Los congresos del PP
El número de votantes en los congresos regionales del PP no llega al 9% del censo oficial
El Partido Popular cerró este fin de semana, con su cónclave de La Rioja, los congresos regionales con los que Mariano Rajoy quiere poner a punto la maquinaria territorial de cara a las próximas elecciones autonómicas. Estas citas han servido a los conservadores, además, para testar un nuevo sistema de elección de sus barones, incorporado a los estatutos en el XVIII Congreso Nacional del PP celebrado el pasado febrero. Se trata de un proceso de doble vuelta en el que la primera fase permite participar a todos los afiliados a la hora de votar a los precandidatos y elegir a los compromisarios y en el que la última palabra la siguen teniendo los delegados que acuden a votar al congreso. Los datos de participación recopilados por infoLibre concluyen que sólo han participado en los procesos el 8,6% de los afiliados que dice tener el PP.
Excluyendo a Galicia, donde el congreso fue celebrado en mayo de 2016 con los estatutos antiguos como base, han sido 64.289 los afiliados que han votado en los congresos regionales (en las 16 autonomías restantes, Ceuta y Melilla). En esos territorios, el PP asegura contar con 747.518 militantes. Una cifra que aumenta hasta 848.542 si se incluyen los datos de Galicia.
El porcentaje de votantes es muy similar al de los afiliados que se inscribieron con la intención de participar en la primera de las fases de este sistema a doble vuelta. En este caso llega al 9% del censo total. "Mediante el nuevo sistema de elección pretendemos dar una mayor participación a nuestros afiliados, dándoles la posibilidad de que voten directamente a los candidatos, pero sin renunciar a nuestro modelo de representación basado en los compromisarios", justifica el PP en sus estatutos la introducción de la llamada doble vuelta. El sistema de compromisarios se utilizó en 14 congresos regionales, todos menos Baleares y La Rioja, lugares donde todos los afiliados podían participar en el cónclave.
La tendencia ha sido prácticamente la misma en todas las regiones, un hecho que ha conducido a la dirección del partido a abrir una reflexión sobre el estado de actualización de su censo de militantes y sobre la necesidad de homogeneizar determinadas prácticas. ¿Considera el partido un fracaso las cifras de participación? La cifra es "baja", admiten. Pero el balance es positivo, mantienen. Las fuentes consultadas creen que, con el tiempo, este sistema irá calando entre los afiliados y los porcentajes serán mayores. "El método es demasiado nuevo. Es una cultura que tiene que ir calando", subrayan al tiempo que insisten en que, una vez depurado el censo, el porcentaje será lógicamente mayor.
Cuota mínima única
Este mismo lunes, Mariano Rajoy reúne a su Comité Ejecutivo Nacional en Génova y una de las propuestas que estará sobre la mesa será la de fijar una cuota mínima para sus afiliados extensible a todos los territorios. En la dirección nacional subrayan que, gracias a esa cuota mínima, se podrá "mejorar" la participación.
Otra de las ideas es que, a diferencia de lo que ocurre ahora, sea la dirección nacional la que gestione las altas y las bajas.
Una vez culminados los congresos provinciales, que arrancarán pasada la Semana Santa, la dirección nacional de los conservadores confía también en disponer de un censo de militantes lo más fiel posible a la realidad. Es decir, depurado de fallecidos y con los datos actualizados.
Miembros de diferentes direcciones regionales del PP consultados por este diario admiten que sus listados de militantes no se corresponden con la cifra real y que en no pocas ocasiones los datos de contacto de los afiliados tampoco se corresponden con la realidad. Les faltaban correos electrónicos, teléfonos y direcciones postales.
