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Sindicatos

CCOO y UGT tratan de recuperar músculo sindical en sus movilizaciones contra el Gobierno de Rajoy

Los secretario generales de CCOO y UGT,  Ignacio Fernández Toxo (d) y Pepe Álvarez.

Después de un año con el diálogo social paralizado, los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, afrontan esta semana las dos primeras jornadas de movilización de una campaña que, según explican, irá in crescendo si el Ejecutivo de Mariano Rajoy y la patronal no se sientan a dialogar sin líneas rojas. Las dos centrales sindicales no aceptan que las negociaciones arranquen con palos en las ruedas. Por eso, ambos sindicatos han planteado volver a la calle con el objetivo de "engrasar" este diálogo a golpe de protesta, convocando concentraciones en las capitales de provincia para este jueves y una "gran manifestación" en Madrid el próximo domingo 18 de diciembre.

El detonante fue la reunión que las dos centrales sindicales mantuvieron a finales de noviembre con el líder del Ejecutivo, la ministra de Empleo, Fátima Bañez, y la patronal CEOE-Cepyme. Iban con la intención de dejar claro al nuevo Gobierno que su objetivo era la recuperación de los derechos laborales perdidos durante la última legislatura. Pero salieron de la cita con el diálogo social acotado: nada que afectase a los compromisos adoptados con Bruselas y ni hablar de cambios profundos en la reforma laboral. "Salgo como he entrado", llegó a decir una vez fuera de La Moncloa el secretario general de la UGT, Pepe Álvarez.

CCOO y UGT buscan revertir una buena parte de las políticas que se han aplicado durante la pasada legislatura. Consideran necesario que vuelva a crearse empleo de calidad y se ponga fin a una tasa de temporalidad "escandalosa", acabando así de una vez por todas con una figura del "trabajador pobre" que consideran cada vez más consolidada. En este sentido, y para hacer frente a la desigualdad lacerante en España, las dos centrales sindicales quieren que en los próximos Presupuestos Generales del Estado se contemple una renta mínima garantizada y pretenden una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que llegue hasta los 1.000 euros al final de la legislatura.

Pero tampoco se olvidan, recuerdan en conversación con infoLibre, de la necesidad urgente de volver a poner el foco sobre una reforma laboral que el Gobierno considera exitosa –pero que la mayoría del arco parlamentario es favorable a liquidar– y de afrontar el "altamente sensible" problema de las pensiones. En este sentido, los sindicatos creen que la revalorización del 0,25% que planea el Ejecutivo conservador para el año 2017 es insuficiente. "Han estado muchos años cotizando para tener una pensión digna", sostienen desde UGT.

Diálogo pero con 'líneas rojas'

El secretario de Organización y Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, señala que desde el sindicato han tratado de canalizar todas las reivindicaciones "a través del diálogo social". Sin embargo, critica que se han encontrado con una actitud "contradictoria" del Ejecutivo: "Por una parte aseguraban que había mucha disposición para negociar, pero en la práctica han acotado tanto los márgenes que da la sensación de que el diálogo puede ser poco sustancial", apunta en conversación telefónica con este diario. Por ese motivo, han apostado por "engrasar la negociación a través de la movilización".

Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de la UGT, sostiene, por su parte, que es "fundamental" abrir de nuevo el "diálogo social" en un periodo de crecimiento económico que no se está viendo reflejado ni en los empleos ni en los salarios. La dirigente sindical critica que les hayan achacado que no ha dado al Gobierno la oportunidad de pronunciarse. "Pero si en la primera reunión el Ejecutivo nos dice que las reformas han funcionado y que no las va a modificar, pues nosotros tenemos que poner las cartas sobre la mesa y decir que por ahí no vamos a pasar", dice. "Con esos mimbres, ya me dirás qué cesta vamos a hacer", añade Lezcano.

Por eso, los sindicatos anunciaron al día siguiente de aquella reunión que se echarían a la calle bajo el lema "Las personas y sus derechos lo primero". "La movilización es pertinente ahora porque ya hay Gobierno, se acabó la provisionalidad, porque hay un Parlamento que tiene que ser más permeable a las exigencias, a las demandas de la ciudadanía y porque la negociación tiene unos límites tan estrechos que difícilmente va a dar resultados si no se empuja desde las calles", señaló el pasado martes el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.

