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Jordi Sevilla: "Rajoy está poniendo las bases para echar la culpa a otros y adelantar elecciones"
Jordi Sevilla, exministro y miembro del equipo negociador designado tras las generales del 20 de diciembre de 2015 por el entonces líder del PSOE, Pedro Sánchez, afirmó este martes que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "está poniendo las bases para echar la culpa a otros y adelantar elecciones". Sevilla señaló. por ejemplo, que el Ejecutivo "no ha podido gestionar peor" la convalidación del decreto sobre la estiba, que el Congreso de los Diputados rechazó la semana pasada y que supuso la primera gran derrota del PP en la Cámara baja en esta legislatura, y consideró que Rajoy está acumulando posibles argumentos para una nueva convocatoria electoral que presentaría como inevitable ante la imposibilidad de gobernar con cierta estabilidad.
Sevilla realizó estas declaraciones durante un desayuno informativo convocado en Madrid con motivo de la presentación de su nuevo libro, Vetos, pinzas y errores, donde narra las negociaciones conducidas por el PSOE para intentar alcanzar pactos con Podemos y Ciudadanos tras el 20D, y en el que culpa al líder de la formación morada, Pablo Iglesias de, "en primer persona, de manera muy pública y en contra de la opinión de otros dirigentes podemitas como Iñigo Errejón", dar "un sonoro portavoz" para evitar un acercamiento al PSOE, porque "su opción era provocar unas segundas elecciones que le permitieran derrotar al PSOE y convertirse, ahora sí, en el líder de la oposición".
El exministro socialista admitió este martes que, tras constatarse la imposibilidad de ese "Gobierno de cambio" y de la repetición electoral, él "era partidario de pedir la cabeza de Rajoy en sentido político" a cambio de la abstención socialista. Sevilla agregó que el PSOE pudo aprovechar el momento político en que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también pedía públicamente la retirada del líder del PP: "Al PSOE le habría facilitado la abstención que el candidato no fuera Rajoy". De hecho, desveló que Sánchez le encargó a José Enrique Serrano y a él que confeccionaran un "documento de eventuales condiciones para una eventual negociación" de la abstención de los diputados del PSOE en la investidura del candidato conservador.
Sin embargo, apunta Sevilla en el libro, el no a Rajoy acabó imponiéndose entre la entonces dirección del partido por "tres puntos clave": la escasa "credibilidad" del Rajoy como candidato, el hecho de que el PSOE debía seguir representando "la alternativa" que aspira a sustituir a los conservadores en el poder, y que no puede "ayudarle" a llegar al Gobierno "sin alterar el sistema de representación democrática". También hace referencia a que los dirigentes socialistas percibían en sus entornos un clima contrario a la abstención y al hecho de que Rajoy no se limitaba a presionar al PSOE para que la facilitara la investidura, sino que también pretendía implicarlo en la gobernabilidad y en la aprobación de las leyes clave, como los presupuestos.
En ese contexto dijo que, toda vez que la cúpula del PSOE y sus negociadores contemplaron la abstención durante un tiempo, "seguramente" Pedro Sánchez dijo al expresidente del Gobierno, Felipe González, que esa era una "opción probale". Luego, apuntó el exministro, hubo un cambio de opinión "de forma razonada" porque los dirigentes socialistas cayeron en la cuenta de que había que evitar "el abrazo del oso" que pretendía el PP, y concedió que "a lo mejor" Sánchez no comunicó ese cambio a González. "Pero no tengo la impresión de que haya habido un engaño, sólo un cambio de posición", replicó preguntado por las palabras del expresidente González en las que afirmó sentirse engañado por Sánchez.
