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Manifestación

Barcelona acoge la mayor manifestación de Europa por los refugiados

Manifestación en Barcelona para reivindicar la acogida de refugiados.

Beatriz Pérez | Barcelona

Barcelona ha sido escenario este sábado de una manifestación masiva en favor de la acogida de personas refugiadas bajo el lema "¡Basta de excusas! ¡Acojamos ahora!". 160.000 personas, según el Ayuntamiento, y 300.000, según los organizadores, convocadas por la campaña Casa Nostra, Casa Vostra, se congregaron a las 16 horas en la plaza de Urquinaona, en el centro de la ciudad, con el objetivo de presionar a las instituciones catalanas y españolas para que adopten medidas ante la que es ya la peor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial.

Los propósitos se cumplieron y Barcelona ha conseguido organizar la mayor manifestación pro-refugiados de toda Europa. El acto emuló las movilizaciones que protagonizó la ciudad en el 2003 contra la guerra de Irak, cuando 1.500.000 de barceloneses salieron a la calle para gritar "No a la guerra".

El coordinador de la campaña Casa nostra, casa vostra, Rubén Wagensberg, en su intervención final ha tachado de “vergüenza” los incumplimientos de acogida por parte de los estados de la Unión Europea y, en ese sentido, ha apostado por sancionar a los países que incumplan los compromisos de acogida a los que se comprometieron en su día.

La también coordinadora de la campaña, Lara Costafreda, ha señalado que el proyecto se inició cuando un grupo de amigos optó por asistir a los refugiados en un campo en Grecia y que, a la vuelta, decidieron que debían hacer algo para cambiar la situación de las personas que habían conocido: “Hemos llegado hasta el último rincón de Cataluña”.

Una "marea azul"

La marcha de este sábado hizo avanzar una “marea azul” por la vía Laietana hasta llegar sobre las 18 horas frente al mar Mediterráneo, donde el año pasado murieron 5.000 personas tratando de cruzarlo. Precisamente en la playa del Somorrostro estaba el Astral, el barco de la ONG Proactiva Open Arms que asiste refugiados en Lesbos desde septiembre del 2015. La embarcación (llena de voluntarios de la entidad) recibió a los manifestantes desde el agua, mientras eran aplaudidos. Además, hizo un simulacro de rescate en la playa.

“Estoy aquí para exigir que esta crisis se solucione bien pronto. Es una barbaridad”, opina Josefina Andreu, una de las manifestantes que lleva un cartel inequívoco: "Políticos catalanes, basta de excusas". En su opinión, la acogida de refugiados responde a un problema de competencias tanto de España como de Cataluña. “Se tiran la pelota los unos a los otros. Y esto es tan serio, que merecería la pena que se pusiesen de acuerdo de una vez. Pero les pesa más la avaricia”, lamenta Andreu, que reconoce que es escéptica con lo que se vaya a conseguir a partir de hoy. “Tengo 70 años y no espero nada de los políticos. He siempre estado en todas las movilizaciones”.

“Me siento cansada y frustrada de vivir en este mundo”, dice otra de las manifestantes, Mar Abrines, de 28 años. “Estamos viviendo una crisis mundial de valores sociales, políticos y humanitarios”, ha opinado con vehemencia. A su parecer, la movilización de este sábado no cambiará la situación, pero encuentra “necesario” gritar que no está de acuerdo.

Ambiente festivo

La movilización tuvo desde el comienzo un aire festivo, con actuaciones de diferentes batucadas. Por encima de todas destacó la canción Qualsevol nit pot sortir el sol, de Jaume Sisa, y su estribillo fue especialmente secundado por la gente que estaba presente: “Oh, benvinguts, passeu, passeu, de les tristors en farem fum, que casa meva és casa vostra si és que hi ha cases d’algú” (“Oh, bienvenidos, pasad, pasad, haremos humo de las tristezas, que mi casa es vuestra casa, si es que hay casas de alguien”).

Han estado también presentes entidades y colectivos de personas refugiadas e inmigrantes como Papeles para todos, el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona o Tras la manta, quienes pidieron hace días a los organizadores que una columna de migrantes refugiados encabezase la movilización.

