PANORÁMICA FISCAL
Madrid y Cataluña son las comunidades más ricas, pero el contribuyente gallego es el que más paga por su patrimonio
Cataluña es la comunidad autónoma que más ricos tiene y que más patrimonio declara a la Agencia Tributaria. De los 188.860 contribuyentes que presentaron la declaración del Impuesto sobre el Patrimonio en 2015, 72.716 –el 38,5%– eran catalanes. En conjunto dicen poseer acciones, inmuebles, seguros, joyas, obras de arte y coches por valor de 173.020 millones de euros. A Cataluña le sigue Madrid, con muchos menos declarantes, 16.977, pero un patrimonio conjunto de 150.325 millones de euros. Hasta aquí, ninguna sorpresa, Cataluña y Madrid son las comunidades con mayor actividad económica y más capacidad de atracción para que las grandes fortunas establezcan su residencia.
Pero de la estadística de la Agencia Tributaria saltan peculiaridades imprevistas si se presta atención al detalle. Atendiendo al patrimonio medio declarado, Madrid se sitúa a la cabeza, con 8,85 millones de euros por contribuyente. La segunda en la lista es Galicia. Declara un patrimonio medio de 4,5 millones de euros, la mitad que Madrid, pero esa cantidad la sitúa muy por delante de Cataluña –2,37 millones– e incluso de la tercera en el ránking, Canarias –3,1 millones–. Además, Galicia, la quinta por el patrimonio total declarado –34,48 millones de euros– es también la que más paga por el Impuesto sobre el Patrimonio, 9.865 euros de media, por encima de comunidades más ricas como Baleares –9.363 euros–y Cataluña –6.556 euros–. Madrid se descuelga en esta clasificación: es la única comunidad autónoma en la que se aplica una bonificación del 100%, por lo que el contribuyente no paga ni un euro por este concepto al fisco.
Además de por razones demográficas, la disparidad se explica por diferencias legales. En Madrid sólo tienen que declarar quienes superen los dos millones de euros de patrimonio, mientras que para el resto de España ese límite es de 700.000 euros, excepto en Cataluña, donde baja a 500.000 euros, y en Aragón, fijado en 400.000 euros desde 2016. Es decir, el volumen de potenciales contribuyentes es mucho mayor en estas comunidades autónomas que en Madrid, donde quienes declaran son, por tanto, más ricos.
En Galicia y en Canarias, quienes tienen más de 700.000 euros de patrimonio son muy pocos, 7.656 y 5.942, respectivamente, comparados con las comunidades más ricas. También fueron hasta 2013 y 2007 regiones Objetivo 1 de la Unión Europea, recibían fondos estructurales porque no alcanzaban el 75% del PIB comunitario. En 2015, el PIB per cápita gallego ascendía a 20.431 euros y el canario era inferior, 19.900 euros, por debajo de la media nacional –23.200 euros– y muy lejos de los 31.812 euros del madrileño –el más elevado– y de los 27.663 euros del catalán. Sin embargo, como queda dicho, el patrimonio medio declarado por sus contribuyentes se sitúa inmediatamente detrás de las dos comunidades más acaudaladas. Sus pocos ricos son muy ricos.
El Impuesto sobre el Patrimonio se creó en 1978. Entre 2008 y 2011 fue suprimido por el Gobierno del PSOE, que lo reinstauró elevando el mínimo exento desde 120.000 euros hasta 700.000. Por ese motivo, al volver a aplicarse en 2011, el número de declarantes se desplomó, de casi un millón en 2007 a sólo 130.216 cuatro años después. Desde entonces, no ha dejado de aumentar, casi un 40% en cinco años. Está cedido a las comunidades autónomas, de ahí que Madrid lo haya suprimido de facto y otras tengan sus propias bonificaciones o mínimos exentos distintos.
Madrid dejó de recaudar 3.205 millones desde 2011
El Gobierno de Esperanza Aguirre introdujo la bonificación autonómica del 100% en 2008 y, cuando el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero reinstauró el impuesto en 2011, Madrid la mantuvo. Desde entonces, los ricos madrileños se han ahorrado por este concepto 3.205 millones de euros. En 2015, el último año del que la Agencia Tributaria publica datos, los contribuyentes madrileños con mayores patrimonios dejaron de pagar al fisco 796,78 millones de euros, un 20,6% más que el año anterior y un 49,2% más que en 2011. De media, el Gobierno madrileño le perdonó a cada contribuyente 50.461 euros en 2015.
El volumen de las bonificaciones que aplica el resto de las comunidades autónomas es mucho menor. En la mayor parte de los casos se benefician los patrimonios de personas con discapacidad. En Cataluña, también quienes declaren propiedades forestales. En Galicia, se bonifica hasta un 75%, con un límite de 4.000 euros, si se crean nuevas empresas o se amplía capital en ellas. En 2011, tanto Baleares como la Comunidad Valencia aplicaban también descuentos del 100% en el impuesto, que supusieron ahorros para los ricos de esas comunidades de 19,78 y 70,6 millones de euros, respectivamente. En 2015, La Rioja instauró una bonificación del 50%, que permitió a los contribuyentes dejar de pagar a Hacienda 6,75 millones de euros.
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La más 'pobre'
El tipo medio del Impuesto sobre el Patrimonio fue del 0,75% en 2015, cinco décimas más que el año anterior. Los contribuyentes que declararon bases imponibles superiores a 100 millones de euros, los superricos, tuvieron una cuota íntegra –antes de aplicar las deducciones y las bonificaciones autonómicas– de 1,6 millones de euros de media. Mientras que a los que declaran menos de un millón de euros de patrimonio –el 40% de los declarantes– les correspondió una cuota íntegra de sólo 479 euros de media.
En el otro extremo de la estadística, la comunidad con menos ricos y menos patrimonio total declarado es Extremadura. Sólo 907 declarantes, con fortunas valoradas en 2.000 millones de euros. De media, cada acaudalado extremeño paga por el impuesto 4.403 euros, la mitad que un gallego, pero más que un riojano, un aragonés, un castellano-manchego y un castellano-leonés.