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Muros sin Fronteras

¿Tiene Putin algo sobre Trump?

¿Se perdió Donald Trump las clases en las que estudiaron la II Guerra Mundial? Chuck Todd, conductor de Meet the Press, uno de los programas estrella de la cadena de televisión NBC, cree que sí. Podría ser una explicación razonable de su comportamiento, sobre todo desde la fallida cumbre del G-7 en Canadá. No desperdicia una oportunidad para insultar a sus aliados. Hasta los ha llamado parásitos que hacen negocios con Moscú mientras que EEUU paga su defensa contra Rusia. Ya no nos vale la teoría del policía bueno y el policía malo puesta en escena en el caso de Corea del Norte. Es necesario buscar otra.

Trump siempre habla para su público, que empieza por él mismo. Son ideas simples, fáciles de recordar, que gustan a quienes le siguen y le votan, gentes que por lo general tampoco fueron a clase y que son alérgicas a las ideas complejas. En esto no andamos muy lejos en la devaluación de la Filosofía. El PP de Mariano Rajoy prefirió Trento a Las Luces.

El electorado de Trump parece inmune a las críticas a su líder, se mueve como un ejército de opinión obediente. Será interesante ver su reacción cuando la guerra comercial contra todo el mundo tenga efectos en sus salarios y sus empleos, por ejemplo en la industria del automóvil.

Hay elecciones legislativas el 8 de noviembre, las llamadas de "mitad de mandato" (presidencial) en las que se renueva la totalidad de los 435 miembros de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado (en este caso 35 senadores) y 36 gobernadores. Ayudarán a comprobar si hay desgaste. Si el Partido Republicano mantendrá el control de las dos cámaras legislativas. En caso de perder una, complicaría la vida del presidente en los dos años que le quedan de mandato.

También servirán para poner en marcha la maquinaria de los partidos para las presidenciales de 2020. De momento, no hay noticias de la existencia de demócratas de peso, más allá de Bernie Sanders. Será la primera oportunidad de mandar a Trump a su torre. Si ganara la reelección seguirá hasta enero de 2025, fecha del traspaso de poderes. Luego vuelvo sobre este asunto.

Por si estuvieran interesados en profundizar en estas elecciones legislativas, The New York Times ofrece abundante información en este enlace. En él podrán comprobar que el Partido Demócrata tiene difícil lograr el control del Senado. Deberían ganar 28 de los 35 escaños en juego, algo que hoy parece imposible. Tendría que producirse un enorme vuelco.

Y para los muy viciosos: este es el mejor enlace para informarse sobre las elecciones a gobernador, una figura clave en la política estadounidense.

Volvamos al vídeo que encabeza estas líneas. En él, el periodista de la NBC trata de ayudar a Trump con las lecciones de historia que se saltó en la escuela: la muerte de decenas de millones de personas (la mayoría de ellos civiles) durante la II Guerra Mundial y la destrucción de ciudades y países. Cómo Europa del Este cayó del lado soviético tras la Conferencia de Yalta y ahí quedó atrapada durante algo más de cuarenta años. Esa partición de Europa inició la Guerra Fría, la competencia global entre Moscú y Washington.

Para evitar una repetición (ya hubo una Guerra Mundial de 1914 a 1919 que no sirvió de vacuna contra la Segunda), se crearon las Naciones Unidas y todas sus agencias (el paquete incluía el FMI, el Banco Mundial y la FAO), es decir, mecanismos multilaterales para resolver conflictos a través del diálogo que han funcionado mejor que peor desde 1945. Al menos han evitado una tercera guerra mundial, y oportunidades ha habido. En el Consejo de Seguridad de la ONU se sientan cuatro de los ganadores de la guerra contra el nazismo más China, que reemplazó a Taiwán. Hablamos de EEUU, Rusia (por la URSS), Francia y Reino Unido. No de Japón y Alemania.

La OTAN es un instrumento nacido de la Guerra Fría que ha servido como paraguas de seguridad para EEUU. La Europa de 1945 era un continente destruido, física, económica y políticamente. El Plan Marshall ayudó a reconstruirla, pese a que se olvidaron de España. Pero también sentó las bases del nuevo orden con EEUU como superpotencia hegemónica en disputa con la URSS.

Trump afirma que su país paga el 90% del presupuesto para defender a unos europeos (Alemania) que hacen negocios con Putin y no quieren gastar el 2% del PIB en Defensa (solo llegan cuatro de los 29 miembros de la OTAN, además de EEUU que gasta el 3,6%; España, un 0.9%).

Es falso: EEUU no aporta el 90%, sino el 22%. Pero Trump hace trampas con las cifras y añade el coste de la guerra de Afganistán, que es suya. La OTAN es una mera decoración para vender multilateralidad. Lo mismo que en Irak en 2003. Aun así apenas supera el 70%.

Trump se saltó las clases de Matemáticas. Y las de Ética, claro.

También se creó la Unión Europea. Nace de la visión de un grupo de líderes irrepetibles. Unos habían ganado la II Guerra Mundial, otros, como Alemania, la habían perdido, pero todos supieron sentar las bases de una reconciliación que generara prosperidad económica. En este enlace pueden encontrar sus biografías. Empezaron poco a poco, con acuerdos en el carbón y el acero, y después se fue complicando. Hasta hoy, huérfanos de líderes soñadores.

Trump no entiende toda esta arquitectura política, no parece capaz de comprender que más allá de su ego hay cosas que funcionan sin que él haya tenido nada que ver. Su obsesión es triple: la prensa del fake newsfake news (toda la que no le baila el agua), Barack Obama y él mismo.

Puede haber motivos para modificar o acabar con el mundo surgido de la II Guerra Mundial. La pregunta obvia es esta: ¿tiene el actual presidente de EEUU un plan alternativo? ¿Una visión del mundo más allá de sus hoteles, sus negocios y la serie de televisión que le lanzó a la fama, The Apprentice?. Ahí es donde le cogió el gusto a despedir.

No hay mucho que hacer. Esperar a 2020 y ver si hay suerte. O que le despidan.

En las elecciones de mitad de mandato se van elegir los congresistas que decidirán si las investigaciones del fiscal especial, Robert Mueller, aconsejan el impeachment al presidenteimpeachment, si se probara que ordenó o consintió que miembros de su equipo electoral estuvieran conchavados con el espionaje ruso para perjudicar a Hillary Clinton, o/y por obstrucción a la justicia que investiga esta pista rusa. Está en marcha. De momento está probado el concurso de 12 ciudadanos rusos.

Putin ya ha dicho de manera clara en la rueda de prensa de Helsinki que él quería que ganara Trump. Su deseo no es un delito. Lo sería violentar el sistema de votación. Además de insultar a Angela Merkel y de perjudicar a la primera ministra británica, Theresa May (dos mujeres), y de despreciar a sus aliados en la OTAN, Trump ha hecho algo que tiene conmocionado a su propio partido: creer más a Putin que a las agencias de espionaje y al sistema judicial de EEUU. Un día después, tras el aluvión de varapalos, dijo lo contrario.

Del 'Brexit' al 'Breshit'

Para los que le critican ha recuperado una palabra que se une al fake news: traición.

El trasfondo es que a Trump, un autócrata en sus negocios, le encantaría ser Vladimir Putin y tener desfiles, y que nadie le rechistara.

Aaron Blake se pregunta en The Washington Post algo que no es nuevo: ¿tiene Putin algo sobre Trump que limita sus movimientos? La imaginación es libre. La música también.

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