Protestas el 15 y 18 de diciembre

La semana de movilizaciones para presionar al nuevo Gobierno tiene dos días claves: este jueves y el próximo domingo. Según el calendario de CCOO, hay convocadas para el 15 de diciembre protestas en 50 ciudades de España, a las que se suman otra docena de concentraciones en Castilla y León el próximo viernes. "Esta primera convocatoria tiene como objetivo dar visibilidad a los diferentes territorios", explica Antoñanzas, que considera fundamental que en las diferentes comunidades autónomas "reivindiquen" tanto al Ejecutivo central como a los Gobiernos y patronales autonómicas "las cuestiones que consideren fundamentales".

Pero la guinda quieren ponerla el domingo en la capital a través de una manifestación que arranca a mediodía de la Plaza de Neptuno y tiene previsto finalizar cerca de la Puerta del Sol. Sin embargo, Lezcano avisa de que no conciben la marcha en Madrid como una "megamanifestación", sino que la engloban dentro de un proceso de movilizaciones que tiene que ser "dilatado en el tiempo y creciente en intensidad". "Estas convocatorias son solo el inicio", alerta.

Los dos sindicatos consultados por infoLibre señalan que hasta la fecha tienen el apoyo directo del PSOE y Unidos Podemos, aunque recalca que se han puesto en contacto con todas las formaciones políticas. "Marcan el inicio de un ciclo de movilizaciones desde abajo", señaló el pasado miércoles el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos, Rafa Mayoral. "El PSOE va a estar del lado de los sindicatos y tenemos que establecer una alianza para un trabajo compartido", apuntó el portavoz de la gestora que pilota la formación socialista, Mario Jiménez.

Recuperar músculo sindical

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Si no se tienen en cuenta las manifestaciones que los dos sindicatos convocan cada Primero de Mayo, hay que remontarse hasta 2012 –mismo año en el que se convocaron las dos últimas huelgas generales (29 de marzo y 14 de noviembre)– para volver a encontrarse con una convocatoria similar en la capital en la que fueran de la mano CCOO y UGT. "Hace mucho tiempo que no convocábamos una movilización similar", concede Antoñanzas. Sin embargo, Lezcano asegura que no han desaparecido de la calle: "Lo que pasa es que en todo este período han cobrado más fuerza las iniciativas sobre temas de carácter más sectorial".

Desde UGT consideran que es necesario volver a salir a la calle porque "ya es hora de levantar la cabeza y decir que estamos aquí" después de unos años de "descrédito". "Queremos recuperar nuestro músculo sindical y decir que vamos a pelear para conseguir cosas", señala la vicesecretaria del sindicato, que reconoce que durante los últimos años han podido cometer errores, sobre todo a la hora de explicar ciertas cuestiones. Lezcano, por su parte, considera que los sindicatos mayoritarios han sido objeto de "campañas demoledoras" para "debilitar" su influencia. Sin embargo, cree que no han perdido músculo estos últimos años.

CGT se desmarca de las movilizaciones

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La Confederación General del Trabajo (CGT), sin embargo, se desvincula. Así lo anunció el sindicato a través de un comunicado en el que señalaba que "no asistirá" a lo que consideran "movilizaciones instrumentales" de los "sindicatos del régimen", a los que acusan de dejar a la clase obrera desde 1977 en una situación de "precariedad integral, pobreza y desigualdad social" a través de sus políticas de "consenso y diálogo social". "Hasta extremos nunca conocidos en el estado español", añadían en la nota.

"Lo único que pretenden es ganar músculo respecto al nuevo pacto social", señala en conversación con infoLibre Desiderio Martín, secretario de Formación y Jurídico del sindicato. En su opinión, CCOO y la UGT "no han enfrentado en el cotidiano diario" aspectos como la destrucción de empleo durante los últimos años. Y critican que no hayan salido a la calle con "intenciones serias de quebrar" las diferentes políticas fiscales, tributarias y sociales estos últimos años. "Algo que nosotros sí hemos hecho de la mano de las mareas y las diferentes organizaciones sociales que se han ido creando", añade Martín.

Desde UGT y CCOO rechazan entrar en confrontación. "Cada sindicato es libre de decir y opinar lo que quiera", sostiene Antoñanzas. "Ha habido continuidad de las manifestaciones a través de movimientos como las mareas verdes o blancas, por ejemplo, y en los que hemos participado", añade Lezcano. Con estos mimbres afrontan los dos sindicatos mayoritarios las primeras movilizaciones contra el nuevo Gobierno de Rajoy. No descartan nuevas marchas. Y, aunque todavía admiten que es muy pronto, desde UGT avisan: "La huelga general es otra herramienta más".

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