Memoria histórica
El Comisionado de Memoria plantea poner una placa a las víctimas franquistas por su orientación sexual en la cárcel de Carabanchel
El Comisionado de la Memoria Histórica propone instalar placas a 32 personas o colectivos, entre las que se encuentran una dedicada a los represaliados de la dictadura franquista por su orientación sexual en el memorial que se construirá en los terrenos de la antigua cárcel de Carabanchel, emblema de la represión franquista.
También propone para el colectivo de periodistas que cubrieron la Guerra Civil por "las injusticias sufridas por quienes se dedicaban a esta profesión, en calle Larra, 14; o al colectivo de corresponsales de guerra, quienes "dieron a conocer al resto del mundo lo que estaba ocurriendo en España", en el Edificio Telefónica en la Gran Vía.
El tercer teniente de alcalde, Mauricio Valiente, informará mañana miércoles al Pleno de las propuestas del órgano asesor. Otras placas serán para el militar José Miaja, nombrado por el Gobierno de la República jefe de la Junta de Defensa de Madrid (Búnker de El Capricho) o para el cirujano canadiense Norman Bethune, quien fundó el Servicio Canadiense de Transfusión de Sangre y puso en marcha la primera unidad móvil que se crea en el mundo salvando numerosas vidas (calle Príncipe de Vergara, 28).
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También se propone el recuerdo en forma de placa para Arturo Ruiz, el estudiante asesinado en un atentado el 23 de enero de 1977 cuando participaba en Madrid en una manifestación a favor de la amnistía (Silva, esquina con Estrella); Julián Grimau, miembro del Partido Comunista de España desde 1936, ingresó en los cuerpos de seguridad de la República como jefe de la Brigada de Investigación Criminal. El 7 de noviembre de 1962 fue detenido por la Brigada Político Social, condenado a muerte y ejecutado el 20 de abril de ese mismo año (Paseo del Rey, 14).
También serían reconocidos los Humoristas en la guerra y la dictadura (antiguo Bar La Flor, en la Puerta del Sol). Una de las placas serviría para identificar el lugar donde se levantaba el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo, en la calle del General Oráa, esquina con Núñez de Balboa.
El Comisionado cree que merece ser recordada con una placa la existencia de este tribunal "por el que pasaron tantos españoles, de modo irregular y casi clandestino o al menos poco conocido por el resto, entre 1940 y 1963".