PP
Aznar rompe con el PP de Rajoy
El expresidente del Gobierno José María Aznar envió este martes una carta al jefe del Ejecutivo y líder del PP, Mariano Rajoy, en la que le comunica su decisión de renunciar a la presidencia de honor del partido, aunque se mantiene como militante.
Aznar, que también ha hablado por teléfono con Rajoy, añade en la misiva que esta decisión supone también que no participará en el próximo congreso nacional del PP, una cita que, no obstante, espera sea un "éxito".
La noticia se produce el mismo día que la dirección nacional del partido presentaba la ponencia política y de estatutos para ese cónclave. Horas antes de conocerse la decisión del ya expresidente de honor de los conservadores el vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, se encargó de recordar que "el presidente de honor del partido forma parte del congreso, sin más". Es decir, que no requería ningún tipo de invitación especial.
"Quiero comunicarte, por medio de estas líneas, mi decisión de renunciar a la presidencia de honor del Partido Popular", comienza su carta Aznar. "Hoy la nueva situación de la Fundación FAES, que desde de su creación en Valladolid en 1989, siendo yo presidente de la Junta de Castilla y León, ha estado vinculada al Partido Popular; su independencia y, por consiguiente, su desvinculación del Partido Popular, aconseja, sinceramente, esta decisión", argumenta el expresidente.
"Esta decisión, junto a otras consideraciones que alargarían innecesariamente estas líneas, significa, también, mi no participación en el próximo congreso del Partido Popular. He participado en todos los congresos del Partido Popular desde 1979. Será la primera vez que no lo haga, y, por lo tanto, quiero expresar mis mejores deseos de éxito en tan importante cita", agrega la misiva.
"Después de haber sido durante ocho años presidente del Gobierno de España; durante 14 años presidente nacional del Partido Popular y durante otros tanto su presidente de honor, mantengo mi condición de militante del Partido Popular, adquirida hace casi ya 38 años", concluye la carta.
FAES decidió el pasado mes de octubre renunciar a las subvenciones que hasta ahora percibía por estar vinculada al Partido Popular, rompiendo así su vínculo histórico con los conservadores. "Por diferentes razones, la Fundación FAES entiende que ese modelo de financiación pública no es el adecuado ni a las circunstancias actuales ni para el futuro de la fundación y así se lo transmitió meses atrás a la dirección del Partido Popular con la que se han mantenido diversas conversaciones", indicaba el comunicado.
En noviembre se conocía que el PP buscaba sustituta para la FAES como think tank del partido. En los tiempos de sintonía entre el partido y la fundación, esta era clave como laboratorio de ideas, como forma de aportar contenido a las iniciativas políticas y a los programas electorales.
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Antes del divorcio oficial entre FAES y el PP, destacados dirigentes del PP se quejaban de que desde la fundación y desde el entorno de Aznar se sacudiese con tanta dureza y frecuencia a Rajoy, a sus políticas y a su Gobierno. Estas fuentes coincidían en lo contradictorio de que una fundación vinculada a un partido lanzase munición contra ese partido. Con cierta ironía comentaban que FAES había pasado de ser "el laboratorio de ideas del PP" a ser "el laboratorio de ideas contra el PP".
La gota que colmó el vaso de la paciencia de Rajoy y los suyos fue el comunicado que Aznar emitió el 28 de septiembre de 2015, un día después de las elecciones catalanas. "El electorado del PP ha dado un aviso en las elecciones europeas, muy serio; otro en las municipales; otro en las autonómicas; otro en las andaluzas, y le acaba de dar otro aviso en las elecciones catalanas. Son cinco veces consecutivas en pocos meses en los que el electorado te está diciendo que no está contento con cómo están las cosas. Ya va el quinto aviso y no se puede desoír", había dejado Aznar por escrito.
En este contexto, desde la dirección nacional se avisaba de que la relación entre PP y FAES necesitaba ser revisada. En el PP se quejaban de que cada vez que Aznar abría la boca lo hacía para reñir a su propio partido. Y en el entorno de expresidente del Gobierno criticaban que el partido no tenía presentes sus sugerencias a la hora de redactar los programas electorales, que los cauces de comunicación eran mínimos y que desde determinados sectores de Génova y del Gobierno se había intentado desprestigiar a la figura de Aznar con informaciones falsas.