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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Plaza Pública

Carta abierta a Manuel de la Rocha

Francisco Javier López Martín

Manuel.

He seguido con bastante interés y no poca inquietud tu decisión de presentarte a las elecciones primarias para ser el candidato del Partido Socialista al Ayuntamiento de Madrid. Mi interés tiene que ver con lo inusual que sigue siendo, en nuestros tiempos, que alguien que no cuenta con los respaldos del aparato dirigente de cualquier organización, se atreva a plantar cara y defender sus ideas y sus proyectos.

En cuanto a la inquietud proviene de mi experiencia de cómo esos mismos aparatos despliegan toda su capacidad de comprar voluntades y asegurar que se salen con la suya, demostrando así que quien se mueve no sale en la foto.

No te conozco demasiado. Conservo de ti una referencia antigua de cuando eras alcalde de Fuenlabrada. Aquel pueblecito que no llegaba a 3.000 habitantes en los años 60, que no alcanzaba los 20.000 cuando murió el dictador y que hoy tiene diez veces más habitantes que  hace 40  años y setenta veces más que hace 50.

Allí fueron a parar muchas parejas jóvenes. Por aquellos años, mi hermana, recién casada y nacido su hijo, recibió las llaves de su piso y se fue a vivir a Fuenlabrada. Nunca te he envidiado, cuando echo cuentas del esfuerzo que debiste realizar para que hubiera colegios, institutos, centros de salud, comercios, transportes decentes, bibliotecas, centros culturales, escuelas infantiles y un modelo de urbanismo decente, en mitad de aquel desarrollo inmobiliario acelerado.

Al cabo de los años, he coincidido contigo como abogado de la UGT y también como diputado socialista. He compartido algunos momentos de negociación con los responsables del Ministerio de Empleo, o en encuentros con los grupos parlamentarios del Congreso, cuando fuiste diputado, para intentar buscar acuerdos sobre el futuro de de la Formación Profesional para el Empleo en España.

Me consta, a través de los abogados laboralistas de CCOO, el buen trabajo que has desplegado en la defensa de los sindicalistas procesados por participar en huelgas generales. Los encausados por ese tristemente famoso artículo 315.3 del Código Penal, que se ha terminado conviertiendo en una espada de Damocles sobre la cabeza de cientos de personas.

No soy socialista, ni puedo considerarte amigo personal, más allá de alguna caña que podamos haber tomado tras una reunión, o un café antes de entrar en otra. Sin embargo, te has ganado mi respeto, porque conoces los temas, los preparas y me parece que no actúas con dobleces, ni otras intenciones que las de mejorar aquello que te ha sido encomendado. Tu forma de entender la política demuestra que no todo vale, que las formas son importantes, que son parte del fondo y de las consecuencias de las decisiones.

Acabo de leer tus últimas declaraciones en un lugar tan clasista como el Casino de Madrid, en el transcurso de un acto informativo. Cuestionas la Operación Chamartín, tal como está quedando. Tres millones de metros cuadrados de suelo público de infraestructuras ferroviarias, entregados al BBVA y a la Constructora San José, con una edificabilidad que se ha multiplicado por cinco y con una reserva escuálida del 20 por ciento para vivienda pública. El resto irá destinado a construir una gran ciudad financiera y miles de viviendas de lujo a precios inasequibles para la mayoría de la ciudadanía.

La Operación Chamartín viene coleando desde 1993 y hay que reformularla. El Ayuntamiento ha caído en la trampa que dejó tendida el PP cuando perdió la Alcaldía y con la complicidad del Ministerio de Fomento, Adif, Renfe, y la Comunidad de Madrid, se apresta a dar el visto bueno al proyecto.

Se han retocado detalles, pero todo ha quedado reducido a cambiar el nombre Distrito Castellana Norte (DCN) por Madrid Nuevo Norte (MNN), profundizando en un pelotazo urbanístico que multiplica el desequilibrio territorial entre el Norte y el Sur de la capital y que pone de relieve el abandono de los barrios, para atender los intereses de las ricas, grandes y poderosas corporaciones financieras e inmobiliarias. Hay que ser muy valiente para plantear que el proyecto tiene que ser reformulado. Ya sabemos cómo se las gasta el BBVA contratando a tipos como Villarejo.

Me gusta que apuestes por la unidad de la izquierda en el gobierno de la ciudad y el reconocimiento de que el PSOE se equivocó no entrando en el gobierno municipal cuando pudo hacerlo, para dotar de sensatez algunas decisiones que ha ido tomando el ayuntamiento. Quienes creyeron en los ayuntamientos del cambio desde los barrios populares tienen no pocos motivos para sentirse defraudados.

De alguna manera me recuerdas a aquel Enrique Tierno Galván que supo interpretar las necesidades y unir las voluntades de una ciudadanía que salía, con decisión, pero con muchas incógnitas, recelos y miedos, de la larga noche del franquismo.

A ese Berny Sanders que plantó cara en las primarias a la candidata del aparato del Partido Demócrata, Hillary Clinton, desde posiciones socialistas democráticas, progresistas y comprometidas con las necesidades de la mayoría de la población estadounidense. Me traes a la memoria la ilusión suscitada en el laborismo británico por la candidatura de Jeremy Corbyn, un hombre de profundas convicciones democráticas y sociales.

No soy socialista. No voto en estas primarias. No está en mi mano participar en la decisión sobre quién será el candidato socialista para ser alcalde de Madrid. No sé qué pensarán otras amigas y amigos, pero si resultas elegido, a finales de mayo, cuando haya que votar una lista de candidatos y candidatas para ser concejales del Ayuntamiento de Madrid, mucho tendría que cambiar de opinión para que no sea la papeleta que tú encabeces, la que escoja para depositarla en la urna.

Un abrazo, mucha suerte y buen trabajo, amigo,

Francisco Javier López Martín

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