Trece exembajadores habían pedido su cese

Trece exembajadores remitieron el pasado miércoles una carta al ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, pidiendo el "cese inmediato" del extitular de Defensa y actual embajador de España en Londres, Federico Trillo, después de que el Consejo de Estado señalase la pasada semana a Defensa como responsable del accidente del Yak-42.

"Tales hechos no solo no llevaron, como hubiera ocurrido en países de nuestro entorno, a la dimisión o cese del máximo responsable político en el Departamento competente, el Ministro de Defensa, señor Trillo, sino que con ulterioridad fue nombrado embajador en Londres por el Gobierno del señor Rajoy", señalan en su carta. Un nombramiento que califican de "incomprensible" tras lo señalado por el Consejo de Estado.

La misiva está firmada por Pedro Bermejo, Fernando Perpiña-Robert, Juan Antonio Yañez-Barnuevo, José Luis Dicenta, Nicolás Martínez-Fresno, Carlos Miranda, Francisco Villar, Eudaldo Mirapeix.

Algunos de ellos han ocupado puestos de embajador en países como Alemania o Reino Unido durante los gobiernos de Felipe González. Los exembajadores sostienen que "el respeto a las familias de las víctimas, a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas y a la dignidad que exige el Servicio Exterior del Estado" requiere el cese de Federico Trillo, que durante el accidente ocupaba el puesto de ministro de Defensa, como embajador.

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La petición se produce una semana después de que se desvelase un informe del Consejo de Estado, adelantado por El País y publicado íntegramente por infoLibre, en el que se responsabilizaba al Ministerio de Defensa del accidente del Yak-42, en el que murieron 62 militares españoles cuando regresaban de Afganistán, donde habían participado en una misión internacional.

El texto del Consejo de Estado coincide con la Justicia en que la causa del accidente del Yak-42 fue el agotamiento y el estrés de los pilotos tras 22 horas de vuelo, además del hecho de que no hubieran recibido formación para afrontar este tipo de situaciones, lo que les llevó a desorientarse y estrellar el avión contra el monte Pilav (Turquía).

Los documentos oficiales sobre el accidente avalaban la responsabilidad de Trillo denunciada en el dictamen del Consejo de Estado. Un alto mando reconoció en una carta en 2005 que había menos dinero para fletar aviones por los gastos en la guerra de Irak. Además, el Servicio Secreto del Ejército de Tierra destacó en un informe fechado en abril de 2003 las deficiencias de aeronaves.