Cultura
Los Forqué abren la difícil quiniela de los Goya
Se desenrolla la alfombra roja. Se abrillantan las estatuillas. Los competidores se preparan en la casilla de salida. Los productores se frotan las manos. Todos esos clichés para decir que este sábado comienza, un año más, la lucha por los premios cinematográficos españoles, que se inicia este sábado con los Premios José María Forqué. Los galardones que entregan los productores —o, más concretamente, EGEDA, la entidad que gestiona sus derechos— son desde 2009 el pistoletazo de salida a la carrera de los Goya. ¿Un remedo español de la senda hasta el Oscar? Más o menos. O más menos que más. Porque el particular mecanismo de los premios del cine español aleja a la industria del boato y el negocio que suponen las figurillas doradas de Hollywood.
Los Forqué inauguran este fin de semana, en una gala retransmitida por RTVE desde Zaragoza, el calentamiento hasta los premios de la Academia de Cine, el máximo galardón que pueden obtener los creadores del sector, dejando a un lado el Premio Nacional de Cinematografía. Pero el calentamiento es corto. Los Oscar cuentan con, entre otros muchos teloneros, los Globos de Oro, los premios de la Crítica, los BAFTA —que pese a ser los galardones de la Academia británica premia con frecuencia a filmes estadounidenses—, los Spirit Awards del cine independiente... En España hay que conformarse, básicamente con tres galas: los Forqué (fundados en 1996), los Feroz (entregados por la prensa desde 2014) y los propios Goya, con la guinda de los galardones de la Unión de Actores, que se celebran en primavera.
En Hollywood, donde los Oscar y toda la temporada de premios son concebidos como una gran estrategia de marketingmarketing, todo está medido al milímetro para apoyar la gran noche del cine estadounidense, que en su última edición vieron 32,9 millones de espectadores y supuso 115 millones de dólares en publicidad a la cadena ABC, que los emite. No se puede decir lo mismo de España. "El problema es ese", dice Ángel Ruiz, secretario de Acción Sindical de la Unión de Actores, que defiende los derechos de los intérpretes. "No tiene nada que ver la industria americana con la no-industria española. Si hubiera industria, podría plantearse una unión de todos los estamentos para apoyar a los Goya como colofón de una campaña. Pero ahora mismo es imposible", asegura.
¿Los guild awards españoles? guild awards
Como puerta a los Goya, los Forqué cumplen. Sus nominadas a mejor película coinciden exactamente con las candidatas de la Academia en la misma categoría: Abracadabra, El autor, La librería, Handia y Verano 1993. Pero sus organizadores, presididos por Enrique Cerezo, tratan de desmarcarse de los cabezones: "No nos planteamos que sean una antesala a nada", dice Rafa Sánchez, director Relaciones Institucionales y Comunicación, "y lo que yo creo que da un elemento diferenciador a los Forqué es que los elige la propia profesión". Como ocurre en los Goya, en realidad. Los premios de EGEDA son los únicos que preceden a los Goya cuyo censo puede superponerse con el de la Academia. Es decir, la entidad de gestión de derechos representa a 2.000 productores que pueden coincidir, a su vez, con los 1.450 académicos con derecho a voto. Y esto no es nada despreciable.
De hecho, es el caso más parecido a los guild awards (premios de sindicatos) estadounidenses, que tienen un gran peso en la competición por el Oscar. La Academia de Hollywood está dividida en 17 especialidades (14 en la española), desde montaje hasta efectos visuales. Tanto en los Oscar como en los Goya, estas secciones tienen mucho peso en las nominaciones. En Estados Unidos, los miembros de cada rama eligen a sus candidatos: los directores a mejor dirección, los guionistas a mejor guion original y adaptado, los actores a todas las categorías de interpretación... En España, los miembros de una rama eligen a la mitad de los nominados, y la otra mitad es seleccionada por todos los académicos. (Exceptuando, en ambos casos, el premio a mejor película, que se vota desde el principio por todo el censo.) Conscientes de ello, los guild estadounidenses entregan sus propias estatuillas (el gremio de actores, de escritores, de productores, de directores...), y todos dan una pista de hacia dónde puede inclinarse su correspondiente rama dentro de la Academia.
Es particularmente relevante la de intérpretes, la más numerosa de la Academia de Hollywood, que agrupa aproximadamente al 20% de los académicos. No es casualidad que los premios del Screen Actors Guild (SAG) se consideren el mejor indicador, junto a los Globos de Oro —y por motivos completamente distintos— de los favoritos al Oscar. De hecho, desde 2001 solo el 7,8% de los nominados a la estatuilla dorada no lo estuvieron ni en los Globos ni en los SAG. Aunque en el caso español no conocemos la distribución de académicos por especialidad, porque la Academia de Cine ha negado a este periódico esas cifras, los premios de la Unión de Actores, que se celebran desde 1991, podrían ser el equivalente a estos galardones. Pero en España se entregan meses después de los Goya.
