Continuará
2016: Mucho mejor la ficción que la realidad
2016 ha sido un año detestable y, desgraciadamente, inolvidable. El listado de acontecimientos políticos y sociales que se han sucedido es deprimente. Esta es una columna que vive de hablar de imágenes. Así que me quedo con la que publicó el siempre provocativo dibujante brasileño André Levy, afincado en Alemania, tras la victoria de Trump en las elecciones americanas. No he visto mejor resumen del año.
Estos días toca a todo el mundo hacer balance de los últimos doce meses. Hemos asistido juntos a un año que podíamos resumir en una frase: Cuando peor ha sido la realidad que hemos padecido, más extraordinaria ha sido la ficción que hemos disfrutado. Curiosa paradoja.
Quizá lo más llamativo es que el año, desde el punto de vista televisivo, tenía en su arranque mala pinta. No quedaba ya ninguna de las grandes series que han marcado la última década. Sin títulos ya como Breaking Bad o Mad Men, Mad Men,muchos estábamos huérfanos, sin grandes esperanzas de volver a encontrar algo semejante. Sin embargo, hemos disfrutado de una cosecha magnífica. Lo mejor de la Promoción del 16 quizá haya sido que casi siempre ha partido desde la humildad, desde la falta de expectativas, desde la siempre placentera sorpresa de lo inesperado.
Si tuviera que resumir el año, éste sería mi balance personal:
- Un acontecimiento llamado Stranger Things. Me rompió la cabeza. Me hizo rejuvenecer, lo cual en mi caso es francamente reseñable. Me hizo recordar los años en los que viví por vez primera la pasión por las series televisivas. Frente a conceptos cada vez más oscuros y, en ocasiones, demasiado rebuscados, la serie de los hermanos Duffer desborda frescura, diversión, misterio y pura evasión. Me fue casi imposible dar al botón del stop después de cada capítulo. En mi tarea de apostolado entre familia y amigos acabé por verla al completo tres veces seguidas en verano.
- La sitcom ha muerto ¡Viva la comedia! La telecomedia tradicional vive una vez más en su historia su enésimo fallecimiento. Es un formato cíclico que muere y resurge década tras década. Aún subsisten con dignidad algunos escasos títulos, más representativos del pasado que del presente, como Modern Family o The Big Bang TheoryModern FamilyThe Big Bang Theory. Mientras, poco a poco, ha empezado a extenderse un buen número de pequeñas joyas dignas de tener en cuenta. Se trata de títulos realizados casi con discreción, que abordan la comedia más desde la sonrisa que de la risa y que reinterpretan y actualizan el formato tradicional. Son series donde el humor siempre es inteligente (Silicon Valley), delicado (Mozart in the Jungle), descarnado (Catastrophe), diferente (Love), diverso (Master of None), adulto (Divorce) o atípico (Better Things).
- Por fin, estamos al día. Las sucesivas llegadas a España de Netflix, HBO y Amazon nos han permitido la posibilidad de tener acceso a la mejor ficción televisiva que se hace en el mundo. Para el principal operador, Movistar, se ha abierto una doble oportunidad tras haber perdido el control de las mejores series norteamericanas. Por un lado, ha aumentado la presencia de producciones de otros mercados europeos y, sobre todo, le obliga a poner en marcha su factoría de series originales españolas. Esperemos que acierten en su estrategia de selección de proyectos.
- El indiscutido reinado de Juego de Tronos. Entre las grandes producciones que han destacado en los últimos años, Juego de Tronos se ha quedado prácticamente sola en la disputa por el reinado universal. Poco a poco, año tras año, ha ido ganando adeptos hasta convertirse en una referencia inevitable. Aún sobreviven otras destacables producciones que vienen de temporadas anteriores como Better Call Saul, House Of Cards o Fargo, pero ninguna de ellas alcanza la relevancia de la adaptación del mundo creado por George R.R. Martin.
- El hijoeputa de Pablo Escobarhijoeputa. Si los directivos de Netflix decidieron apostar por Narcos como proyecto emblemático para acercar a la plataforma al público latino, cabe afirmar que en el caso español ha sido todo un acierto. Una vez más, se demuestra que en el mundo televisivo sólo hay una materia prima de la que depende todo lo demás, el contenido. Narcos ha posibilitado a Netflix su posicionamiento en nuestro mercado y ha cosechado un extendido éxito, hasta convertirse en un fenómeno social que ha llegado a introducir en nuestro lenguaje popular narcotacos imborrables como hijoeputa, gonorrea o malparío.
- Europa como llave de futuro. Una de las mayores limitaciones que tiene el crecimiento de la producción de series en Estados Unidos es el agotamiento de la capacidad creativa. Por muy fuerte y poderoso que sea su mercado, que lo es, se empieza a extender allí la idea de que los mejores están todos ya pluriempleados. Este fenómeno ha posibilitado que cada vez más, la industria norteamericana se siga abriendo a Europa como cantera de nuevos creativos. Tras el éxito internacional en los últimos años de títulos como Borgen o Downton Abbey, plataformas como Netflix han decidido producir directamente con europeos para el mercado mundial. 2016 ha sido también el año de The Crown y de la recuperación de la siempre sorprendente Black Mirror.
- La historia real ficcionada. La clásica expresión de “Basado en hechos reales” ha dominado el mundo de los TV Movies durante las últimas décadas. Ahora parece una clara tendencia en el mundo de las grandes series y miniseries. A la cabeza de todo el amplio fenómeno hay que situar la historia de O.J. Simpson narrada en serie documental (Made in America) y en ficción (The People Vs O.J. Simpson). The People Vs O.J. Simpson
- Los superhéroes derrotados por la ciencia ficción. Tras el arrollador boom que han supuesto las figuras del cómic adaptadas al cine, el intento de repetir el fenómeno parece difuminarse. De la gran cantidad de series centradas en este mundo no cabe destacar ninguna como un gran éxito que pase a la historia. A cambio, este año ha supuesto el estallido de la ciencia ficción como fenómeno deslumbrante. Tras el impacto de la ya citada Stranger Things, la aparición de Westworld parece consolidar el género. El reciente estreno de la efectista The OA parece anunciar la llegada de nuevos títulos dispuestos a aprovechar la tendencia.
- Y de música, mejor ni hablamos. La gran decepción ha sido posiblemente la de las series centradas en el mundo de la música. Dos títulos aparecían entre las más firmes apuestas del año: Vynil, de Martin Scorsese, y Roadies, de Cameron Crowe. Queda la incógnita en torno al futuro de la interesante superproducción The Get Down, que parece haberse quedado por debajo de las elevadas expectativas de sus promotores.
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- Y, además… Veep sigue acumulando premios; no se puede dejar de ver The Night Of; BillionsBillions ha conseguido finalmente llegar a nuestras pantallas y The Walking Dead mantiene una increíble travesía en su paso por la historia de la televisión.
Para nuestra Sala de Visionado, no ha sido mal año. Al menos, nacimos el pasado mes de enero. Así que, de entrada, quiero agradeceros vuestras visitas a aquellos lectores que alguna vez hayáis pasado por este rincón dedicado al mundo de las series televisivas.
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