única voz”

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, compareció este lunes en rueda de prensa tras haber anunciado ante sus compañeros de la ejecutiva federal –el núcleo duro de la dirección socialista– su intención de convocar ya el 39 Congreso del partido y de celebrar unas primarias en octubre.

El líder socialista justificó su propuesta de convocar ya el congreso en que el PSOE tiene que tener una "única voz, no como ahora" y en el hecho de que, a su juicio, es necesario "dar cauce" al "debate de fondo" en el que anda inmerso el partido en el último año entre los partidarios de favorecer con su abstención que el PP siga en la Moncloa y los que apuestan por intentar una mayoría alternativa. "Ha llegado la hora de que planteemos ese debate donde corresponde, a la militancia", señaló. 

Así, insistió en varias ocasiones a lo largo de los más de cuarenta minutos que duró su rueda de prensa en que este es un debate "de fondo, no menor". E insitió en que las diferencias que hay en el seno del PSOE no son sobre las consecuencias de una abstención técnica para que el PP siga en el Gobierno, sino sobre "la posición del partido en el escenario político en los próximos años".

Ante etas posiciones encontradas Sánchez se situó en el grupo de los que defienden intentar una alternativa y anunció que él intentará formar un Gobierno "transversal" y de "amplia base parlamentaria" con los partidos que se identifican con el "cambio". Esta vez, sin embargo, no excluyó explícitamente a las formaciones soberanistas. Y eso a pesar de que el Comité Federal del partido –el máximo órgano entre congresos del PSOE– acordó el pasado diciembre tras las elecciones del 20D la exclusión en cualquier negociación de cara a una posible investidura de los partidos que reivindiquen el derecho a la autodeterminación.

El Comité Federal es el órgano al que, según el artículo 33 de los estatutos del partido, le compete "determinar las fechas y lugar de reunión [del Congreso] por lo menos con 60 días de antelación". Pues bien, la voluntad de Sánchez es que el Congreso se convoque en el Comité Federal que está previsto para este sábado. Pero, ¿qué ocurre si no salen los números y se no se aprueba su propuesta? Hasta en tres ocasiones fue preguntado Sánchez al respecto, aunque en las tres se fue por la tangente. "Estoy convencido de que el Comité Federal no será una cortapisa para hable la militancia", señaló. 

Responsabilidades políticas 

Por otro lado, el secretario general evitó hacer autocrítica sobre los resultados que el PSOE obtuvo este domingo en Galicia y el País Vasco y rechazó hacer "una lectura uniforme de realidades diferentes". En este sentido, aseguró que "lo más importante" es ver qué utilidad se da a los escaños obtenidos y se limitó a reseñar el "fragmentado" escenario político en Euskadi y la conjunción de una nuevo competidor [por En Marea] y una buena campaña de Feijoo en Galicia como causas del desplome socialista. 

También al ser cuestionado por la asunción de responsabilidad políticas por este resultado que piden algunos dirigentes de su partido –especialmente, el PSOE andaluz–, Sánchez respondió retando a presentarse al Congreso de la formación a quien tenga un proyecto mejor. "Yo asumo toda la responsabilidad y por eso quiero que haya un Congreso. Las personas que consideran que con su liderazgo el partido puede estar en mejor estado del que está ahora, que se presenten", aseveró. 

Convocatoria del Congreso

Horas antes de esta rueda de prensa, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, anunció ante sus compañeros de la dirección su intención de convocar ya el 39 Congreso del partido y de celebrar unas primarias en octubre. Sánchez hizo este anuncio ante la comisión permanente de la ejecutiva federal –el núcleo duro de la dirección socialista– reunida en la sede de Ferraz para analizar los resultados de las elecciones de este domingo en Galicia y el País Vasco, según confirmaron fuentes del partido consultadas por Europa Press.

La olla a presión en la que se ha convertido el PSOE en los últimos tiempos se disparó al máximo este jueves al filtrarse que Pedro Sánchez planeaba convocar el congreso del partido pendiente desde hace meses para diciembre y apurar los plazos para permitir la celebración de una votación exprés del secretario general por parte de los militantes el día 23 de octubre. Esa información ha quedado confirmada este lunes.

Entonces, fuentes cercanas al líder socialista señalaron que "no se puede mantener permanentemente el ruido interno contra el secretario general". "Si alguien quiere dar el paso e ir a por el liderazgo del partido, tiene la vía abierta para hacerlo", dijo a infoLibre un dirigente de su entorno, al tiempo que llamaba a acabar con las "amenazas de amotinamiento". De ahí que este movimiento se pueda interpretar como un intento de frenar la rebelión interna.

Mandato caducado 

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El amago de Ferraz de alterar el calendario del congreso suscitó de inmediato la reacción de las federaciones críticas, que consideraron ese paso como algo "inaudito" y casi una "provocación". De hecho, interpretaron esta estrategia de Sánchez como una "huida hacia adelante" para perpetuarse en la secretaría general.

La celebración del próximo congreso del partido, en el que la militancia socialista deberá elegir a su secretario general para los próximos cuatro años, es una cuestión que aunque en público había estado aparcada hasta el momento, sí ha condicionado en los últimos meses los planteamientos de los dirigentes. El mandato de Sánchez, de hecho, está caducado desde el pasado febrero.

Según los estatutos, el congreso del PSOE tendría que haberse celebrado a más tardar en febrero de 2016, pero por distintas razones se fue aplazando. Finalmente, el Comité Federal del 2 de abril de 2016 acordó postergarlo sine die hasta que hubiera Gobierno. De ahí que esta semana los críticos afearan a Sánchez que dinamitara el "ejercicio de responsabilidad" que asumió el Comité Federal de no abrir el melón del liderazgo interno del partido hasta que no estuviera resuelta la gobernabilidad del país.