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Entrevista con el presidente de Europa Laica

Francisco Delgado: "El que quiera marcar la casilla de la Iglesia, que pague más"

Francisco Delgado, presidente de Europa Laica.

Francisco Delgado Ruiz (Albacete, 1949) es presidente de Europa Laica, organización dedicada a defender una estricta separación entre el Estado y la religión. En el punto de mira de sus denuncias están los privilegios de la Iglesia en las esferas económica, política y social. Su vida profesional ha estado vinculada a las artes gráficas y el sector financiero, actividades que ha compatibilizado con la política y el sindicalismo. La laicidad del Estado, especialmente en la educación pública, ha sido su principal empeño. Delgado es el principal autor de un informe que denuncia los millonarios recursos públicos de los que se beneficia la Iglesia. Personalmente se define como "no religioso", no como ateo. 

PREGUNTA: ¿Cuánto tiempo lleva presidiendo Europa Laica?

RESPUESTA: En septiembre hará diez años. Mi idea era un mandado limitado, pero estoy en una prórroga, porque no se decidía nadie de mis compañeros.

P: Usted viene de la política.

R: Sí, he tenido responsabilidades como diputado en el 77, senador, teniente de alcalde en Albacete... Pero a finales de los 90 me di de baja del PSOE porque mis expectativas ideológicas no se cumplían. Yo había entrado en Suresnes, con poquitos años. Y lo dejé. Además he participado en las APAS [asociaciones de padres de alumnos]. Fui presidente de Ceapa [Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos] en los 90.

P: ¿Por qué el laicismo?

R: Siempre me ha movido la secularización de la política. En el PSOE no tuve éxito. Pero en Albacete, una asociación que creada por un grupo de maestros me invitó, como padre de alumno. Y entré. Fue anterior a Europa Laica, de la que yo me enteré en 2002. Me afilié. Éramos pocos, no llegábamos ni a cien. Entré en la junta directiva y fui tomando ciertas iniciativas dentro de la organización, hasta que en un momento determinado [Juan Francisco] González Barón dimitió y mis compañeros pensaron que yo podía ocuparme. Siempre me he implicado en temas de secularización de la escuela. Estando en Ceapa, fui promotor de la campaña Por una escuela pública y laica. Religión fuera de la escuela.

P: ¿Cuántos asociados tienen?

R: Hemos crecido bastante, y eso que atravesamos una crisis de los movimientos sociales en los últimos dos, tres años. No se afilia mucha gente. Es algo que afecta a sindicatos, asociaciones juveniles, ateneos... Falta gente que se comprometa. Sin embargo, en Europa Laica, de 100 o 200 hemos pasado a más de 1.500 asociados. Luego tenemos más de 10.000 que nos siguen a través del observatorio de la laicidad.

P: No son muchos.

R: Es una sociedad jovencita. Nos hemos dedicado sobre todo a generar pensamiento, a hacernos visibles, a intentar influir. Somos una organización de pensamiento y agitación social, que trata de llamar la atención en el ámbito político.

P: ¿Ha habido avances?

R: España lleva retraso en cuanto a la secularización de la política, algo que ya se produjo en los países sajones o en EEUU. En España eso no ha llegado, aquí se era católico por obligación hasta el 77. A la gente se la bautizaba obligatoriamente. Hay una genética católica, apostólica y romana difícil superar. Pero a la vez desde el ámbito de la política se ha avanzado mucho. En libertad de conciencia, en divorcio, en matrimonio igualitario, en interrupción voluntaria del embarazo...

P: Paradójico, ¿no?

R: Es que es una sociedad muy secularizada. Fuera se nos mira como si fuéramos todos católicos, pero las encuestas no dicen eso. Cada vez más personas se casan por el rito civil, con uno de los índices más altos de Europa.

P: Aún hay muchos bautizos por el rito católico.

R: Cruzando los datos de bautizos que da la propia Conferencia Episcopal de 2013, son un 56%, y un 40 y tantos no se bautiza. Está cambiando muy rápidamente. Donde sí hay un problema es al final de la vida. Aunque sube el funeral civil, [en general] en España el que muere pasa por la vicaría.

P: Ante la muerte...

R: Hay mucha presión social. Hemos hecho intentos de que las cajas y las urnas no lleven de antemano un crucifijo, sino que el que quiera, se lo ponga. Que pregunten a la familia. Pero es al revés. Si quieres una despedida civil, lo tienes que quitar. Son temas arraigados y difíciles de cambiar. Pero, siendo esto importante, lo que nos preocupa es que las administraciones no hayan sido capaces de secularizar la política. Aquí se sigue jurando ante el crucifijo, se sigue financiando a la Iglesia católica. Esto no tiene lógica. Es una entidad privada, no puede tener privilegios. Ése es el paso que hay que dar.

