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Memoria histórica

Qué hacer para conmemorar los 80 años del exilio republicano

Exiliados republicanos del barco Sinaia.

"En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado". Ese fue el mensaje con el que Fernando Fernández de Córdoba anunciaba a los españoles a través de las ondas radiofónicas que las tropas franquistas habían vencido. La contienda terminaba tres años después de que Francisco Franco, firmante de la frase, diera el golpe de Estado que acabó con un lustro de república. Era el comienzo de la dictadura y era, también, el comienzo de la huida para muchos españoles, ciudadanos que, en muchos casos, no pudieron volver a España. De esto se cumplen, el 1 de abril de 2019, 80 años. Por ese motivo, el Gobierno anunció la creación de una comisión interministerial que conmemorará el exilio de los republicanos.

Han tenido que pasar ocho décadas, pero por fin será el Ejecutivo el que asuma, de manera directa, la organización y coordinación de distintos actos de homenaje. Hasta ahora, la conmemoración únicamente había consistido en la celebración de distintos actos en Francia en fechas señaladas, pero nada más.

Lo anunció la portavoz del Gobierno, Isabel Celáa, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado el pasado 16 de noviembre y en el cual se adoptó esta decisión. La también ministra de Educación recordó el "éxodo" de españoles republicanos que hubo a países como Francia o México, y lamentó que se vieron obligados a salir del país "médicos, científicos, intelectuales, profesionales o propietarios".

Pocos detalles se conocen todavía del funcionamiento que tendrá la comisión que, según anunció el propio Ejecutivo, estará formada por los ministerios de Presidencia, Relaciones con la Cortes e Igualdad; Justicia; Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación; Defensa; Educación y Formación Profesional; Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; Cultura y Deporte; Sanidad, Consumo y Bienestar Social, y Ciencia, Innovación y Universidades. Todos ellos tendrán el encargo de desarrollar y coordinar el programa de actividades de conmemoración y asegurar la presencia del Gobierno en los actos que tengan lugar tanto en España como en el sur de Francia, México y otros países iberoamericanos, según informó Europa Press. Pero según confirman fuentes de Vicepresidencia a infoLibre, la comisión ni siquiera se ha constituido todavía.

Se trata, de este modo, de hacer un reconocimiento oficial a los exiliados y españoles y sus lugares de memoria, de rendir tributo a la labor realizada por los países de acogida y de dar a conocer las aportaciones del exilio a la restauración de la democracia española y al desarrollo de los países a los que se marcharon. Estos fueron, principalmente, Francia, Chile, Argentina y, sobre todo, México. Hacia allí partieron los conocidos como "buques de la esperanza", barcos que, como el Sinaia o el Mexique, pusieron rumbo a los brazos abiertos de Lázaro Cárdenas. 

 

Imagen del carguero Winnipeg, fletado por Pablo Neruda para trasladar a refugiados españoles a Chile. | WIKIMEDIA COMMONS

Pero también hubo exilio por vía terrestre. "Unas 465.000 personas cruzaron la frontera con Francia en aquel desgarrador invierno [el de 1939]; un éxodo el cual previamente había pasado de Madrid a Valencia, después a Barcelona, Girona, Figueres y, finalmente, a la frontera con el país vecino", explica la web e-xiliad@s, un proyecto de investigación interactivo acerca del exilio republicano español subvencionado en un par de ocasiones por el Ministerio de Trabajo e Inmigración (año 2009) y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social (año 2011), a través de la Dirección General de Migraciones.

Es toda una novedad que el Gobierno asuma, por primera vez, la organización de los actos de homenaje de una parte de las víctimas del franquismo. Y es positiva, tal y como coinciden las asociaciones defensoras de la memoria histórica. Pero estas, además, miran con algo de reticencia la medida del Ejecutivo. Para el presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria, Arturo Peinado, si la conmemoración se basa en meros actos simbólicos es insuficiente. El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Emilio Silva, por su parte, reclama más conmemoraciones para las víctimas que vivieron la dictadura "desde dentro". 

"No sólo un hecho conmemorativo"

Peinado ve la comisión muy positiva. "Estamos completamente de acuerdo", asegura a infoLibre. Pero prefiere ser paciente para opinar con plena convicción. "Tenemos que esperar a ver el contenido para ver si realmente está bien o es simplemente una manera de darse un barniz progresista", afirma. 