La fecha es clave
"La razón de darlos en primavera es justamente para dejar un tiempo entre premio y premio para que no hubiera competencia", precisa Ruiz, de la Unión de Actores. Y tanto: entre los Goya, el 3 de febrero, y los galardones de los intérpretes, el 12 de marzo, media más de un mes. Mientras, el fin de semana del 27 y 28 de enero, justo antes de los premios de la Academia, se queda huérfano de gala. El secretario de acción sindical menciona otros dos motivos para retrasar la gala: facilitar la asistencia de nominados, que podrían dar prioridad a otros compromisos de promoción, y encontrar una sala en la que dar cabida a buena parte de sus 2.500 afiliados (más invitados), que resulta más sencillo en primavera. El resultado es que los premios de la Unión no influyen en los Goya, sino más bien al contrario. Al menos quedan las categorías de televisión y teatro, que también se reconocen: el sindicato hollywoodiense cuenta con el apellido de Screen (pantalla), pero en el español hay un totum revolutum en el que el teatro, "la madre del cordero" para Ruiz, tiene casi todo el protagonismo.
La Unión de Actores no se ha planteado nunca modificar las fechas de su gala. Sí lo hizo EGEDA, que en 2009 decidió pasarla de mayo a enero. "Se producía mucha distancia entre el momento de exhibición de una película y el premio", explica su portavoz, Rafael Sánchez. Es decir, que si un filme se estrenaba en enero, podía recibir su Forqué un año y cuatro meses más tarde. ¿No tuvo nada que ver el cambio con un deseo de adelantarse a los Goya? "No, nosotros hablamos con la Academia y buscamos un hueco. Estamos encantados de potenciar el apoyo a la industria cinematográfica, pero nuestra motivación no fue esa", asegura la entidad de gestión de derechos de autor.
Con los Premios Feroz, entregados por la Asociación de Informadores Cinematográficos desde hace tres años, ocurre exactamente lo contrario. "En gran medida, los Feroz están concebidos con los Goya como referencia", admite Fer de Luis-Orueta, vicepresidente de la entidad. "Nuestra aspiración era ser los segundos premios en relevancia. Claro que la referencia de la temporada de premios es la americana, y ahí nos miramos en los Globos de Oro", explica. Si allí son unos 90 corresponsales extranjeros en Hollywood quienes otorgan los galardones, aquí son unos 200 periodistas nacionales quienes lo hacen. Aunque, de nuevo, De Luis-Orueta insiste en que no se trata de influir en los premios de la Academia, sino de "señalar a otras películas que quizás no elijan los académicos", lo cierto es que en la última edición unos y otros coincidieron en las categorías de mejor película, dirección (novel en el caso de los Goya, para Raúl Arévalo), actor protagonista (Roberto Álamo) y guion, todo para Tarde para la ira.
Aunque hubieran querido, y al menos en esta edición, los ganadores de la prensa no podrían influir en las votaciones de los Goya: estas, inusualmente tempranas, se cierran el 15 de enero, una semana antes de la gala de los Feroz. Sí llegan a tiempo (por un día y medio) los vencedores de los Forqué. En Estados Unidos, y en una astuta estrategia publicitaria, todos los grandes premios se entregan antes del anuncio de nominaciones al Oscar (este año, el 23 de enero), e incluso los BAFTA llegan a tiempo para la votación de ganadores. Para lograr algo similar en España, parece, aún habrá que esperar.
Lista completa de nominados a los Premios José María Forqué
Largometraje de ficción (votado por los socios de EGEDA)
Abracadabra, de Pablo Berger
El autor, de Manuel Martín Cuenca
Handia, de Aitor Arregi, Jon Garaño
La librería, de Isabel Coixet
Verano 1993, de Carla Simón
Interpretación masculina (votado por un jurado de productores y periodistas)
Andrés Gertrúdix, por Morir
David Verdaguer, por Verano 1993
Javier Gutiérrez, por El autor
Juan Diego, por No sé decir adiós
Interpretación femenina (votada por un jurado de productores y periodistas)
Adelfa Calvo, por El autor
Anna Castillo, por La llamada
Bruna Cusí, por Verano 1993
Marian Álvarez, por Morir
Maribel Verdú, por Abracadabra
Nathalie Poza, por No sé decir adiós
Largometraje documental (votado por los socios de EGEDA)
Alberto García-Alix. La Línea de Sombra, de Nicolás Combarro
Dancing Beethoven, de Arantxa Aguirre
Muchos hijos, un mono y un castillo, de Gustavo Salmerón
Sara Baras. Todas las voces, de Rafa Molés y Pepe Andreu
Saura(s), de Félix Viscarret
Película latinoamericana (votada por un jurado de productores y periodistas iberoamericanos)
La cordillera, de Santiago Mitre (Argentina, Francia, España)
Las hijas de abril, de Michel Franco (México)
Mi mundial, de Carlos Morelli (Argentina, Brasil, Uruguay)
Últimos días en la Habana, de Fernando Pérez (Cuba, España)
Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio (Chile, Alemania, España, Estados Unidos)
Cortometraje cinematográfico (votado por los socios de EGEDA)
Los desheredados, de Laura Ferrés
Madre, de Rodrigo Sorogoyen
Tabib, de Carlo D'Ursi
Premio Forqué al Cine y Educación en Valores (elegido por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción)
Deep, de Julio Soto Gúrpide
Los mejores momentos de la 32ª gala de los Premios Goya
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Handia, de Aitor Arregi, Jon Garaño
Lo que de verdad importa, Paco Arango