LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Begoña Gómez cambia de estrategia en un caso con mil frentes abiertos que se van desinflando

Independentismo

Qué gobiernos y qué políticas 'fabrican' independentistas

Concentración en Lleida para celebrar la declaración de independencia.

El expresidente del Gobierno José María Aznar analizaba el pasado miércoles 8 de noviembre, en una entrevista concedida a la Cadena Ser, el paradigma actual en Cataluña. Y lo hacía sin perder la oportunidad de elogiar los años de su partido en el Gobierno central, frente al mandato socialista que su juicio fue clave en el desarrollo del independentismo catalán. "Si uno analiza los estudios sociológicos del CIS y del CEO entonces usted verá que el sentimiento independentista se dispara a partir del año 2006, 2007 y 2008", afirmaba el expresidente. Lo cierto es que la encuesta del CIS no mide el sentimiento independentista, sino el nacionalista. Sí lo lleva haciendo el CEO desde su creación en 2005, y sí se percibe asimismo en los resultados electorales de los principales partidos independentistas en los comicios autonómicos y generales de los últimos años.

Aznar no es el único líder político que ha echado la vista atrás para comentar la evolución del independentismo. El expresident de la Generalitat Artur Mas (CiU) recordó el pasado martes la sentencia del Tribunal Constitucional que en 2010 anulaba parte del Estatut de Cataluña, y lo identificó como el origen del independentismo. El también expresident José Montillá (PSC), no obstante, puso en duda dicha génesis y se mostró más partidario de señalar a la crisis económica como el viraje que explica el auge soberanista.

El análisis de los tres frentes (encuestas, elecciones catalanas y elecciones estatales) permite entrever una serie de momentos clave que explican la evolución del movimiento independentista en Cataluña. La sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut catalán o el inicio de las movilizaciones organizadas por la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural son algunos de los fuelles que han dado impulso al soberanismo y que, como consecuencia, han dejado huella en las encuestas anuales y en los comicios fuera y dentro de suelo catalán.

Encuestas: de tercer puesto a opción dominante

El Baròmetre d’Opinió Política que elabora el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) anualmente cuenta con una cuestión sobre el modelo territorial que los encuestados prefieren para Cataluña, y cuyas opciones pasan por una región de España, una comunidad autónoma, un Estado dentro de una España federal o un Estado independente. Esta última respuesta ha ido sumando fuerza con los años.

La primera encuesta, con un trabajo de campo que va del día 6 a 11 de junio de 2005, revelaba un 13,6% de población catalana que se inclinaba por la independencia, a una distancia importante del 31,3% que optaba por una España federal y del 40,8% que elegía el actual modelo de autonomías. La cifra se mantiene estable, oscilando entre el 13% y el 17%, durante los siguientes años. Los independentistas eran el 19,4% en enero de 2010, pero entre el 28 de junio y el 8 de julio ya superan la barrera del 20% y se posicionan en un 24,3%. ¿El motivo? Justo el 28 de junio de 2010 tiene lugar la sentencia que da pie al recorte del Estatut que había sido refrendado por los catalanes a través del referéndum celebrado en 2006.

Pero es a principios de junio de 2012 cuando alcanza por vez primera la cumbre, superando a la idea de Estado federal y de España de las autonomías. El proyecto independentista recibe el 34% de apoyo por parte de los encuestados, respaldo que subiría hasta diez puntos en sólo cinco meses. 

Precisamente el año 2012 resulta clave para el movimiento independentista. En septiembre de 2012, la entonces presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, organiza la manifestación Cataluña, nou estat d’Europa, para conmemorar la Diada. La marcha reunió a centenares de miles de personas con una evidente reivindicación soberanista. La primera gran muestra de fuerza del independentismo catalán. Fueron dos millones de personas, según los organizadores (1,5 millones según la Guàrdia Urbana), las que colmaron las calles de Barcelona aquel 11 de septiembre. El mismo mes de septiembre se produce otro acontecimiento importante. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantiene una serie de reuniones, algunas en secreto, con Artur Mas que concluyen en la negativa del Estado a aceptar el pacto fiscal por ser "contrario a la Constitución". El president de la Generalitat explicaba poco después que según Rajoy "no había margen para negociar un pacto fiscal" y lamentó que el Gobierno desperdiciara "una oportunidad histórica".

Es entonces, tras la encuesta de octubre de de 2012, cuando el fervor independentista alcanza el 44,3% y continúa en aumento progresivo hasta que a finales de 2013 abraza su máximo, con un 48,5%. La opción de una España organizada mediante comunidades autónomas se encuentra ya muy por detrás, con un 18,6%, mientras que el modelo federal se queda con un 21,3%. La Diada de 2013 fue fundamental para el empuje independentista. Una cadena humana, formada por 1,6 millones de personas según la Generalitat, recorrió cerca de 400 kilómetros como reclamo de una Vía catalana hacia la independencia. El objetivo, exigir un Estado propio para Cataluña. 

Desde entonces, la alternativa independentista se ha mantenido, según el CEO, unos puntos por debajo, en torno al 40%. En julio de 2017 sufrió un descenso notable hasta quedar en el 34,7%, pero en octubre, tras la celebración del referéndum del 1O, volvió a estabilizarse en el 40,2%. No ha dejado de ser, desde el año 2012, la opción favorita de los catalanes encuestados.