Una cosa tiene clara, e insiste en ella: el mejor homenaje que se puede hacer a los exiliados no es un mero acto, sino la anulación de todas las sentencias franquistas que les hicieron huir. "Muchos de ellos fueron juzgados y condenados. Por tanto, la primera medida de justicia es la anulación de las sentencias represivas de los tribunales franquistas y la legislación represiva del franquismo. Es fundamental", asegura. 

Es, de hecho, lo mismo que propuso Unidos Podemos y lo que reclamó ERC para apoyar el decreto de exhumación del dictador que presentó este verano el Ejecutivo y que, finalmente, fue aprobado. Mucho antes, además, se habían presentado numerosas iniciativas genéricas en el Congreso de los Diputados llamadas a anular todas las condenas a muerte de tribunales franquistas, pero también otras con nombre y apellidos como el de Lluís Companys o Blas Infante. De momento, el Gobierno no se ha pronunciado a este respecto.

Pero Peinado no deja ahí sus demandas. "Consideramos que otro elemento fundamental sería que el jefe del Estado pidiese perdón en nombre del Estado español, que fue el responsable del exilio", critica. Además, tal y como hicieron los gobiernos francés y alemán, sería importante que el Estado reconociese la responsabilidad en la deportación de españoles a campos de exterminio nazis, añade. Fueron casi 9.000 los españoles que, entre 1940 y 1943, fueron internados en campos de concentración de la Alemania de Adolf Hitler. Sobrevivieron poco más de 2.000 personas, pero la mayoría de ellos nunca regresó a España. 

"Claro que es positivo que se haga algún tipo de homenaje a los exiliados porque del exilio, en general, se habla muy poco", añade Sonia Subirats, presidenta de la Asociación de hijos y nietos del exilio republicano. Ella es hija y nieta de víctimas que tuvieron que huir, primero a Francia y después a México, donde nació ella. Opina, no obstante, que hasta que "no se reconozca el genocidio, dará igual a qué tipo de víctimas se homenajee". 

¿Y los de dentro?

 

María Dolores de Rivas Cherif, viuda de Manuel Azaña, saluda a los reyes. | Asociación Manuel Azaña

Silva tiene, en cambio, una visión muy distinta. Y es que, en su opinión, los exiliados sí han tenido un reconocimiento. De hecho, mucho mayor que las víctimas que vivieron el franquismo dentro de las fronteras españolas. No niega la necesidad de reconocer a los miles de españoles exiliados, lo que quiere, explica a este diario, es que todas las víctimas tenga el mismo homenaje. "El 20 de noviembre del 1978, el entonces rey Juan Carlos se hizo una foto con la viuda de Manuel Azaña, María Dolores de Rivas Cherif. También lo hizo Calvo Sotelo y Felipe González", recuerda. "Aznar, por su parte, hizo actos con los niños de la guerra en Moscú", añade. 

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"Esto es perfecto, pero ya está bien de que se deje a la gente que dentro de España se jugó muchas cosas y que jamás ha sido reconocida públicamente", critica. Se refiere, dice, a los que continúan en las cunetas, a sus familiares, a las mujeres que perdieron todos sus derechos el 1 de abril de 1939, etc. "Cuando [el homenaje] se hace fuera y no se hace dentro hay un punto que casi puede llegar a molestar. Claramente hay una especie de marginación. ¿Merecen más unas víctimas que otras?", se pregunta. 

Explica esta diferenciación en el reconocimiento recordando que "el exilio no vivió directamente la dictadura desde dentro y no convivió con quienes usaron la violencia durante el franquismo", argumenta, "y eso quizás hace más cómodas para el Estado las conmemoraciones". Pero hay que recordar una cosa, añade, y es que "los exiliados eran compañeros de los que no pudieron salir y sufrieron las causas por las que ellos huyeron". 

No reclama ni más para unas víctimas ni menos para otras, sino lo mismo para todas: que el Estado, de una vez, reconozca y homenajee a las víctimas del franquismo como lo que fueron. "Recordemos que este 2019 también se cumplirán 80 años desde que este país quedó cerrado con un candado a las órdenes de Franco", lamenta. 

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