Sondeos
Un estudio achaca el error en las encuestas a pie de urna al 40% de personas que no quieren participar
Un estudio del Grupo de Investigación en Procesos Electorales y Opinión Pública (GIPEyOP) de la Universitat de València (UV) atribuye el error en las encuestas a pie de urna al 40 por ciento de las personas que no quieren participar en los sondeos.
Según ha informado la institución académica en un comunicado que recoge Europa Press, un segmento ideológico que oculta el voto y que representa aproximadamente cuatro de cada diez personas consultadas causa los errores en las encuestas a pie de urna, de acuerdo con este trabajo basado en siete muestras electorales autonómicas donde participaron 165.655 votantes, entre los años 2003 y 2012.
El estudio explica que el silencio aumenta en climas polarizados, y propone "mecanismos correctores" como aumentar el multiplicador que determina el tamaño del perfil político que no participa. La investigación identifica que la desviación de las encuestas se debe a la cantidad de votantes con un "mismo perfil ideológico" que declina participar, concepto definido como participación diferencial por el equipo de investigación.
Este hecho provoca que, para obtener una muestra "suficientemente relevante", la persona encuestadora tenga que buscar nuevas personas que sí quieran participar en la encuesta. "Conocer las características de las personas que declinan participar en las encuestas a pie de urna es esencial a la hora de poner en práctica estrategias que reduzcan el margen de error", ha destacado José Manuel Pavía, catedrático de Métodos Cuantitativos en la Facultad de Economía de la UV.
Para corregir esta desviación, GIPEyOP recomienda mejorar la implementación de los multiplicadores conocidos como factores de corrección. Estos números tienen la función de aplicar los correctivos sociológicos necesarios a los datos brutos para hacer una estimación más precisa.
Estas conclusiones se incluyen en el artículo Encuestas a pie de urna en España, ¿Error muestral o sesgo de no respuesta?, publicado en Revista internacional de Sociología y firmado por Jose M. Pavía, Elena Badal y Belén García-Cárceles.
Generales de 2016
Según la UV, del "desacierto" en los factores de corrección provienen "importantes errores" como los que se han producido en otras encuestas a pie de urna. El caso "más significativo", explica Pavía, es el de las últimas elecciones generales de 2016: "hubo gran malestar en el conjunto del sector y la imagen proyectada a la sociedad amenazó con nublar los éxitos precedentes".
"La desviación final en la previsión de las encuestas no se ve afectada de forma significativa por las personas que participan, pero que deciden ocultar su voto detrás de una mentira, sino por aquellas que no participan", aclara José Manuel Pavía.
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Además, en climas políticos polarizados, es decir, cuando manifestar en público determinada opinión puede ser peligroso, "no está bien visto o puede ir en contra de la opinión pública mayoritaria, se incrementa la participación diferencial y, por lo tanto, la incertidumbre de las encuestas a pie de urna".
De acuerdo con la entidad, el trabajo se ha elaborado en un contexto español con una "cierta preocupación" por el "desacierto" de las encuestas electorales. La investigación está basada en siete encuestas a pie de urna, con 165.655 votantes, correspondientes a las elecciones para las Corts Valencianes de 2003, 2007 y 2011; así como las autonómicas del 2012 en Andalucía, Cataluña, País Vasco y Galicia.
Para el trabajo publicado, el Grupo de Investigación en Procesos Electorales y Opinión Pública ha accedido a los microdatos de las encuestas, si bien el estudio no ha determinado los motivos por los que una parte de los votantes no participa en encuestas a pie de urna.