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XVIII Congreso Nacional del PP

Henríquez de Luna propone que los ganadores de los congresos del PP integren a sus rivales

El portavoz adjunto del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, volverá a llevar su apuesta por las primarias en la formación conservadora al XVIII Congreso Nacional que se celebrará el segundo fin de semana de febrero en Madrid. Mano derecha de Esperanza Aguirre en el consistorio madrileño, Henríquez de Luna ya registró enmiendas similares, que no salieron adelante, para los XVI y XVII congresos nacionales de su partido. Su enmienda competirá en Génova con la registrada por la presidenta de la gestora del PP de Madrid, Cristina Cifuentes, en la que se evita el término "primarias" y se habla de "un militante, un voto".

Una de las principales novedades del texto que ha trasladado a los ponentes de la reforma de los Estatutos del PP dentro de esa enmienda de primarias tiene que ver con la plasmación en las normas de funcionamiento interno del partido de la obligación del candidato ganador de los congresos de integrar en la nueva dirección a miembros de las candidaturas perdedoras.

"La democracia interna no se puede convertir en una excusa para laminar a los compañeros de partido", defiende Henríquez de Luna, presidente del PP del madrileño distrito de Salamanca, uno de los principales caladeros de votos de los conservadores en la capital.

Así, plantea que las listas perdedoras que obtengan al menos un 10% de los votos en primera vuelta, tengan derecho a estar representadas en los comités ejecutivos nacional y regional. Un sistema, señala, en el que "se primaría la integración de las candidaturas perdedoras, dando voz a todas las sensibilidades del partido en el órgano de dirección, mejorando la calidad democrática del partido y potenciando la unidad".

En la práctica, propone que, a nivel nacional, el Comité Ejecutivo pase de 35 a 45 miembros. 25 serían de la candidatura ganadora, 10 elegidos por los compromisarios y otros 10 repartidos de forma proporcional entre las candidaturas perdedoras que hubieran obtenido, al menos, el 10% de los votos en la primera vuelta. En los regionales, en número desciende a cinco.

La expresidenta del PP de Madrid y líder de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, defiende otro modelo, el de las primarias abiertas a dos vueltas aplicado por los republicanos franceses. Hay otro militante del PP madrileño, Luis Asúa, del distrito de Chamberí, que ha registrado un texto en este sentido.

Evitando personalizar la enmienda en casos como el de María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y ministra de Defensa, Henríquez de Luna pide a la dirección nacional del PP que debata sobre la conveniencia de ir promoviendo la separación de Gobierno y de partido, que limite la acumulación de cargos y la duración de los mandatos en las responsabilidades de Gobierno.

Aguirre no ve inconveniente en que Cospedal siga ocupando los puestos que tiene en la actualidad.

"Consideramos que el PP debería avanzar de forma gradual hacia un modelo de tienda a separar las funciones de Gobierno y de partido, que limite la acumulación de cargos, y limite los mandatos en las responsabilidades de gobierno", propone incluir Henríquez de Luna en el preámbulo de los estatutos.

Asimismo, aboga por que el sistema de primarias internas se imponga en la elección de candidatos electorales en municipios de más de 20.000 habitantes.

La propuesta de Génova

En la base que Maillo presentó para los estatutos que saldrán del XVIII Congreso Nacional del PP, el presidente es votado en un sistema de doble vuelta que puede calificarse de asimétrico si se tiene en cuenta que en la primera de ellas votan todos los afiliados y en la segunda la decisión definitiva recae en los compromisarios.

Cuando haya más de un candidato, en la primera de las votaciones, los militantes votarán en dos urnas: en una a su candidato a la Presidencia del partido. Y, en la otra, a los compromisarios.

"Serán proclamados candidatos a la Presidencia del Partido, para elección por los compromisarios en el Congreso, aquellos que hubiesen obtenido, como mínimo, el 10% del total de los votos válidos emitidos por los militantes", puede leerse en la ponencia.

Además, si alguno de los candidatos obtuviese "más del 50% del total de los votos válidos emitidos por los militantes, y ese porcentaje lo hubiese logrado en más del 50% de las circunscripciones provinciales e insulares" en las que se estructura el partido, con una diferencia superior a 15 puntos sobre el resto de candidatos será proclamado candidato único.

En caso contrario, si no se dan las condiciones anteriores, serán proclamados candidatos aquellos que consigan el apoyo de, al menos, del 20% de los compromisarios, se señala en la ponencia de Estatutos.

Sobre estos porcentajes, la dirección nacional del PP está, en principio, dispuesto a hablar. Pero no ven mucha forma de encajar ni la propuesta de Cifuentes –los militantes votarían de manera directa a uno de los candidatos finalistas– ni la de Herníquez de Luna. Génova está por la doble vuelta. Pero de forma asimétrica si se tiene en cuenta que la última palabra la siguen teniendo los compromisarios.

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