P: ¿Cómo valora que el Tribunal de Cuentas se oponga a fiscalizar a la Iglesia?

R: Año a año deja fuera a la Iglesia, pero este año ha habido votos particulares y ha salido. Para nosotros está claro. Es una entidad que recibe dinero del Estado, y tiene que estar fiscalizada. Otra cosa es impensable. Lo hemos denunciado, pero nadie nos hace caso.

P: ¿Es suficiente la memoria anual que entrega la Conferencia Episcopal explicando el destino de los 250 millones que ingresa vía la casilla de la Iglesia del IRPF?memoria anual

R: Esa memoria en el fondo es un chiste. Viene a decir que la Iglesia le reduce gastos al Estado. Vamos, eso es falso. Lo que recibe la Iglesia va a proselitismo, a comunicación en emisoras católicas, a pagar a los sacerdotes sus salarios y seguros sociales, a gasto corriente de las diócesis...

P: Y a actividad social y asistencial, argumenta la Iglesia.

R: Bueno, eso es complicado de analizar. Resulta que los Estados no se preocupan como deberían de las cuestiones sociales, con lo que privatizan servicios. Y algunos caen en manos de entidades religiosas, como Mensajeros por la Paz, o Cáritas, o Manos Unidas. Esa labor la tenía que organizar el Estado y crear puestos de trabajo. Esto de la caridad, con los voluntarios, al final provoca que servicios sociales municipales que tenían cien personas ahora tengan treinta o cuarenta.

P: ¿Las ONG sirven como coartada para recortar en servicios sociales?

R: Sí, sí. Rotundamente sí. Y es un gran negocio ideológico y económico. Porque hay mucho dinero. El que da el Estado y el de particulares que colaboran. Hay muchas entidades que no son fiscalizadas y son, en el fondo, un gran montaje que no genera ninguna riqueza.

P: En 2006 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero acordó un cambio con la Iglesia: suprimir la asignación presupuestaria y subir la de la casilla de la Iglesia al 0,7%. ¿Fue un cambio a peor?

R: Totalmente a peor. La Santa Sede se había comprometido a la autofinanciación de la Iglesia, pero pasaban los años y no se autofinanciaba. Estaba dándose una situación de ilegitimidad cuando al final del presupuesto se hacía una donación sin más para cuadrarle las cuentas [a la Iglesia]. Así que se inventaron subir del 0,5% al 0,7% para no tener que hacer derramas año tras año.

P: Y lo hizo el PSOE, un partido progresista, o de izquierdas.

R: La izquierda tiene un gran complejo.

P: ¿Con la Iglesia?

R: Con tantas cosas con las que tira para adelante porque tiene temor a que se le vayan de las manos. Cuando el cardenal [Vicente Enrique y] Tarancón decidió en su momento no crear un partido demócrata cristiano, que tanto éxito estaban teniendo en Europa, lo que pasó fue que los políticos católicos se infiltraron en los partidos al uso: PP, UCD, PSOE y PCE. Y ese lobby vaticanista ha impedido atacar el inmenso poder de la Iglesia. Eso a pesar de que se ha avanzado en derechos.

P: ¿Lobby vaticanista en el PSOE? ¿Quiénes?Lobby

R: Hay históricos, muy conocidos. Paco Vázquez, José Bono, [Miguel Ángel] Moratinos, [Ramón] Jáuregui... Y entra en cristianos socialistas, en el PSOE. Ahí verás.

P: ¿Y en el PCE?

R: Pues también había personas que venían de las parroquias, los curas en el PSUC... Mucha gente venía de la Iglesia, no de la oficial, pero en ciertas cuestiones, como la forma de ver la beneficencia, pues no eran demasiado avanzados. También es verdad que el PCE no ha tenido el poder para hacer más cosas a nivel estatal.

P: ¿Y Podemos? ¿Trae una mirada nueva sobre la cuestión?

R: La política nueva es muy compleja, porque fusiona muchas corrientes geográficas e ideológicas de la izquierda. Pasarán años hasta que se clarifique. Teóricamente ni siquiera están en los ayuntamientos, porque no se presentaron, o lo hicieron mezclados con gente de IU, independientes... Esto tardará en clarificarse.

P: ¿Ve en Podemos tics del PSOE, de atemperarse ante la Iglesia para no asustar?

