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Cultura

El Nobel de Literatura no se concederá este año tras las denuncias por abusos sexuales en la Academia

La ex secretaria permanente de la Academia Sueca, Sara Danius, tras anunciar que abandonaba su puesto el pasado abril.

La Academia Sueca no concederá este año el Premio Nobel de Literatura. Así lo anunció el viernes por la mañana a través de un comunicado oficial, tras una reunión de sus miembros activos celebrada en la noche del jueves. La decisión de la institución que otorga cada año el galardón literario más relevante del mundo llega tras meses de crisis en el seno de la organización, desde que el pasado noviembre estallara un caso de abusos sexuales en el seno de la Academia. Según el comunicado, el premio de 2018 será anunciado junto al de 2019, algo que está considerado en los estatutos de la Fundación Nobel pero que no ocurría desde 1949. El retraso en la entrega del premio no afecta a los Nobel de otras categorías, como ha aclarado la Fundación Nobel en su propio comunicado, en el que asegura que "apoya la decisión de la Academia Sueca". 

El pasado noviembre, el periódico sueco Dagens Nyheter publicó los testimonios de 18 mujeres que acusaban de abuso sexual al artista francés Jean-Claude Arnault, vinculado a la Academia a través de su club cultural Forum, subvencionado por la institución, y esposo de la poeta Katarina Frostenson, también académica. Según la investigación del diario, Arnault, figura muy relevante en el medio cultural sueco, podría haber filtrado, además, información sobre el ganador hasta en siete ocasiones desde 1996. A principios de abril, tres académicos dimitieron de sus funciones. Sara Danius, secretaria permanente desde 2015, fue instada por la Academia a abandonar su puesto, cosa que hizo el 12 de ese mismo mes. Poco después, la propia Frostenson anunciaba su salida. El 24 de abril, la Academia se declaró "en estado de crisis" debido a un "periodo de fuerte desacuerdo entre sus miembros", y días más tarde Sara Stridsberg, miembro también de la institución, renunciaba a su plaza

La Academia Sueca asegura que su decisión se debe a "la escasa confianza pública" en la institución, pero también a la disminución de sus miembros activos, que han pasado de 18 a 10. "La Academia ha emprendido un proceso de cambio completo", anuncia el comunicado hecho público el viernes, penúltima medida en un periodo de crisis y reajustes que dura ya más de seis meses y que amenaza con alargarse durante al menos otro año. Desde noviembre, la institución ha perdido seis miembros, ha cambiado de secretario permanente —cuando Danius no llevaba, además, ni tres años en el puesto—, ha visto cuestionado su sistema de control de financiación, sus estatutos y la privacidad e independencia de sus deliberaciones.

Los reportajes de Dagens Nyheter aseguran que Arnault había abusado de trabajadoras y miembros de la Academia y de sus familiares, en las sedes de la institución. Se hizo público también que Frostenson era copropietaria de la sociedad que gestiona Forum, cosa que no había comunicado a la Academia. Una investigación interna emprendida por la Academia reveló, además, que su dirección había recibido e ignorado una denuncia de acoso contra Arnault en 1996. "La crisis en la Academia Sueca ha afectado negativamente al Premio Nobel", confesaba Carl-Henrik Heldin, cabeza de la Fundación Nobel, en un comunicado hecho público el viernes. Según esta, que en el ámbito de la literatura delega el fallo del galardón en la Academia, en las actuales circunstancias "la decisión sobre el premio podría no ser percibida como creíble".

La Academia Sueca, en entredicho

Desde noviembre, la Academia ha emprendido una estrategia para paliar la pérdida de confianza en una institución que se sostiene en gran medida sobre su prestigio y el rigor y la limpieza de sus decisiones. La principal mancha de la Academia es que, según la investigación de Dagens Nyheter, el fotógrafo francés cometió abusos sexuales contra decenas de mujeres a lo largo de 20 años, tanto en las instalaciones del club Forum como en otras propiedad de la institución que otorga el Nobel, en Estocolmo y en París. La Fiscalía sueca abrió entonces una investigación contra él, aún en marcha: algunos de los supuestos abusos han sido desestimados por falta de pruebas o por la prescripción del delito, sin que se haya hecho público cuántos o qué crímenes sí se han tomado en consideración.Arnault niega todas las acusaciones.

La principal preocupación de la institución parece ser, por ahora, la restitución de los miembros perdidos. Los 18 académicos son nombrados de por vida, y sus estatutos no contemplan hasta ahora la dimisión, sino la "inactividad". Antes de que se hicieran públicas las denuncias contra Arnault, la Academia contaba con 16 miembros activos: la académica Lotta Lotass aseguró el año pasado no participar en las deliberaciones desde 2016, y Kerstin Ekman no lo hace desde 1989, cuando salió de la institución en protesta por la negativa de la Academia a defender al escritor Salman Rushdie ante la persecución de su libro Versos satánicos. Con las seis nuevas salidas, y solo 10 miembros en activo, la Academia Sueca no puede alcanzar el quórum de 12 votos que los estatutos de la Academia exigen para la toma de grandes acuerdos (y, paradójicamente, para la elección de nuevos miembros). Para la elección del Nobel, sin embargo, basta con una mayoría simple de ocho académicos. El rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, patrono de la Academia, se ha comprometido a revisar el reglamento.

