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Jesús Cintora: "Felipe González tiene mejor relación con Mariano Rajoy que con Pedro Sánchez"

Jesús Cintora, en una imagen promocional de 'A pie de calle'.

¿Qué hay detrás de las portadas de los periódicos? En muchos casos, llamadas, mensajes de Whatsapp, comidas y encuentros sin cámaras. Si el lector pudo seguir al día las explicaciones públicas del fracaso de un Gobierno de izquierdas en las últimas elecciones, Jesús Cintora (Ágreda, Soria, 1977) ha querido dar cuenta de las conversaciones soterradas. Lo hace en Conspiraciones. ¿Por qué no gobernó la izquierda? (Espasa), un relato cronológico de casi 400 páginas que va desde la declaración de guerra entre pedro Sánchez y Susana Díaz en la Navidad de 2014 a la victoria de Mariano Rajoy, tranquilo entre los "líos" y en Moncloa. El que fuera conductor de Las mañanas de Cuatro hasta su destitución en 2015 ha conseguido agotar el título en librerías, aunque la editorial ya las está reabasteciendo con tres ediciones consecutivas.

Las fuentes de sus informaciones —con quién y cómo consultó Pedro Sánchez sus intentos de negociación, qué mensajes envió Pablo Iglesias antes o después de ciertas comparecencias clave...— son, claro, secretas. El lector tendrá que creerle. Y, si lo hace, tendrá entre sus manos una jugosa narración en clave de novela de intriga que en ocasiones parece House of Cards y en otras un sainete. Saca a relucir sus anécdotas recopiladas durante años de charlar con unos y con otros: "¿Quieres que te cuente una? Mientras Rivera decía eso de que no apoyaría a Rajoy, en encuentros privados en la Moncloa, Rajoy presumía de que a él Rivera nunca le había dicho eso. Tenía más información de la que la opinión pública podía pensar". Otras referencias son más veladas. Todas están en el libro. 

Pregunta. Pedro Sánchez, en su entrevista con Jordi Évole en Salvados, habló de “embates de los poderes económicos” para que no hubiera un Gobierno de izquierdas, de que el comité federal quería “deponer a un secretario general para facilitar un Gobierno del PP” y de la presión de los medios. ¿Debemos realmente pensar en conspiraciones?con Jordi Évole en Salvados

Respuesta. En España, el poder está en manos de no tantos actores. Poderes económicos, poder político y poder mediático se entrelazan en lo que ha ocurrido en los últimos tiempos en el país. Esto sin duda repercute en la formación de Gobierno en un momento histórico importante porque asistimos a un desgaste evidente del bipartidismo, con el auge de nuevos partidos políticos y las tensiones que esto conlleva. Evidentemente, se conspira. Se conspira en estos poderes fácticos y se conspira y se sigue conspirando dentro de los partidos.

 

P. La campaña de las generales y el proceso de negociación fueron muy mediáticos. ¿Cree que el público está bien informado, o hay, digamos, una base del iceberg que no se contempla en el debate?

R. La impresión general creo que no llega al fondo del asunto, de ahí el interés en escribir el libro, que además tenía muchos ingredientes para escribirlo en clave de intriga y de suspense. Incluso tiene un final abierto, porque el desenlace de esta historia no está escrito.

Si queremos contar lo que está ocurriendo en España en clave de blanco y negro, de buenos y malos, nos estaremos equivocando. Hay responsabilidades en una serie de actores. Y a fin de cuentas hay una lucha de poder, que está cada vez más distanciada de los intereses del ciudadano. Y estas tampoco son ajenas a nuestro momento más inmediato. En el libro no hay nadie que quede como un santo.

P. En varios momentos del libro toca las relaciones entre los líderes de los distintos partidos. ¿Qué papel cree que ha jugado la desconfianza personal en este proceso?

R. En España, una de las particularidades que vivimos es la importancia de la suma de los votos de la izquierda y sin embargo el enfrentamiento que hay dentro de los partidos considerados de izquierda. En mi parque aquí en Ventas me lo he explicaba un señor el otro día, y creo que mejor que muchos dirigentes políticos: ‘¿Por qué yo, que llevo votando al PSOE toda mi vida, tengo a mi hija que vota a Podemos, y en algunas cosas no coincidimos pero nos entendemos, y estos no se pueden entender para formar Gobierno y desalojar a Rajoy?’. Esto está ocurriendo también.