  Elecciones catalanas: viraje de CiU y aparición de la CUP

Los comicios autonómicos son también reflejo del calado independentista entre el electorado catalán, si bien CiU comenzó a dejar a un lado su discurso nacionalista para introducir aspiraciones marcadamente independentistas a partir, aproximadamente, del año 2012.

La suma de CiU y ERC se ha movido entre un mínimo de 57 escaños (47 para CiU y catorce para ERC en 1980) y un máximo de 81 (70 CiU y once ERC en 1992). En 2003 y 2006 ambas formaciones se mantienen con un total de 69 escaños, y ya en 2010 suben hasta los 72 (con un reparto de 62 para CiU y diez para ERC), coincidiendo con la campaña del PP contra el Estatut de Cataluña y la sentencia del Tribunal Constitucional avalando la inconstitucionalidad de 14 artículos. En 2012, ya con la CUP dentro del arco autonómico, la suma de los tres partidos permite al ala independentista obtener 74 escaños (50 CiU, 21 ERC y tres para la CUP), paralelamente al inicio de las movilizaciones y la masiva Diada por la independencia. Los comicios de septiembre de 2015, con Junts pel Sí como producto de la coalición entre Convergència y ERC, dejan al independentismo catalán con 72 escaños de nuevo (62 la coalición y diez de la CUP).

En cuanto a porcentaje de voto, la evolución apenas deja grandes cambios en términos porcentuales. Si en 1980 la suma de ambos partidos era del 36,55% (27,68% CiU y 8,87% ERC) el máximo en 1992 es del 54,79% (46,74% CiU y 8,05% ERC). Lo cierto es que entre 1984 y 1995 la suma de las dos formaciones se sitúa en torno al 50%, pero a partir de 1999 va a quedar siempre por debajo. Su máximo se produce en los años 2012 y 2015, ya con la CUP dentro del escenario político. En 2012 el porcentaje obtenido es del 47,8% (30,7% para CiU, 13,7% para ERC y 3,47% para la CUP) y el mismo se repite en 2015, esta vez con un 39,59% para la coalición y un 8,21% para la CUP.

El número de votos revela asimismo picos en la evolución. El peor año en este sentido es 1995, con un total de 437.938 papeletas a favor de la suma entre CiU (que obtiene 132.071) y ERC (con 305.867). El mejor, por contra, es 2015, con 1.628.714 votos para la coalición y 337.794 para la CUP, es decir, un total de 1.966.508. También 2012 deja buenos resultados para los independentistas en cuanto a número de votos, siendo 1.740.818 el total registrado (1.116.259 para CiU, 498.124 para ERC y 126.435 para la CUP).

Elecciones estatales: bajo mínimos con Zapatero

Una vez más, el comportamiento electoral también en el Estado español se mueve en base a una serie de momentos clave, aunque la estabilidad de CiU y ERC es notable en el Congreso: apenas seis escaños de diferencia entre su peor y su mejor momento y sólo 1,5 puntos en cuanto al porcentaje de voto.

Borrado el exconseller Santi Vila de la fotografía de la página web del "Govern legítimo"

Borrado el exconseller Santi Vila de la fotografía de la página web del "Govern legítimo"

En 1996 ambos ocupan 17 escaños (16 CiU y uno ERC), y la situación continúa siendo similar en las elecciones del 2000, con 16 actas (15 CiU y uno ERC). En 2004, después de los gobiernos de José María Aznar y del Pacto del Tinell que lleva a un tripartito de izquierdas a gobernar Cataluña, ERC consigue el mejor resultado de su historia (ocho escaños) y logra, junto a CiU, 18 asientos en la Cámara Baja. En 2008, tras el primer mandato del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el independentismo sufre un notable descenso en cuanto al número de escaños, pasando a ocupar trece (diez CiU y tres ERC). Pero la situación vuelve a dar un giro en el año 2011, de nuevo tras la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut de Cataluña, a la que precedió la recogida de firmas y campaña por parte del PP. CiU y ERC consiguen entonces 19 diputados, 16 para los primeros y tres para los republicanos. Desde entonces, las elecciones de 2015 y 2016 han dejado al independentismo catalán (PDeCAT y ERC) con un total de 17 escaños en el Congreso (ocho los primeros y nueve los segundos).

En cuanto a porcentaje de votos, el mínimo histórico después del tenue inicio de 1979 se produce en 2008, tras el Gobierno socialista de Zapatero. Ambos suman entonces un 4,19% de las papeletas (3,03 CiU y 1,16% ERC). Las diferencias apenas varían en décima y media, siendo el máximo el año 2004 con un 5,75% de los votos (3,23% CiU y 2,52% ERC). 

Por último, el número de papeletas independentistas depositadas en las urnas de los comicios generales deja a los años 1979 y 1982 como los mínimos registrados, pero inmediatamente después aparece de nuevo el 2008, con un total de 1.077.564 (779.425 para CiU y 298.139 para ERC). El mandato de Zapatero se consolida como el que menos independentistas dejó a su paso. Por el contrario, y coincidiendo con los datos anteriores, el número de votos alcanza su máximo en el año 2004, tras el Gobierno de Aznar. Logra entonces 1.487.667 apoyos (835.471 CiU y 652.196 ERC).

Más sobre este tema
stats