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Cómo el presidente y el ministro maduraron la decisión

El ex ministro de Cultura Màxim Huerta durante su comparecencia para anunciar su dimisión en la sede del Ministerio.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta, maduraron de forma conjunta la decisión sobre el cese de Huerta en varias conversaciones a lo largo del día, informaron a Europa Press fuentes del Ejecutivo.

Según el entorno del presidente, la difusión de una entrevista de Sánchez en televisión, grabada en 2015, cuando era líder de la oposición, en la que se comprometía a echar a cualquier miembro de su equipo que se descubriera que hubiera creado una sociedad con el fin de pagar menos impuestos de los correspondientes no influyó en la renuncia de Huerta.

Pero lo cierto es que, hasta que ese vídeo no corrió como la pólvora en las redes sociales y los medios de comunicación, la versión que trasladaban fuentes de Moncloa era que el presidente estaba tranquilo, daba por satisfactorias las explicaciones de Huerta sobre su fraude a Hacienda y no se planteaba cesarlo.

Inmediatamente después de las explicaciones que ofreció Huerta a primera hora de este miércoles en dos entrevistas radiofónicas sobre su fraude a Hacienda, un portavoz del Gobierno las calificó de "totalmente solventes".

No estaba entonces sobre la mesa el cese del ministro, que reaccionó y ofreció explicaciones con rapidez, apenas unas horas después de que El Confidencial publicase que defraudó a Hacienda 218.322 euros cometido entre los años 2006 y 2008, fraude por el que tiene dos sentencias en su contra del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Huerta creó una sociedad para pagar menos impuestos por su actividad profesional como presentador de televisión, para tributar por el Impuesto de Sociedades y no por el Impuesto sobre la Renta a las Personas Físicas, una práctica que han empleado otros periodistas, creadores y estrellas de la televisión a los que empezó a perseguir Hacienda desde hace varios años.

El ministro de Cultura también usó esa sociedad para declarar como gastos de su actividad artística la compra y el mantenimiento de un apartamento situado en la costa de Alicante. Sin embargo, él alegó que el problema con Hacienda se debía a un "cambio de criterio" por parte del fisco.

El presidente del sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), Carlos Cruzado, cuestionó posteriormente esa versión, al advertir de que nunca estuvo permitido utilizar "una sociedad de forma instrumental como pantalla" para "eludir el pago del impuesto" sobre la renta de las personas físicas.

Miembros del PSOE aconsejaron el cese

En un sector del PSOE se temía que el mantenimiento de Huerta acabara causando un daño irreparable a un Gobierno que se había marcado como uno de sus objetivos prioritarios la regeneración democrática y cuyo presidente había advertido a los miembros de su gabinete de que deberían observar un comportamiento ejemplar.

Algunos ministros, como la titular de Defensa, Margarita Robles, evitaron pronunciarse sobre la polémica cuando los medios de comunicación requirieron su opinión. Otros, como la titular de Transición Energética, Teresa Ribera, recordaban que "es obligación y deber" de todos los ciudadanos cumplir con las obligaciones fiscales, aunque evitó pronunciarse específicamente sobre las sentencias que afectaban a Huerta.

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La difusión en las redes sociales de una entrevista que Sánchez concedió en 2015, siendo líder de la oposición, a Telecinco comprometiéndose a echar "al día siguiente" a los miembros de su equipo que se descubriera que hubieran creado una sociedad interpuesta para pagar menos impuestos, como hizo el fundador de Podemos Juan Carlos Monedero para cobrar sus trabajos de asesoría para el Gobierno de Venezuela, marcó un punto de inflexión.

Eran alrededor de las 17.00 horas cuando trascendía que Huerta se disponía a comparecer ante los medios de comunicación en la sede del departamento de Cultura. Antes había pasado por Moncloa para ver al presidente.

Tan sólo unas horas antes, Moncloa se ratificaba en su negativa a cesar al ministro al dar por buenas y satisfactorias sus explicaciones. El presidente del Gobierno y el propio ministro estaban tranquilos, aseguraba un portavoz, que atribuía a un deseo de hacer ruido las peticiones de dimisión de Huerta por parte de PP y Ciudadanos.

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