Previamente, la Academia Sueca decidió realizar su propio examen a través de un bufete de abogados independiente, cuyo resultado fue publicado parcialmente a principios de abril por el diario Svenska Dagbladet. El punto más conflictivo del mismo es que, mientras la firma recomendaba que se denunciara a Forum a la policía —ya que Frostenson había ocultado ser copropietaria de la sociedad que gestiona el club— la Academia decidió no hacerlo. Fue esto lo que motivó la primera oleada de dimisiones. "La Academia Sueca ha tenido serios problemas durante mucho tiempo y ahora ha tratado de resolverlos anteponiendo oscuras consideraciones a sus propias reglas", protestaba Klas Ostergren, uno de los miembros dimitidos. Junto a él, Kjell Espmark y Peter Englund expresaban opiniones semejantes.

La investigación encargada por la Academia buscaba también esclarecer si la institución o sus miembros eran conscientes del comportamiento de Arnault, ante lo que concluía que "el comportamiento inaceptable [del fotógrafo] ha tenido lugar" pero que "el conocimiento del mismo no estaba extendido en la Academia". Sin embargo, las pesquisas revelaron que en 1996 la organización recibió una carta en la que se denunciaba un caso de acoso por parte del artista francés. "La Academia se arrepiente profundamente de que la carta fuera archivada y de que no se tomaran medidas para investigar los cargos y quizás suprimir la financiación de Forum", decía la Academia en su comunicado del 24 de abril. En este descartaban también que Arnault hubiera ejercido cualquier influencia sobre el fallo del premio, aunque admitía que se había quebrado en varias ocasiones el secretismo bajo el que trabaja la institución. 

¿Una reacción machista?

El abandono de Sara Danius de su puesto como secretaria permanente de la Academia suscitó hace tres semanas fuertes críticas contra la Academia. "En el escándalo del Nobel, un hombre es acusado de acoso sexual. Una mujer asume la culpa", titulaba The New York Times. Antes de su salida, Danius —encargada en los últimos años de leer el fallo del comité ante las famosas puertas blancas— se había pronunciado con dureza contra la institución, llegando a declarar: "Hemos roto nuestras propias normas". Sin embargo, o quizás por ello, otros miembros de la institución la culparon de ejercer un liderazgo débil:  Horace Engdahl llegó a acusar a los tres miembros dimitidos de "malos perdedores" y a Danius de ser la peor secretaria permanente de la historia. Tras su renuncia obligada, se puso en marcha una campaña de apoyo a Danius en la que sus seguidores llevaban al cuello los grandes lazos que suele lucir la ex secretaria permanente. 

Tras la dimisión de los seis miembros en los últimos seis meses (tres de ellos, mujeres), solo dos de los 10 integrantes en activo son mujeres. 

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El comunicado de este viernes no hace mención alguna a los abusos sexuales. La Academia ha decidido centrarse en "el propósito de modernizar la interpretación de los estatutos de la Academia, sobre todo de la dimisión de sus miembros". La organización deberá desarrollar a lo largo del año una nueva normativa que permita la salida de los miembros inactivos y la elección de otros nuevos, si quiere llegar al galardón de 2019 con un número de académicos suficiente. El texto hace también alude a un "funcionamiento más estricto con respeto a los problemas de conflictos de intereses y la gestión de la información clasificada como secreta". Ni en este ni en el anterior comunicado se alude al hecho de que los presuntos abusos se hubieran producido en las dependencias de la institución o gracias en parte al prestigio que le otorgaba su cercanía a ella. La Academia tampoco ha anunciado nuevas medidas contra el acoso sexual o un protocolo ante las denuncias de abuso como la recibida en 1996. 

"En principio, el Premio Nobel debe ser otorgado cada año, pero los fallos sobre el Nobel han sido pospuestos en numerosas ocasiones a lo largo de la historia de los premios", decía la Fundación en su comunicado del viernes. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Segunda (1940-1943), además de en 1935, no se concedió el galardón. La Academia Sueca recordaba además en el primer párrafo de su comunicado que en siete ocasiones, desde 1901, se decidió reservar el premio hasta el año siguiente. Fue el caso de Romain Rolland (1915), Carl Spitteler (1919), George Bernard Shaw (1925), Grazia Deledda (1926), Henri Bergson (1927), Eugene O'Neill (1936) y William Faulkner (1949). Pero el motivo esgrimido en todas ellas fue la falta de nominados que cumplieran los criterios recogidos en el testamento de Alfred Nobel. La Academia nunca ha pospuesto un premio por desavenencias internas o por una crisis de credibilidad, al menos no públicamente. 

"La Fundación Nobel presume que la Academia Sueca va a dedicar sus esfuerzos a la tarea de restaurar su credibilidad como institución y que la Academia dará cuenta de las acciones concretas que aún no se han tomado", lanzaba Heldin. El recado continuaba pidiendo "una mayor apertura hacia el mundo exterior" a "todos los miembros de la Academia". La institución sueca ha prometido cambios en la normativa que regula el conflicto de intereses y la ampliación de su equipo legal, así como una mayor transparencia en su trabajo. "[Posponder el premio] era la única decisión posible", decía el viernes en Radio Suecia Björn Wiman, jefe de Cultura del Dagens Nyheter, "Era imposible, bajo estas circunstancias, señalar a un ganador. Habría sigo un insulto para cualquiera que lo hubiera recibido".

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