Una de las primeras dirigentes en reconocerlo en público fue la recién elegida presidenta del PP de Madrid, Cristina Cifuentes. La también presidenta de la Comunidad de Madrid admitió en pleno proceso para su elección que la formación a la que aspiraba liderar no tenía los más de 94.000 militantes de los que presumía. Para participar en su congreso se inscribieron 10.888 afiliados del PP de Madrid de pleno derecho, es decir, al corriente del pago. Y fueron 8.166 los que acudieron a votar en la primera ronda, en la que se impuso a su rival, Luis Asúa.
Con estos datos en la mano, en el congreso del PP de Madrid que dio carpetazo a la era Aguirre, votaron el 8,64% de sus 94.5111 afiliados oficiales. La cifra es prácticamente idéntica al 8,6% de la media estatal.
Claramente por encima de la media se ubicaron La Rioja (se acercaron a las urnas el 45,4% de los militantes censados), Baleares (33,5%), Cantabria (21,6%) y Navarra (19,7%). También por encima de la media estatal, aunque de manera menos holgada, se situaron País Vasco (donde votaron el 13,7% del total de afiliados), Castilla y León (12,6%), Cataluña (10,3%), Melilla (10,1%), Canarias (8,7%) y Asturias (8,7%).
En el caso de La Rioja y Baleares, a la cabeza de la tabla en lo que a participación se refiere, se da la coincidencia de que los cónclaves fueron de carácter asambleario.
En La Rioja, donde el presidente regional, José Ignacio Ceniceros, se impuso a la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, votaron 2.251 afiliados de un total de 4.958. Y, en Baleares, de un censo de 22.014 afiliados participaron 7.388. El exconseller y diputado autonómico Biel Company fue elegido con el apoyo del 71,82 % de los afiliados frente a José Ramón Bauzá, senador y expresidente de la formación regional.
Uno de los argumentos clásicos del PP para negar la instauración de las primarias, del voto directo de los afiliados, ha sido siempre apuntar a que estas no son un incentivo para la participación. Los datos de Baleares y La Rioja ponen esta tesis en cuarentena.
"Como regla general, la participación ha sido mayor en aquellas comunidades autónomas en las que los afiliados entendieron que había más en juego. Por ejemplo, donde había más de un candidato con posibilidades de ganar a priori", valora un miembro del Comité Ejecutivo Nacional. Así, además de los casos de La Rioja y Baleares, destaca que en Cantabria llegaron al congreso dos candidatos: el presidente saliente, Ignacio Diego, y la secretaria general saliente, María José Sáenz de Buruaga. La batalla, muy igualada desde la convocatoria del congreso, terminó con la victoria de Sáenz de Buruaga por sólo cuatro votos de compromisarios de diferencia.
En Castilla y León, donde el cónclave se celebró este fin de semana, la pugna para relevar a Juan Vicente Herrera, también ha sido dura, pero sólo llegó un candidato al congreso: Alfonso Fernández Mañueco. El presidente del Comité de Derechos y Garantías del PP y alcalde de Salamanca, el favorito de la dirección nacional del PP, logró imponerse en primera ronda a Antonio Silván, el candidato del propio Herrera. Lo hizo con el 67% de los votos de los 6.017 afiliados que participaron.
Por debajo de la media
En el extremo opuesto, por debajo de la media en lo que a participación de afiliados se refiere, se ubican regiones como Andalucía (7,8), Aragón (6,9%), Castilla-La Mancha (5,39%), Murcia (5,0%), Comunidad Valenciana (4,5%) y Extremadura (3,21%). Salvo en Castilla-La Mancha, donde en la primera fase hubo dos candidatos, en el resto de cónclaves el panorama ya estaba despejado al comienzo del proceso.
Los dirigentes consultados achacan las bajas cifras de participación en Castilla-La Mancha a que los afiliados no concibieron como tal el duelo entre la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y Tomás Medina. "Desde un primer momento se dio por hecho que Cospedal iba a arrasar", señala un diputado.
Hay otro elemento que algunos miembros del PP meten en la coctelera a la hora de apuntar a las causas del escaso número de votantes. En el caso de Murcia y la Comunidad Valenciana hablan de una "desafección" por los escándalos de corrupción que han a implicado a las direcciones regionales.