Sevilla recalcó que la abstención, que fue "un mal menor", es una decisión cuya gestión es "complicada" porque el líder del PP sigue insistiendo en "cogobernar con el PSOE" y que eso coloca a los socialistas en una tesitura complicada. "La tendencia de Rajoy es que el PSOE se le aproxime, y hacerlo copartícipe de decisiones para gobernar sin la oposición del PSOE, y no parece que el PSOE esté dispuesto a hacerlo", apuntó el exministro, que considera que Pedro Sánchez prefería ir a unas terceras elecciones antes que facilitar un Gobierno de la derecha y que no quiso opinar este martes sobre cuál era, a su juicio, el "menor de los males" tras constatarse: "Yo no lo tengo tan claro", replicó a preguntas de los periodistas.
No estará en las primarias
En cuanto a la actual situación interna del PSOE, Sevilla dijo que ya sabe a quién votará en las primarias pero dejó claro que no participará en la campaña de ninguno de los aspirantes a la Secretaría General, Pedro Sánchez, Patxi López y Susana Díaz. Además, negó que el hecho de no respaldar al primero de ellos, quien le pidió que se incorporara a su equipo de asesores cuando ocupaba el puesto de mando en Ferraz, suponga que se ha distanciado de él. "No sé quién va a ganar las primarias y no tengo ningún temor porque gane ninguno de los candidatos, porque los tres son magníficos candidatos. Cualquiera lo hará bien y recuperará la línea política para recuperar los votos que hemos perdido desde 2008", pronostícó.
Sevilla sostuvo que, a su juicio, no hay ya "espacio objetivo" para una cuarta candidatura, y señaló que lo que le "interesa" es qué proyecto presenta cada uno de los aspirantes ya declarados "para que esos seis millones de personas que dejaron al PSOE puedan volver a confiar en la nueva dirección". "Creo que el problema no es sólo de personas", matizó el exministro, quien expresó su convencimiento de que el PSOE saldrá "unido" del congreso –"no tengo ninguna duda", dijo– y que afirmó que "en absoluto" existe riesgo de una escisión en el partido en función del resultado de las primarias, cuya votación se producirá previsiblemente en mayo.
Sobre los documentos presentados por las distintas candidaturas y la gestora, afirmó que tanto la ponencia económica para el 39º Congreso –coordinada por el economista José Carlos Díez– como los textos publicados por los equipos de Sánchez y López "caben con matices" en el programa electoral que él mismo coordinó. Sí se mostró en desacuerdo, en cambio, con la propuesta de Sánchez de modificar el artículo 2 de la Constitución para perfeccionar el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado: "No encuentro razones para cambiarlo", replicó, si bien a renglón seguido explicó que "para resolver el conflicto" con Cataluña "algún cambio habrá que hacer en algún sitio", y que "a lo mejor" es en la Constitución.
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Iglesias, el gran culpable
Por último, y sobre las negociaciones en las que participó tras el 20D, Sevilla afirmó que "Pablo Iglesias es el principal responsable de que no hubiera un Gobierno encabezado por Pedro Sánchez": "No tengo dudas, él tampoco y Errejón tampoco". El socialista también contestó a las palabras del número uno de Podemos, que este martes publicó un mensaje en su perfil de Twitter, donde afirmó que "lo que dice últimamente Jordi Sevilla se entiende bien si tenemos en cuenta dónde milita ahora". "Así opera la trama", añadió Iglesias. "Eso da la altura política e intelectual del personaja. El que insulta es que no tiene ningún argumento (...). Es ruido de alguien que no tiene nueces", sostuvo el exministro.
En su libro recuerda el "órdago" que Iglesias lanzó a Sánchez al "presentarle una propuesta de Gobierno conjunto de la que Pedro se enteró por el rey, que se lo comunicó mientras estaban reunidos" y también que iglesias "expre´so con claridad a Sánchez" que mientras negociara con Ciudadanos no tenía nada que hacer con Podemos. Sevilla admite que quizá comunicar el acuerdo con Ciudadanos tan pronto pudo ser un error, pero acusa a Podemos de no querer un pacto con el PSOE, sino de intentar obligar a los socialistas a aceptar sus "condiciones", entre las que figuraba el referéndum en Cataluña.