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Garzón busca centralizar IU y poder sufragar su deuda con el dinero de las federaciones

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, el miércoles en el Congreso.

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, quiere centralizar en su dirección algunas competencias que ahora dependen de las federaciones regionales de la organización. Así lo detalla el dirigente en un borrador de propuesta que se ha hecho llegar a la militancia para reformar las estructuras de IU, un texto en el que se plantea la desaparición de las federaciones con personalidad jurídica propia –como es el caso de la andaluza o la valenciana– y se abre la puerta a que la dirección de Garzón pueda echar mano de los recursos de las organizaciones autonómicas para saldar parte de la deuda que mantiene IU con los bancos.

El borrador elaborado por la dirección se debatirá por primera vez este sábado en la reunión que mantendrá la ejecutiva de IU, y posteriormente también se discutirá en la Asamblea Político y Social –el máximo órgano entre congresos de la federación– que tendrá lugar el próximo 12 de mayo, cuando también se deliberará sobre la confluencia para las elecciones de 2019. Fuentes tanto oficialistas como críticas hacen hincapié en que el documento es únicamente un primer esbozo de la reorganización de las estructuras de IU, si bien el sector contrario a los postulados de Garzón –que aglutina a algo menos del 25% de los principales dirigentes– critica que el coordinador está planteando una "recentralización" de la organización y el "vaciamiento" de sus órganos.

La meta que plantea en todo momento el borrador es la de "abandonar la estructura de partido político clásico y avanzar" hacia la de "movimiento político y social", uno de los ejes sobre los que Garzón construyó el programa con el que se impuso en la última Asamblea Federal de IU, celebrada en 2016. De hecho, se propone incluir esta identificación dentro de la "definición política" que encabeza los estatutos de IU, y también se plantea la necesidad de que estos estatutos recojan la "obligatoriedad del sufragio universal para todos los procesos internos y externos", la fijación de un sueldo máximo de tres salarios mínimos para los cargos "públicos y orgánicos" de IU o la construcción de "redes de activistas" compuestas por militantes y no militantes de IU que deberían funcionar como grupos de movilización social, al estilo de los círculos de Podemos.

No obstante, el cambio más relevante que propone el borrador tiene que ver con el funcionamiento de IU y, más concretamente, con el manejo de sus estructuras y direcciones. Actualmente, IU tiene una estructura federal en la cual la dirección de Garzón coordina 17 direcciones autonómicas con un notable grado de autonomía: algunas son ramas dependientes jurídicamente del tronco federal, pero otras –Andalucía, Comunidad Valenciana o Asturias– tienen personalidad jurídica propia, lo que les permite manejar sus propias cuentas o utilizar la marca y los logotipos de IU sin autorización expresa de Garzón.

"Centralizar los recursos" si es necesario

Y es precisamente con eso con lo que el coordinador federal quiere acabar, según fuentes próximas a Garzón para mejorar la eficiencia y la rendición de responsabilidades ante instituciones como el Tribunal de Cuentas. El efecto más evidente de ese "proceso de desaparición de las personalidades jurídicas de las federaciones" que se recoge en el borrador es que la dirección federal podrá disponer de los fondos de estas formaciones autonómicas que ahora tienen CIF propio. De hecho, así lo establece el propio documento al señalar que "los recursos de la organización están al servicio de toda la organización, han de servir para poner en marcha las políticas aprobadas y debemos garantizar que se implementa lo aprobado en todo el territorio".

Eso implica que Garzón podrá utilizar el dinero de las federaciones autonómicas para sufragar la deuda de IU, un objetivo recogido expresamente en el borrador. "Es necesario resolver la deuda de IU, un movimiento político y social que pretende cambiar la sociedad no puede tener deuda bancaria, por lo tanto modificaremos los estatutos para señalar mecanismos que permitan centralizar recursos si así fuese necesario", apunta el documento, que plantea igualmente la necesidad de "unificar la cuota de IU" para que los afiliados de todas las federaciones paguen lo mismo: cinco euros al mes.

Asimismo, Garzón propone crear dos fórmulas nuevas para participar en IU, que se añadirían a las de afiliado y simpatizante: las de activista –sin cuota– y activista afiliado –con una cuota de 24 euros anuales–. Según define el documento, los activistas serían aquellos "que se organizan de forma horizontal en torno a temas sectoriales y conflictos concretos", mientras los activistas afiliados serían militantes que ejercerían su actividad en las "redes de activistas" –los círculos– que pretende crear IU.

