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La guerra en Yemen adquiere una nueva dimensión con el asalto de separatistas suryemeníes al Gobierno en Adén

Miliciano portando la bandera independentista suryemení.

infoLibre

Los separatistas yemeníes del Movimiento de Resistencia del Sur anunciaron este domingo que tomaron el control de la oficina del primer ministro del Gobierno yemení reconocido por la comunidad internacional en la ciudad de Adén, en un nuevo frente de combate que se suma al abierto desde hace más de dos años entre las autoridades reconocidas y los rebeldes huthi, y que ha sumido al país en la miseria absoluta. informa Europa Press.

Fuentes del movimiento explicaron al portal de noticias local Adnlng.info que el asalto se produjo como "medida proactiva" ante los enfrentamientos que están ocurriendo ahora mismo en la ciudad entre sus fuerzas y las leales al presidente de Yemen, Abd Rabbu Mansur Hadi, en el apogeo de una semana de tensión política entre ambas facciones.

Esta información fue corroborada por fuentes de la agencia oficial de noticias rusa, RIA Novosti. "Formaciones armadas del separatista Consejo de Transición –como se describe al ala política del Movimiento del Sur– han tomado un complejo de edificios judiciales, la secretaría general del Gobierno y el campamento militar Jabal Hadid".

Además, y según fuentes de la cadena Al Arabiya, los separatistas tomaron el control del aeropuerto de Adén para impedir que escapen los representantes del Gobierno legítimo.

Los separatistas, cabe recordar, habían dado un ultimátum al mandatario el pasado domingo para que el primer ministro, Ahmed Ben Dagher, fuera cesado del cargo. Este plazo expiraba hoy. En previsión justamente de estos incidentes, Ben Dagher había prohibido el derecho de reunión pública en la ciudad.

El movimiento secesionista, que cuenta con el respaldo de Emiratos Árabes Unidos, acusa al primer ministro de corrupción, al participar supuestamente en una red de patronazgo en el sur de Yemen, usando los beneficios que extrae del crudo y aprovechando el caos absoluto en el que vive el país entero a causa de la guerra que enfrenta al Gobierno de Yemen y a la coalición internacional liderada por Arabia Saudí contra los rebeldes huthis, los mismos que expulsaron precisamente al Gobierno reconocido yemení de la capital, Saná, a esta ciudad portuaria.

Según las fuentes de la cadena Al Arabiya, el primer ministro habría pedido ayuda inmediata a la coalición saudí, que no obstante eludió pronunciarse hasta el momento, y se limitó a llamar a "la tranquilidad y la moderación, adhiriéndose al lenguaje de un diálogo calmado".

Un conflicto enquistado

Aunque el presidente Hadi permanece en el exilio en Arabia Saudí –valedor internacional del Gobierno yemení–, su administración controla nominalmente alrededor de las cuatro quintas partes del territorio de Yemen.

Sin embargo, líderes políticos y militares del Movimiento de Resistencia del Sur quieren ahora revivir el antiguo estado independiente de Yemen del Sur (también llamado en su día la República Democrática Popular del Yemen), el que fuera primer estado socialista del mundo árabe, que perduró desde 1967 hasta 1990, y que tenía justamente a Adén como capital.

Este nuevo conflicto alimenta todavía más la catastrófica situación humanitaria del país. Más de 22 millones de los 29 millones de habitantes de Yemen necesitan ayuda, es decir, tres cuartas partes de la población, y de ellos 11,3 millones requieren ayuda urgente.

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Además, alrededor de 8,4 millones de personas se encuentran en riesgo de hambruna y 17,8 millones en situación de inseguridad alimentaria. Actualmente hay unos 2 millones de desplazados. El país ha registrado un grave brote de cólera, con un millón de casos y más de 2.000 muertos, y se enfrenta ahora a un brote de difteria.

El Gobierno yemení no hace diferencia alguna entre los huthis –procedentes del norte de Yemen– y los separatistas del sur. "Cualquier otra persona que se rebele contra el Gobierno legítimo, sin importar quienes sean: izquierda, derecha, sur, este... serán considerados un enemigo", declaró ayer un importante asesor militar del presidente Hadi, Mohammed Ali al Miqdashi.

Fuentes políticas del sur acusan por contra al Gobierno de empujar la disputa hacia un enfrentamiento armado. "El gobierno de Hadi estaba nervioso por cualquier manifestación del pueblo, por lo que trataron de detenerlo por la fuerza pensando que si hubiera una batalla, la coalición intervendría y los salvaría", dijo esta fuente a la agencia Reuters.

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