P. Al PSOE se le ha culpado, principalmente desde Podemos y sus simpatizantes, de haber cedido ante la derecha y haber estado cerrado frente a Podemos por temor que se le coman el trozo del pastel.  ¿Hasta qué punto esta idea es cierta, o completa?

R. Lo que ocurre en el PSOE tampoco es sencillo de explicar. El libro son casi 400 páginas porque requiere un espacio y no se puede despachar a vuelapluma. Interviene que efectivamente hay socialistas de peso que no quieren para nada que haya un acuerdo PSOE-Podemos. Interviene también una lucha por el control del PSOE, quien considera que el poder de Sánchez ya se terminó, los deseos de Susana Díaz por acceder al liderazgo… Influye que Pedro Sánchez va dejando de hablar con pesos importantes del partido que le facilitaron incluso que él fuera secretario general del partido. Porque para que Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que era bastante desconocido a nivel nacional, llegara a ser líder del PSOE no bastó únicamente el voto de los militantes, le respaldaron pesos importantes del partido. Y él también incumple compromisos que ha adquirido con ellos.

P. Por otra parte, lo que se suele echar en cara a Podemos desde la militancia socialista es que su ambición tuviera que ver más con los sillones y con el sorpasso. De nuevo, ¿cómo de ciertas o completas son estas ideas?sorpasso

R. En Podemos ocurre también que no hay un único factor para explicar por qué no hubo acuerdo. Influye sin duda la desconfianza hacia el Partido Socialista, enraizada en que no se fían de quién tiene el verdadero poder ni consideran que Pedro sea el que manda. E influyen los cálculos y presuponer que en una segunda vuelta electoral puede haber un sorpasso sumando a Izquierda Unida. Me parece especialmente llamativo qué es lo que tuvo que ocurrir para que se sentaran verdaderamente al menos a intentar negociar, aunque yo creo que verdaderamente no hubo una negociación seria nunca.

P. Decía que había elementos de intriga y de suspense en el libro. ¿Dónde situaría los giros de guion de esta historia?

R. Me parece importante ese Mariano Rajoy que resiste a la catarata de casos de corrupción que van saliendo. Porque ahora mismo estamos espantados, parece ser, por todo lo que está saliendo de Madrid. Pero nos olvidamos de que hace nada salió todo lo que salió de la operación Taula, de la Púnica, de la Gürtel, de Aquamed, de los papeles de Panamá… Me parece determinante ver cómo consigue sobrevivir a toda esa podredumbre.

O cómo Pedro Sánchez se mueve entre ir ganando tiempo, en lo que es casi una huida hacia adelante para mantenerse al frente del Partido Socialista, pero que también va siendo consciente de que está perdiendo apoyos decisivos en el partido. Es determinante cuando se reúne con Rubalcaba y sale de ese encuentro y hace lo contrario a lo que habían hablado [El histórico socialista recomendó al secretario general que no se propusiera como presidente si no lo hacía Rajoy]. O el papel de Felipe González, que fue y sigue siendo un peso determinante y de la vieja guardia es el que más mantuvo el contacto con Pedro Sánchez, para bien y para mal. Hay un encuentro con Pedro Sánchez que está en el libro y que se habla de una serie de cosas, y que eso tiene un desenlace determinado [El 29 de junio, después de los segundos comicios, se reúnen en casa del expresidente. Según Cintora, este recomienda decir "no" A Rajoy en la primera votación y abstenerse en la segunda, y en ningún caso formar Gobierno con 85 diputados]. Y lo que ha ocurrido en Podemos entre el pablismo y el errejonismo, que surge en este tiempo.

Cada vez más gente en la izquierda piensa que hay una izquierda que se pasa y una izquierda que no llega. Una izquierda que cree que Podemos está siendo demasiado efectista y poco pragmático; y que el Partido Socialista, en unas cuantas parcelas, está más cercano al Partido Popular. Y esas dos supuestas izquierdas están cada vez más distanciadas.

