Memoria histórica
Jehanne van Woerkom: “Mi trabajo busca poner fin al llanto de las víctimas del franquismo”
Fotografías con aire holandés para que las víctimas del franquismo no caigan en el olvido. Ese es el objetivo de la exposición 'Memoria histórica, las secuelas amargas del franquismo', de la reportera gráfica Jehanne van Woerkom, que se puede visitar desde el pasado miércoles y hasta el próximo 9 de octubre en el Museo de Zaragoza. La muestra se enmarca en el VI Encuentro Transfronterizo de Memoria Histórica Democrática, una iniciativa impulsada por el Gobierno de Aragón que permitirá que durante todo este fin de semana se aborden en la capital aragonesa temas como las políticas públicas y educativas en torno a la memoria, los bebés robados durante la dictadura o la justicia para las víctimas de la guerra civil y el franquismo, entre otros.
No es la primera vez que esta muestra, que está formada por 50 composiciones –que combinan fotografía y pintura–, sale del taller de la artista holandesa. Se expuso por primera vez en 2014 en el Museo de la Resistencia (Ámsterdam). Un año más tarde, en el Instituto de Estudios de Guerra, Holocausto y Genocidio, también en la ciudad holandesa. Pero en 2016, Van Woerkom ha tenido la oportunidad de traer esas imágenes, que muestran el dolor y la perseverancia de las víctimas de la guerra civil y la posterior dictadura, al lugar del que salieron. Entre abril y septiembre, se han podido ver sus composiciones, que muestran exhumaciones y protestas de los colectivos memorialistas, en el Museo de la Paz de Guernica. Hasta el próximo 2 de octubre, se podrán contemplar en el Museo de Zaragoza. "Y espero poder llevarla también a Madrid", apunta en conversación telefónica con infoLibre.
La artista holandesa comenzó su trabajo después del asesinato, en marzo de 1982, de cuatro periodistas alemanes en El Salvador. "Uno de ellos era amigo mío. En ese momento fui consciente de que quedarte de brazos cruzados ante las violaciones de los derechos humanos te convierte en culpable. Entonces, me propuse contar la verdad a través de la fotografía", explica. Con ese objetivo, Van Woerkom inmortalizó el sufrimiento tras el genocidio de Srebrenica o el drama de los refugiados a través de los niños del centro para solicitantes de asilo de Crailo, en su Holanda natal. Con todas estas experiencias concluidas, empezó su aventura en suelo español.
"España no es sólo sol y playa"
Recuerda perfectamente el momento en el que se enteró de lo que estaba sucediendo con las víctimas de la dictadura franquista. "En un medio holandés vi la imagen de unos ancianos que portaban retratos de sus seres queridos. En un primer momento pensé que se trataba de Argentina o Chile. Sin embargo, me quedé en shock cuando leí que la fotografía era de Españashock ", cuenta a este diario. La artista asegura que el tema era para ella era "prácticamente desconocido" y, por eso, decidió contarlo a través de sus imágenes. "Quería romper el silencio que existe alrededor de este asunto. Abrir mi boca a través de la fotografía y mostrar lo que estaba sucediendo en plena Unión Europea", explica.
Cámara en mano emprendió el viaje a España y se plantó en las marchas y concentraciones que las asociaciones memorialistas organizaban en la capital para reivindicar verdad, justicia y reparación para las víctimas. "Tenía que conocer de primera mano lo que sucedía", señala, y añade que todos estos actos le recordaban "enormemente" a las rondas que organizaban las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina. La artista holandesa comenzó así a conocer la situación en la que se encontraba –y encuentra– la memoria histórica en nuestro país. Fotografió los "rostros de sufrimiento y desesperación" de los familiares, inmortalizó exhumaciones y se hizo miembro de la Plataforma por la Comisión de la Verdad –forma parte también del Institute For Research of Genocide Canada (Ottawa) y del Political Committee for Justice and Peace in the Balkans–.
"España no es sólo sol y playa", quiso demostrar a sus compatriotas en Holanda. "Quería enseñar la tragedia que se estaba viviendo. Romper el silencio y olvido sobre los que se cimentó la Transición española", relata. Todavía recuerda la primera vez que intentó vender su exposición. "Una representante del Instituto de Estudios de Guerra, Holocausto y Genocidio me dijo que España no era un tema para nosotros. ¡Qué increíble fue aquello para mí! ¿Alemania sí pero España no? Sin embargo, viendo la calidad del trabajo, decidieron mostrarlo y que no se quedara en mi taller. Pues bien, el tema suscitó mucho interés", relata.
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"Que se acabe con esos llantos"
Durante su trabajo pudo conocer de primera mano las dificultades que durante años llevan atravesando los hijos y nietos de unas víctimas que sólo quieren encontrar los restos de sus seres queridos. Sabe que en nuestro país hay documentadas un total de 2.246 fosas, según la última actualización del Mapa de Fosas que el Ministerio de Justicia elaboró tras la aprobación y puesta en marcha de la Ley de Memoria Histórica. Y no se le borra de la cabeza que España es, tras Camboya, el segundo país del mundo con mayor número de personas víctimas de las desapariciones forzadas –unas 115.000, según las últimas cifras ofrecidas por Rights International Spain (RIS)–.
Pero tampoco se olvida de un Estado inactivo. De lo "escandaloso" que resulta ver a todas estas personas llevando sus casos ante la justicia argentina porque en su país una "ley de amnistía" bloquea cualquier intento de conseguir que los criminales de aquel régimen dictatorial que todavía siguen vivos paguen por los delitos que cometieron. De un Gobierno que no cumple una ley que lleva media década aprobada y que retira las ayudas a unas asociaciones memorialistas que luchan por recuperar la dignidad de los represaliados. "Mi trabajo es un manifiesto para que esto se acabe. Para poner fin a los llantos y las dificultades de las víctimas del franquismo", sentencia la artista holandesa.