El sirio Baker, de 23 años, que prefiere no dar su apellido, es una de las personas refugiadas en Cataluña. “Hace siete meses que estoy aquí. Vivo con una familia en Mataró (Barcelona) y estudio catalán”, explica. Cruzó el Mediterráneo en barca hasta llegar a Grecia, donde estuvo otros siete meses. “Me parece bueno que haya manifestaciones así para presionar a los gobiernos”, opina. Parte de su familia está todavía en Siria y otra parte, en Grecia.

Cuotas de acogida

Cientos de autocares llegaron este sábado desde toda Cataluña para participar en la causa. Los manifestantes quieren que los partidos políticos aceleren su proceso de acogida de refugiados y cumplan con las cuotas de acogida establecidas por la Unión Europea (UE). De momento, España solo ha acogido un total de 1.034 refugiados de los 16.231 con los que se comprometió hasta septiembre de este año.

En cuanto a Cataluña, la Generalitat tiene habilitadas 1.250 plazas para acoger a personas que huyen de países en guerra o de situaciones de violencia pero solo da uso a 451.

La manifestación tiene su precedente hace exactamente una semana, cuando 15.000 personas se reunieron en el Palau Sant Jordi de Barcelona en un gran concierto benéfico por las personas refugiadas. Este sábado se logró superar esas cifras con creces. Fue en este concierto donde el periodista Jordi Évole, uno de los conductores de la gala, dirigió unas palabras a los políticos que allí estaban (Ada Colau y otros muchos miembros del Govern, incluida la presidenta del Parlament, Carme Forcadell) que fueron posteriormente rechazadas por los círculos de Junts Pel Sí (JxSí).

“[La acogida de refugiados] no es un problema de competencias, sino de incompetencias. Pensad, autoridades, que lo que estáis aplaudiendo desde el palco también nace de vuestra incapacidad política para resolver este tema. Y sabemos que algunos de vosotros lucháis para conseguir que esto no sea así. Pero otros os refugiáis y decís que es un problema de competencias”, dijo Évole. Las críticas no tardaron en lloverle a través de Twitter:

“La Generalitat, si quiere, tiene competencias para actuar”, asegura Rosó Añó, portavoz de la plataforma Jo Sí Sanitat Universal que, entre otras cosas, ayuda a los inmigrantes que no tienen tarjeta sanitaria. “Por ejemplo, el Govern pone parches al decreto 6/2012, que deja fuera de la cobertura sanitaria a los inmigrantes sin papeles, en lugar de garantizar la sanidad pública para todos”.

Como explica Añó, Jo Sí Sanitat Universal no hace diferente entre inmigrantes económicos e inmigrantes políticos. “Las leyes de asilo y de extranjería causan muchos problemas a estas personas”, concluye.

La manifestación finalizó con un acto festivo con la participación de La Fura dels Baus, la compañía de teatro que dirigió el macroconcierto del Palau Sant Jordi.

“Ciudad refugio”

El manifiesto de Casa Nostra, Casa Vostra suma ya más de 70.000 firmas. A lo largo de toda esta semana alcaldes y alcaldesas de algunos de los municipios más importantes de Cataluña mostraron su apoyo a la campaña "Volem acollir".

La alcaldesa Ada Colau, presente en la manifestación, ha pedido que los estados den competencias a las ciudades para que estas puedan acoger refugiados, ya que se están preparando para ello: “Podemos acoger y podemos hacerlo mejor”. Colau también ha hecho un llamamiento a actuar ante la gran cantidad de gente que huye de situaciones de guerra y miseria antes de que muera más gente en el Mediterráneo.

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La Generalitat, por su parte, comenzó hace unas semanas a buscar 500 voluntarios que ayuden a los refugiados llegados a Cataluña a integrarse en su nuevo entorno. El proyecto, dependiente de la Secretaria d’Igualtat, Migracions i Ciutadania de la Generalitat se ha fijado en las experiencias de otros países como Canadá o Islandia, donde las cifras de inserción laboral del programa estatal no son muy altas y por eso el gobierno catalán ha visto la necesidad de hacer un programa propio.

Cuando los voluntarios se conviertan oficialmente en mentores deberán acompañar a los refugiados en el aprendizaje de la lengua, en buscar trabajo y en construir relaciones. Y deberán comprometerse a verse con el refugiado entre dos y cuatro horas a la semana durante un año.

En esta tarea de tutelaje, la Generalitat ha explicado que cubrirá las necesidades básicas de las personas refugiadas y les ofrecerán una “pequeña ayuda”, del estilo de la renta mínima, durante un año.

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