P. Menciona el efectismo, cuando se ha hablado mucho de las formas en todo este proceso, particularmente las de Podemos, como la mención a la cal viva, la rueda de prensa en la que Pablo Iglesias se propone como vicepresidente o, recientemente, la moción de censura promovida por el partido. ¿Han tenido un peso decisivo estas formas en el desenlace de esos intentos de formación de Gobierno?las de Podemosse propone como vicepresidentemoción de censura

R. Es muy literario y muy cinematográfico hablar de momentos como esos, pero lo más dramático en la relación entre PSOE y Podemos no está ahí, por mucho que puedan ser símbolos, que también son importantes. Está en la incapacidad de los dos partidos para sentarse a negociar en serio, y está en los intereses que hubo para que eso no se produjera. Y no voy a decir en esta entrevista qué intereses son, que la gente lea el libro, hay un trabajo de investigación. Pero ahí está la clave.

P. Mariano Rajoy aparece como el gran beneficiado de la falta de entendimiento entre los dos partidos. Su victoria, ¿ha venido de la inacción bien llevada, o ha habido también acciones que no conoce el público?

R. Mariano Rajoy tiene el poder, y eso supone tener una relación con los poderes fácticos mucho más profunda que la que puedan tener quienes no tocan el poder, como Pedro Sánchez o Iglesias. Hablo de la relación y el acceso que pueda tener al poder económico, mediático o legislativo. Mariano Rajoy es un tipo que por aguantar en la Moncloa fuerza incluso la ley. Tiene también el contacto para moverse en Europa y que no presionen y esperen pese a ser un año plagado de incertidumbre.

Y luego juega también a enviar determinados mensajes que van calando en la opinión pública: “O nosotros o el caos”, “O nosotros o terceras elecciones”… Estos mensajes son fruto de un Mariano Rajoy que parece que no hace nada pero que está moviendo hilos.

P. Comentaba antes que Rajoy resiste a la corrupción. ¿A qué lo achaca?

Una de las grandes quiebras que se está produciendo en la España actual es que la gente parece que está consintiendo cada vez más todo lo que se ha saqueado y robado en este país. Resultados electorales en ciertos territorios que no han supuesto un castigo político. En esto, Rajoy, que es un estratega del tiempo, sabe que conforme van avanzando las semanas, los meses, los años, la opinión pública va perdonando. Estamos hablando de la Gürtel, de un presidente que aparece en los papeles de una caja b, de un mensaje a un tesorero sabiendo que hay dinero en Suiza… Estamos en 2017 y hay casos que se remontan al 2000. Pero también sería importante analizar los errores de la oposición que obligara al Partido Popular a regenerarse.

P. Decía que el libro tiene un final abierto. ¿Cómo de rotos están los puentes entre los distintos partidos de la oposición, a corto plazo?

R. A día de hoy, la relación entre PSOE y Unidos Podemos están absolutamente fragmentadas. Y llevará un tiempo. Imagínate a ese Mariano Rajoy, que sabe que tiene asuntos de corrupción bastante graves, y que ve que hay enfrentamiento entre quienes podrían ponerse de acuerdo para desalojarle. ¿Qué puede pensar?

P. ¿Pero ha habido un cambio de estrategia en la oposición, o puede haberla pronto?

R. A mí me llama la atención poderosamente por qué Felipe González puede tener una mejor relación con Mariano Rajoy que con Pedro Sánchez o Pablo Iglesias. ¿Qué ocurre ahí como país? Dejo esa pregunta en el aire. Ahora lo que pasa en el PSOE es una incógnita porque estamos en un proceso de primarias que tiene que resolver el liderazgo. Y vamos a ver cómo acaba, la capacidad que existe para remar todos en la misma dirección, porque eso no ha ocurrido en los últimos años. Desde que se va Zapatero hemos vivido una lucha de familias. Ellos son conscientes de que ha habido un debilitamiento de las posiciones del partido. Hay incluso un problema generacional, un divorcio de voto muy grande en las edades más tempranas.

P. Tomando ese primer viaje de Pedro Sánchez a Portugal que simbolizaba la posibilidad de un Gobierno de izquierdas, ¿cuándo vio usted que eso, en este contexto, no era posible?viaje de Pedro Sánchez a Portugal

R. Hay suficientes poderes en España para evitar un acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Era algo muy remoto. Aunque hubo gente que lo creyó, y no hay más que ver el relato del 20D en la calle Génova. Se activó el modo pánico. Pero también había resistencias, y se movieron hilos para que el pacto fuera imposible, incluidos los errores de cada uno de ellos. Y hay momentos importantes: cuando Sánchez pisa el acelerador con Ciudadanos, con una puesta en escena tan rimbombante. Evidentemente ya se sabía, porque era público, que Ciudadanos y Podemos eran incompatibles.

 

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