Los críticos rechazan el borrador

El texto distribuido entre las federaciones y la militancia es únicamente un esbozo, pero ya ha provocado el rechazo tanto de la principal corriente crítica, IU sí; con más fuerza –liderada por la eurodiputada Paloma López y que aglutina en torno a un 20% de la dirección– como de Izquierda Abierta, el partido de Gaspar Llamazares. Para los próximos a López, la propuesta de Garzón supone "el vaciamiento de las estructuras de IU" en virtud de una forma de organizarse similar al "centralismo democrático" propio de los partidos comunistas del siglo XX.

Fuentes de este sector aseguran que la propuesta busca concentrar el poder en la dirección federal en detrimento de las regionales, y sostienen que eso convertiría a IU meramente en una "marca", una "organización meramente nominal" a disposición de esta dirección. Además, estas fuentes aseguran que eliminar la personalidad jurídica de algunas federaciones para acceder a sus fondos no resolverá el problema de la deuda de IU, ya que "los recursos de las federaciones son muy relativos, porque están vinculados a los resultados electorales".

Izquierda Abierta, por su parte, también se muestra contraria a un borrador que considera "incompatible" con la "tradición" de IU, en palabras de Tasio Oliver, el único miembro de la formación en la ejecutiva federal. "Tradicionalmente la pérdida de autonomía y federalidad se ha utilizado para influir o supeditar a decisiones centrales las acciones, fórmulas y modelos locales", señala Oliver, que asegura que el modelo propuesto por Garzón "contradice la oferta política de IU para el Estado, que es el de una república federal" y lo compara con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. "Los 155 en lo político o la democratización de las pérdidas en lo económico no nos van a hacer menos partido y más movimiento político y social", critica.

No hay disolución, pero sí pacto con Podemos

Este borrador fue filtrado este jueves a El Mundo y la Cadena Ser, y la interpretación del diario fue la de que la propuesta de Garzón abría la puerta a la disolución e integración de IU en Podemos. El coordinador federal aseguró en Twitter que "en ningún caso" ese es el fin de la iniciativa y tachó de "inventada" la información. En una carta dirigida a la militancia este jueves, Garzón insistió en que "en ningún caso este proceso culminará con "la absorción" de IU en otras formaciones políticas. En este caso, la coincidencia tanto con Oliver como con las fuentes de IU sí; con más fuerza consultadas es total: el dirigente de Izquierda Abierta asegura que el borrador "no habla tanto de integración o desaparición como de recentralización", mientras que la principal corriente crítica sostiene que el problema no es la disolución de IU, sino su "vaciamiento".

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El documento, en cualquier caso, será debatido primero este sábado en la ejecutiva y, posteriormente, en la reunión que mantendrá el 12 de mayo la Asamblea Político y Social de IU. El nombre de Podemos sí saldrá en esta segunda reunión, pero porque lo previsto es que para entonces se haya alcanzado al menos un principio de acuerdo con el partido morado que establezca las líneas maestras de la alianza que ambas formaciones suscribirán para presentarse unidas a las elecciones autonómicas, municipales y europeas de 2019.

Los secretarios de Organización de IU y Podemos, Ismael González y Pablo Echenique, se encuentran ultimando los detalles de un pacto que servirá como certificación por escrito de que ambas formaciones quieren concurrir unidas en 2019 y que servirá como base a los acuerdos que posteriormente tendrán que cerrar las direcciones autonómicas y locales de los dos partidos. Según explican fuentes de IU, el acuerdo será lo suficientemente abierto como para facilitar los pactos en el mayor número de lugares que sea posible, dado que la relación entre Podemos e IU es muy diferente en comunidades como Andalucía (donde existe una gran sintonía) y Asturias (donde las direcciones mantienen un enfrentamiento público), por no hablar del ámbito local, que especialmente en municipios pequeños funciona con sus propias dinámicas.

Así, estas fuentes sostienen que dos de los asuntos que más discrepancias generaban entre González y Echenique, la fórmula para realizar primarias y la marca de la confluencia, quedarán "suficientemente abiertas" como para poder presentar el acuerdo en mayo y que sean las direcciones autonómicas y municipales las que concreten el acuerdo en cada lugar. Desde el inicio de las negociaciones, IU ha exigido que se realicen primarias conjuntas, mientras Podemos ya ha aprobado su propio proceso de elección de candidatos en lugares como la Comunidad de Madrid. Asimismo, ambas formaciones han puesto como condición que su nombre esté presente en las papeletas de 2019.

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