El peso de la corrupción
En Murcia, Pedro Antonio Sánchez, en la cuerda floja por su implicación en los casos Púnica y Auditorio, fue votado por 1.882 de los 37.081 afiliados que componen el censo del PP murciano según los últimos datos que obran en poder de Génova.
En la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig asume las riendas con plenos poderes de una formación que fue caladero de votos del PP y que quedó duramente tocada por casos como Gürtel, Taula o Brugal. Tras Andalucía (165.145 afiliados), la Comunidad Valenciana es con 148.711 la región que más afiliados aporta al partido de Mariano Rajoy.
"Este modelo de doble vuelta es muy nuevo. Lo estamos testando y no se puede pretender que tenga efectos de la noche a la mañana. En el PP no está instaurada la cultura de primarias o primarias asimétricas o cómo se le quiera llamar. Hay que ir paso a paso", valora un dirigente regional. "Hay que ir dando pasos poco a poco para que en los afiliados cale la idea de que merece la pena inscribirse para participar en los procesos de decisión del partido", añade una diputada en un sentido similar.
Otras fuentes coinciden en que, por mucho que se incentive la participación, siempre habrá un porcentaje importante de afiliados que no se sumará a las filas de la formación para participar en estos procesos. "Hay personas que se afilian porque se sienten identificados con el ideario y quieren contribuir con su cuota, pero no quieren pasar de ahí", añaden.
No obstante, si creen necesario que desde la dirección nacional del PP y desde las regionales se incentive la participación para que los afiliados se sientan protagonistas.
"Se pueden hacer matizaciones para el futuro"
En la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección del PP del pasado lunes, el vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, hizo un balance del funcionamiento de los congresos cuando ya se habían celebrado la mayoría de ellos. Además de destacar el clima de "normalidad democrática, con debate sobre personas, pero también sobre ideas", el número tres del partido consideró que el sistema de doble vuelta "está funcionando correctamente". "Se pueden hacer matizaciones para el futuro. Pero como modelo, ha llegado para quedarse", añadió. También destacó que "algunos partidos se han propuesto copiarlo", en alusión a una de las propuestas del socialista Patxi López, aspirante a liderar su formación.
En definitiva, para Martínez-Maillo este sistema de doble vuelta va a mantenerse a partir de ahora, volviéndose a poner a prueba en los congresos provinciales, y los congresos asamblearios –como en Baleares y La Rioja– van a seguir siendo una "vía muy excepcional". Es la dirección nacional del partido la encargada de dar luz verde a aquellos formatos de congreso que vayan más allá de la norma general.
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Según los estatutos a los que el PP dio luz verde en su XVIII Congreso Nacional, el presidente del partido es votado en un sistema de doble vuelta. Puede calificarse de asimétrico si se tiene en cuenta que en la primera de ellas votan todos los afiliados que previamente se hayan inscrito para participar en el proceso y en la segunda, ya en el congreso, la decisión recae en los compromisarios.
Cuando se da la circunstancia de que hay más de un candidato, en la primera de las votaciones los afiliados votan en dos urnas: en una a su candidato a la presidencia del partido. Y, en la otra, a los compromisarios. "Serán proclamados candidatos a la presidencia del partido, para su elección por los compromisarios en el Congreso, los dos precandidatos que hubiesen obtenido el mayor número de los votos válidos emitidos por los afiliados", puede leerse en las normas de funcionamiento interno de la formación conservadora.
Además, "si alguno de los precandidatos obtuviese más del 50% de los votos válidos emitidos por los afiliados, hubiese logrado una diferencia igual o superior a 15 puntos sobre el resto de precandidatos y hubiera sido el más votado en la mitad de las circunscripciones será proclamado ante el Congreso como candidato único a la presidencia del partido", figura en los estatutos.