R: Todavía no. Pero es cierto que lo primero que hicieron, en vez de afrontar la cuestión de la laicidad, fue una jornada sobre espiritualidad, en la línea del multiconfesionalismo. Eso es meter gato por liebre: que todas las confesiones tengan las mismas garantías y beneficios. Así que tenemos ciertas precauciones todavía. Aunque es cierto que ahora Ricardo Sixto, de IU, ha presentado iniciativas de Europa Laica. Y han defendido la eutanasia. Y [la fiscalización de] el IRPF. Parece que sí, que traen otra frescura. Hay ciertas esperanzas de que vayan para adelante.

P: Pero usted ha sido crítico con gestos de Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, de complicidad con la jerarquía religiosa.

R: No es de Podemos. Ha estado en la Fundación Alternativas, del PSOE. Y Ada Colau tampoco es de Podemos, va por libre. Pero sí, ha habido gestos que no nos han gustado.

P: Volvamos al IRPF. La Iglesia argumenta que, si nadie rellenase la casilla, no recibiría un euro.

R: Vale, sí. Es un riesgo que corren. Pero lo que tenemos que conseguir es ir a un modelo en el que el que quiera marcar la cruz pague un poco más. Que lo pague. Como en Alemania. Que no lo paguemos todos. Ahora ponen la cruz un 30 y tantos por ciento. Si tienen que pagar más, vamos a ver en cuántos se quedan, claro.

P: ¿Estamos mirando al dedo y no a la luna? Es decir, la vía IRPF es un porcentaje menor de los ingresos de la Iglesia. Pero ahí se centran las peticiones al Tribunal de Cuentas, así como el debate que se va a producir en el Congreso...

R: Bueno, no es lo único que se está movimiento. Están pasando cosas en el ámbito municipal. Ayuntamientos como Valencia, Murcia o Santiago se están planteando por qué la Iglesia no paga el IBI de comercios. Se mira más allá de esos 250 millones [anuales vía IRPF]. Se cuestionan las exenciones de impuestos, o los monumentos que el Estado restaura para que la Iglesia se lleve los beneficios.

P: ¿Cuál es, según usted, el mayor privilegio de la Iglesia? ¿La exención del IBI?

R: Yo creo que es más gordo el tema de la enseñanza. Ése es un negocio económico e ideológico, es la vía para el adoctrinamiento desde la infancia. Con dinero público. En España se mantienen escuelas católicas financiadas por el Estado. Escuelas ideológicas. Eso es lo más grave.

P: ¿Usted defiende que no vaya ni un euro a escuela concertada?

R: Que todo el dinero vaya a la escuela pública. Y si el Estado quiere concertar con centros, que no sean ideológicos. En todo caso, cooperativas laicas.

P: ¿Europa Laica paga IBI por sus sedes?

R: No nos dan las cuotas para sedes. Además no tenemos subvenciones públicas porque así lo pone en nuestros estatutos.

P: La Iglesia alquila inmuebles, logrando un aprovechamiento económico y sin realizar en ellos actividad social ni pastoral, sin pagar el IBI. Un hotel-convento en Begur, aparcamientos en Almería y Lugo...

R: Eso hay que mirarlo. Pero no sólo eso. El Estado tiene que controlar las fundaciones de la ONCE, de los bancos... Todo. Hay que replantearse la ley de mecenazgo. Por ahí se cuela un inmenso negocio mercantil. Ése es el mayor pastel de la Iglesia católica, que es la segunda institución en patrimonio rústico y urbano del Estado.

P: ¿Cómo saben eso?

R: Basta visitar Toledo, Ávila, Córdoba... Son propietarios de manzanas enteras.

P: ¿Hay que derogar la ley de mecenazgo?

R: Sustituirla.

P: ¿Falta en España una cultura política liberal, dentro de la derecha, contraria a la presencia de la Iglesia en el espacio público?

R: Posiblemente.

P: ¿Ciudadanos?

R: Parecía que seguía la línea de UPyD de secularización de la política. Pero a nivel de base, de ayuntamientos, es más reaccionario que el PP. Por ejemplo con la Toma de Granada, o ante mociones por el Estado laico... A las cuestiones de tipo simbólico se opone con mayor virulencia que el PP.

P: Hay un argumento liberal contra la exención del IBI en un inmueble alquilado por la Iglesia para que un tercero abra un negocio en él: es competencia desleal.

R: Y una monjita vendiendo pasteles que no paga impuestos también. Y las personas que trabajan para esas monjitas. Ahí hay un negocio. Así que cuando el jefe de la cosa, Francisco, se queja del sistema capitalista... pues el capitalista número uno es la Iglesia católica, que es la institución más rica del mundo.

