Compromís
Compromís logra el apoyo necesario para aprobar en el Congreso la ilegalización de partidos corruptos
Este miércoles se votará en el pleno del Congreso la proposición de ley de Compromís para disolver aquellos partidos políticos que hayan sido financiados ilegalmente. A falta de la votación final, la propuesta de la formación valenciana cuenta con el apoyo de la mayoría de los grupos parlamentarios— Ciudadanos, Unidos Podemos, Esquerra Unida, PSOE y PDCat— salvo el PP, que ya ha confirmado su oposición, y el PNV, que se inclina por la abstención.
La iniciativa de Compromís busca poner fin al "dopaje electoral" y “acabar con el vacío legal que permite la continuidad de las organizaciones políticas beneficiadas de estructuras mafiosas destinadas a la financiación por vías ilegales”, según ha declarado el diputado del partido Enric Bataller, que será el encargado de defender mañana la proposición.Algunos de los principios que recoge la propuesta la suspensión de actividad hasta cinco años, su inhabilitación para recibir subvenciones públicas o incentivos fiscales durante un plazo máximo de 15 años, así como el cierre de locales y establecimientos por un periodo no superior a cinco años.
Compromís llama "sinvergüenza" a Montoro al acusarles de "solo saber llorar" por la financiación autonómica
Ver más
Compromís ha recordado que este tipo de financiaciones fraudulentas e irregulares atentan contra esencia de la democracia, ya que afectan directamente al bolsillo de la ciudadanía. Igualmente, el diputado Enric Bataller ha sacado a colación varios casos de corrupción recientes y ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas de la oposición para acabar con la impunidad que esconden este tipo de partidos políticos.
La aprobación de la proposición ofrecería, asimismo, la posibilidad de sancionar judicialmente a aquellas personas jurídicas que financian ilegalmente a los partidos. El proyecto supondría un avance pequeño, pero efectivo, en la lucha contra la corrupción que esta año ha costado a España 90 mil millones de euros y un lavado de cara para el prestigio de la clase política.