Rajoy mantiene a Cospedal pero le resta poder a favor de Martínez-Maillo

Mariano Rajoy no quería que el 18 Congreso Nacional del PPPP se interpretase en clave sucesoria. Ya lo dio a entender él mismo este sábado en el discurso con el que presentó su candidatura ante el plenario cuando dijo que todavía podía dar "mucho más" a su partido. El jefe de los conservadores huye de tomar decisiones que puedan interpretarse en clave de vencedores y vencidos, sobre todo si afectan a personas de su máxima confianza. Por ello, la guerra de poder entre María Dolores de Cospedal, secretaria general, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, queda en tablas. "Equilibrio", interpretan las fuentes consultadas. La continuidad en la cúpula del partido es un hecho. No obstante, no hay que obviar que Rajoy haya apostado por poner nombre al puesto que Fernando Martínez-Maillo llevaba ejerciendo desde hace casi un año y medio.

Javier Arenas (Autonomías y Ayuntamientos), Javier Maroto (Sectorial), Pablo Casado (Comunicación) y Andrea Levy (Estudios y Programas) completan la estructura de los vicesecretarios. Una apuesta, que junto a la lista del Comité Ejecutivo Nacional, logró el apoyo del 95,65% de los compromisarios.

El vicesecretario de Organización podrá incluir ya en su tarjeta de visita un nuevo cargo: el de coordinador del partido. Una figura que Rajoy no había visto con buenos ojos hasta la fecha. Recuerda a tiempos antiguos del partido, cuando Ángel Acebes fue designado para controlar el día a día del partido mientras Francisco Álvarez-Cascos compaginaba la Secretaría General del PP con un puesto en el Gobierno de José María Aznar. El presidente del Gobierno siempre presume de que no se deja llevar por las presiones internas ni por las luchas de poder. En todo caso, en los últimos meses ha sido testigo de cómo crecía el malestar por la acumulación de cargos de Cospedal.

Cuando este domingo el Comité Ejecutivo Nacional del PP ratifique los cambios propuestos por Rajoy, Cospedal se irá del 18 congreso con los mismos cargos con los que llegó: secretaria general del PP, ministra de Defensa y presidenta del PP de Castilla-La Mancha.

En algunos momentos, el nombre de Maillo llegó a sonar como recambio de la secretaria general en una estructura en la que esta quedaba fuera de Génova. También el de Alfonso Alonso, líder del PP del País Vasco. Los fieles a la secretaria general vieron tras estos últimos movimientos la mano del entorno de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Al final, Rajoy no ha dado gusto ni a unos ni a otros. Y, reforzando a Maillo no ha apostado ni por cospedalistas ni por sorayos.

Ajeno a familias políticas

Maillo, expresidente de la Diputación de Zamora, alcalde de Caseca de las Chanas y exvicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), se mudó a Madrid cuando Rajoy lo nombró vicesecretario. Y, hasta la fecha, ha conseguido mantenerse ajeno a las guerras de poder que estallan entre sectores rivales del partido.

Ahora, con más poder en el partido habiéndole otorgado Rajoy la función de coordinador con pleno derecho, una de las dudas que surgen entre los dirigentes del PP consultados por infoLibre, es la de cómo encajará Cospedal la nueva función. "Ambos van a tener que poner de su parte", señalaba un dirigente regional.

A ojo de los fieles a la secretaria general, Maillo no inaugura con buen pie su puesto de coordinador. La culpa la tiene una enmienda a la ponencia de Estatutos, presentada por un militante del PP de Cuenca, Francisco Risueño, que citaba expresamente la acumulación de cargos de Cospedal como algo a evitar. 

La enmienda de la polémica

En la tarde del viernes, el plenario del congreso debatió esta enmienda, que perdió por la mínima. Cospedal estuvo a 25 votos de no haber podido ser nombrada secretaria general del Partido Popular. En el PP de Castilla-La Mancha, feudo de la secretaria general se quejaban este sábado de la "encerrona" a la que se había sometido a la también ministra de Defensa en la votación de esa enmienda. Y se culpaba a Maillo de no haber sabido reconducir la situación. 

Tanto Maillo como Cospedal ya conocían el destino que Rajoy les tenía reservados antes del debate de la polémica ponencia que provocó la dimisión de dos cargos del PP de Castilla-La Mancha.

El vicesecretario de Organización intentó esquivar la polémica señalando que "hay que vivir la democracia con normalidad y acostumbrarse a que a veces también por 25 votos se consigue un resultado". "No se está poniendo en cuestión a ninguna persona ni nada por el estilo", defendió el vicesecretario.

La secretaria general estuvo muy seria durante el discurso de Rajoy que concluyó con los nombramientos. Tampoco cambió el gesto cuando se escuchó su nombre.

En la dirección nacional del PP interpretan que el esquema escogido ahora por Rajoy sirve también para "proteger" a María Dolores de Cospedal. En su calidad de ministra de Defensa realiza viajes prácticamente todas las semanas y, además, debe mantener un perfil menos político. Choca, sostienen, que el representante de un ministerio de Estado esté en el día a día de la confrontación con los partidos de la oposición. 

El poder de Santamaría

Quienes los últimos días alertaban de una operación para incluir en la cúpula del partido a Alfonso Alonso vieron cómo los rumores se evaporaron. Alonso no tendrá más cargo en la cúpula del PP que el que le corresponde por ser presidente de los conservadores de Euskadi. Aunque Iñaki Oyarzábal se cae como responsable de Libertades, sigue habiendo representantes del PP vasco en la cúpula. Javier Maroto sigue siendo vicesecretario de Sectorial y Rajoy incluyó a Borja Sémper como vocal al Comité Ejecutivo Nacional. Es presidente del PP de Gipuzkoa y portavoz del partido en el Parlamento Vasco.

En la lista de vocales, Rajoy incluyó a la vicepresidenta del Gobierno y a personas de su máxima confianza como el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, y Roberto Bermúdez de Castro, secretario de Estado de Organización Territorial. "Equilibrio. Hay mucho equilibrio", subraya un dirigente regional.

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En clave territorial, la mano derecha de Cristina Cifuentes, Ángel Garrido, entra de vocal en el comité, también Jaime Martínez Taboada, otro de los hombres de confianza de que presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo mismo ocurre con Eva Ortiz, número dos de la líder de los conservadores valencianos, Isabel Bonig.

Estas nuevas incorporaciones cubren los huecos dejados por significativas bajas. Personas que ahora ya no están ni en la primera fila de la política ni tienen peso en el partido. Es el caso de Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid; Ana Botella, exalcaldesa y mujer de José María Aznar; Alberto Ruiz-Gallardón, exministro de Justicia y Federico Trillo. 

El exembajador en Londres, que renunció de forma inmediata hace unas semanas tras conocerse el dictamen del Consejo de Estado sobre la tragedia del Yak-42 ha regresado a su plaza de letrado mayor en el mismo órgano consultivo que puso en duda su gestión cuando era ministro de Defensa. Un proceso que acabó reforzando internamente a María Dolores de Cospedal. La secretaria general y ministra de Defensa encabezó el cambio de postura del Gobierno que condujo a pedir perdón a los familiares de las víctimas.