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La materialización de la economía virtual

Félix Serrano Alda

Todo son números y asientos contables virtuales, sólo se convierten en reales cuando se materializan en la compra de una casa, un coche o un desahucio. Ni siquiera la subida de la cotización de tus acciones las notas en tu bolsillo de inmediato. Sólo son números más elevados en tus presupuestos y previsiones.

China vende 2.000 millones de deuda pública de los EE. UU. (dólares) y compra deuda del BCE (euros). La prima de riesgo del Bono español a 10 años se sitúa en los 133,50 puntos básicos (PB), que pagamos más que Alemania, 1,626% sobre su 0,298% por estas fechas. El BCE inunda de dólares a la banca europea a la que va a prestar 57.000 millones de dólares al 0,59%.

Los accionistas del Banco Popular han visto disminuir en tres años la cotización de sus acciones desde un 4,76% al 0,68% de hace unos días, pero como todos los datos anteriormente expuestos, son virtuales. Números, papeles, asiento contables, (EFT) transferencias electrónicas de fondos sin plasmación real mientras no se materialicen en una venta con minusvalías.

Como son sólo números el abono del cupón de las acciones de otro banco o las eléctricas que tienes en cartera. Cartera, portfolio, what portfolio? Only numbers!

Ni siquiera cuando tú vendes una casa o recibes una indemnización por despido a través de una cuenta bancaria o un cheque nominativo, hay una materialización dineraria, sino un asiento o un depósito en tu cuenta. Sólo cuando compras un coche o un viaje con esos fondos o cuando tu vecino es desahuciado por no haber pagado la hipoteca, hay una materialización de esos fondos o de la deuda hipotecaria que el vecino tenía con el banco. “Las vaquitas son de nosotros, los desahucios son ajenos”.

Todo es una gran pirámide inmaterial de valores virtuales, aunque todo ello se tiene que soportar sobre una base material.

Las grandes obras españolas en autopistas innecesarias y AVE o aeropuertos innecesarios de la década anterior, así como los hospitales provinciales necesarios y las grandes obras museísticas innecesarias, como las ayudas o rescates a la banca; son temas materiales que han alimentado nuestra descomunal Deuda Pública (DP).

Me diréis sobrecogidos: “pero esa DP monumental que alcanzó 1,1 billones de euros a finales del 2016, el 99,4% del PIB, con un incremento gigantesco desde el 2007 que suponía tan sólo el 35,5% del PIB, es una losa para nuestra generaciones futuras que no van a poder devolverla”. Como pasa con la Deuda de los italianos 2,2 billones de euros, 132,6% de su PIB” Y yo os pregunto ¿pensáis que a don Mariano, San Montoro y de Guindos o Sergio Mattarella, presidente italiano, les quita el sueño esa gran deuda virtual? No, seguro que no. Son números, sólo números que adornan sus curriculum Vvitae.

Lo malo o el aterrizaje peligroso se producirá cuando en vez de los 32.171 millones de euros que pagaremos en el 2017 por esa DP (tipo medio de un 3%), suban los tipos de interés, se dispare la prima de riesgo – en julio del 2012 llegó a marcar los 650 al pedir España el rescate de 100.000M para la Banca -, y por ejemplo paguemos un tipo promedio del 4% o 4,5% que supondría del orden de los 45.000 millones de euros. Más apreturas en sanidad, educación, protección social, ¿pensiones? Sólo la inversión de Defensa para agradar a Trump seguiría intacta o creciente.

Además, cuando el Gobierno de España tiene que justificar que controla su déficit público (virtual) y nos sube las retenciones sobre el IRPF, ello se materializa en una reducción del dinero que nos queda disponible para consumo, después de que nos descuenten en el banco la hipoteca, los colegios, los recibos de consumo y el pago de la tarjeta de crédito.

O en tu capacidad de compra –puedes comprar menos pimientos y menos chuletas-, cuando se aplica a estos productos tipos de IVA más altos. De la misma manera que un descenso del tipo del IVA al 10% para los espectáculos en directo aumentará nuestra capacidad de asistir a ellos, en detrimento del cine todavía castigado con el 21%.

Leemos que España tiene una deuda con el Reino Unido de tantos Billion Pounds (nueve ceros) y nos puede dar la risa floja. Pero nos llega una carta del banco porque tenemos un descubierto provocado al cargar la tasa de basuras del Ayuntamiento y ya nos podemos empezar a preocupar y a ocupar. Primero, agradecer al banco que nos haya atendido el cargo en cuenta sin devolver el recibo, porque el ayuntamiento de tu ciudad y la mía, suelen tener malas pulgas con estas cosas. Y después, hacer frente a la minideuda con el banco que nos va a cargar por el favor, una media de 35 euros por la notificación y un 7,5% sobre la cantidad negativa con un mínimo de 15 euros.

Materialismo puro que merma nuestro nivel de bienestar. Aunque no felicidad, no, porque la felicidad es otra cosa y depende más de la satisfacción razonable por los logros conseguidos y nuestro espíritu positivo y optimismo inmaterial.

Números, sólo números. Y de los números, como del amor, no se vive, aunque a veces, se muere de desamor. Como se sufre por los recortes de tu pensión o tus prestaciones de salud. Números, sólo números virtuales que acrecientan nuestras necesidades materiales no cubiertas y despiertan nuestros deseos de bienestar y felicidad. Menos ricos pero más sabios.

 

Félix Serrano Alda es socio de infoLibre

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