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El futuro de Cataluña

Sánchez sitúa la solución para Cataluña en un acuerdo apoyado por “el 70 o el 80%” de los diputados del Parlament

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su escaño del Congreso de los Diputados.

Fernando Varela

Cataluña. Otra vez. El conflicto catalán volvió ese miércoles a condicionar el debate político en el Congreso de los Diputados y se coló en medio del debate sobre las recientes reuniones del Consejo Europeo y en torno a la controvertida venta de armas a la dictadura saudí.

En medio de un rifirrafe con la derecha, empeñada en tratar a Sánchez como un presidente “partícipe y responsable de un golpe de Estado que se está perpetrando ahora mismo en España” y un “rehén” obligado a negociar “el pacto de la cárcel” para sacar adelante los Presupuestos y mantenerse en el poder, el presidente del Gobierno tuvo oportunidad de plantear los términos en los que cree que se puede producir una solución para el conflicto catalán.

Fue en su segundo turno. “Lo importante”, señaló en respuesta a una intervención del portavoz de Esquerra, Joan Tardà, “es que ustedes abran un proceso de diálogo con la parte no nacionalista de Cataluña”. Porque “cuando abran ese proceso de diálogo y encontremos entre todos un acuerdo que represente al 70, al 80% de la sociedad catalana, yo estoy seguro de que podremos dar curso y solución también aquí en el Congreso de los Diputados”.

Una mayoría de esa naturaleza obligaría, de acuerdo con la fragmentada composición actual del Parlament, a un acuerdo que incluyese, como mínimo, a Ciudadanos, Junts per Catalunya y Esquerra (entre los tres suman 102 escaños de un total de 135), así como al PSC o a Catalunya en Comú-Podem.

En este sentido, Sánchez consideró un avance que el conseller Ernest Maragall, también de Esquerra, en una entrevista emitida recientemente por la BBC, haya reconocido “que mientras el independentismo en Cataluña no tuviera el 50% de apoyos” es “muy difícil defender un referéndum en Cataluña”. “Algo vamos avanzando, porque evidentemente ya están reconociendo que no tienen una mayoría social en Cataluña como para imponer a la otra parte ese referéndum de autodeterminación”.

Ese diálogo entre las fuerzas políticas catalanas al que se refirió Sánchez lo lleva reclamando el presidente desde que recibió en la Moncloa al jefe del Govern, Quim Torra, sin ningún éxito. Hasta ahora. Precisamente este miércoles el president, y a instancias de una propuesta del PSC ratificada por el Parlament el pasado mes de julio, ha convocado por primera vez a todos los líderes políticos catalanes para iniciar una mesa de diálogo que aborde los retos de futuro de Cataluña.

Sería el 16 de noviembre, con la intención de “abrir un diálogo serio, honesto y profundo sobre lo que el país necesita”, declaró Torra en el Parlament. Un dialogo en el que el president insistirá, según sus propias palabras, en que será difícil hallar una salida política a la situación de Cataluña si no se cumplen dos premisas: la libertad de los presos soberanistas y el ejercicio del derecho de autodeterminación.

El ejemplo de Quebec

También en el Congreso y en respuesta a una referencia de Tardà a Canadá y su estrategia para resolver “democráticamente el conflicto de Quebec”, el presidente Sánchez precisó que el ejemplo canadiense le sirve no como vía a seguir sino para señalar que, “con independencia de cuál sea el camino que emprendió en su momento Canadá o el camino que podamos emprender aquí para resolver la cuestión catalana, la lección que tenemos que sacar es que si creemos en la política encontraremos una solución política”.

Claro que “si uno mira cuál es el acuerdo que se logró en Quebec, difícilmente algunos de los líderes independentistas estarían dispuestos a trasladarlo aquí a España”, precisó Sánchez.

Tardà recogió el guante, al menos parcialmente. “Señor Sánchez: si le parece correcta la vía canadiense, propóngala. El conflicto es entre demócratas y se resuelve con más democracia”. Y aunque, admitió, “no se puede construir la independencia obviando al 50% que no es independentista, de igual manera no se puede construir una España federal sin tener en cuenta a los independentistas”.

Por eso, concluyó el portavoz de Esquerra, los independentistas creen que “el referéndum será inevitable”. Aunque sea para decidir si Cataluña debe tener más autonomía o ser independiente. “Pero no puede haber solución sin integrar a la inmensa mayoría”.

“Vamos a enarbolar la bandera del dialogo, siempre”, defendió Tardà. “Y por eso le decimos que tenemos todo el interés. Pero para que quede claro: no nos sentaremos en ninguna mesa de los Presupuestos, no hace falta que nos llamen si no hacen lo que les hemos reclamado públicamente (que la Fiscalía retire la acusación de rebelión que pesa sobre los acusados del procés). No vamos a intercambiar partidas presupuestarias por derechos” ni “presupuestos por dignidad”.

Beatriz Talegón, Albano-Dante Fachin y Antonio Baños, en el consejo asesor del debate constituyente

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El Periódico de Catalunya adelantó este miércoles que el Supremo dictará el auto de apertura de juicio oral esta misma semana, lo que de confirmarse significa que la Fiscalía tendrá entre cinco y diez días para presentar su acusación y mantener o no la imputación de un delito de rebelión, el más grave de los que afectan a los independentistas procesados.

Y en esa línea, el portavoz de Esquerra acusó a Sánchez de ir “por una pendiente muy peligrosa” al pretender que el Tribunal Constitucional impida al Parlament de Cataluña opinar lo que quiera, incluso que la actuación de Felipe de Borbón en relación con Cataluña durante el procés fue reprobable. “El Parlament de Cataluña hará lo que le dé la gana”, proclamó. “Y si quiere reprobar al rey le reprueba, sólo faltaría”.

En su réplica, el presidente justificó el recurso al Constitucional asegurando que el Parlament “sobrepasó el ámbito de sus competencias” al “cuestionar la forma del Estado español”, algo que es competencia del Congreso.

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