P: ¿La institución más rica del mundo?

R: Yo diría que sí. En patrimonio, seguro. Lo aseguro. Y en bienes suntuarios –cuadros, joyas...–, también.

P: ¿Declara la Iglesia lo que ingresa por bodas, bautizos y comuniones?

R: Eso lo tendría que declarar, como cualquier asociación que reciba un solo euro de dinero público. Donativos, cuotas, cepillos, todo... Tampoco quieren que se sepa cuánto ingresan por entradas a monumentos.

P: La ley de mecenazgo extendió a otras confesiones y asociaciones beneficios que eran sólo de la Iglesia. ¿Ve posible que algo así ocurra con la casilla del 0,7%?algo así ocurra con la casilla del 0,7%

R: No se atreven. Ni lo va a hacer la derecha ni lo permitiría Europa.

P: España es uno de los países más turísticos del mundo, en parte gracias al patrimonio de la Iglesia. ¿Eso no debe compensarse?

R: Es que ese patrimonio lo ha pagado el Estado desde tiempo inmemorial, no la Iglesia. A efectos políticos, ese patrimonio es de la ciudadanía y del Estado. Son monumentos en suelo público. Otra cosa es que se le dé el uso a una religión para sus liturgias.

P: ¿Propone enunciar el concordato y los acuerdos económicos con la Santa Sede?

R: Eso es lo primero, lo prioritario. La clave. Hay que denunciarlo y anularlo, técnicamente. Como cuestión previa, ideológicamente nosotros no consideramos ni siquiera que sean acuerdos internacionales entre estados, sino entre un estado y una religión. El Vaticano no es un estado para nosotros. Una vez denunciados esos acuerdos, que se llegue a nuevos acuerdos sin privilegios en materia de enseñanza, fiscal, simbólica...

P: ¿Su referencia es Francia?

R: Podría ser. Junto a todos los estados latinoamericanos, o EEUU, que de acuerdo con lo que se hizo en Francia, adoptaron constituciones bastante laicistas.

P: ¿El delito de ofensa a los sentimientos religiosos es un anacronismo?

R: Sí. Hay un debate mundial, porque existe mucho fanatismo. Ante cualquier crítica o chiste, los fanáticos montan en cólera. Es anacrónico. Hay que sacarlo del código penal. Si alguien agrede de palabra a otro, hay muchos artículos del código penal para denunciarlo.

P: Con las inmatriculaciones, ¿se ha salido la Iglesia con la suya?

R: Sí, inicialmente sí. Esto habría que revertirlo con una ley en el Parlamento. Porque se ha utilizado una falsedad: que la Iglesia era una entidad pública y los obispos, funcionarios públicos. No se podía hacer. Y muchos juristas nos dicen que el haber registrado no implica titularidad. En Navarra han registrado casas de maestros que ahora son viviendas. Eso es muy difícil de revertir, porque hay en juego intereses de terceros y cuartos. Los tribunales ahí se van a lavar las manos. Hay que cambiar las leyes.

P: Y ya veremos si el cambio no acaba siendo inconstitucional.

R: Yo sigo pensando que el poder legislativo, en el que reside la soberanía popular, está por encima.

P: ¿Se autocensuran las sociedades occidentales en lo que respecta al Islam?

R: Hay temor, miedo al fanatismo.

P: Un asunto polémico: ¿Qué opina del uso del burka, o del llamado burkini?

R: Hay que regularlo con sentido común. Las personas deben vestir como quieran, no obligadas. No maltratadas. Si es en libertad... Pero hay ciertos sitios en los que no se puede ir tapado. No puede haber un cirujano tapado, o un catedrático de universidad. Es fundamental aquí el sentido común. Es como el problema de los símbolos en el espacio público, por ejemplo en la escuela con los crucifijos. Yo creo que esto debe revisarse, pero sin desgastarse demasiado en el tema. Sentido común.

P: ¿Se opone usted a la construcción de nuevos templos religiosos, sean iglesias o mezquitas?

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R: Si la comunidad religiosa compra terreno y construye, sin problema. Pero no queremos que el Estado ceda terreno.

P: ¿Hace la Iglesia lo suficiente contra los abusos sexuales a menores?

R: Ha habido casos a nivel mundial que han sido escondidos. Eso lo sabe todo el mundo. Ahora, en los últimos años, creo que hay bastante más transparencia. No sólo por Francisco, que también, sino porque se ha entendido que si hay denuncias tienen que ponerse en manos de los tribunales. La Iglesia está obligada a afrontar eso no a nivel interno, sino dándolo a conocer al juzgado.

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