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Siniestralidad laboral

Los accidentes laborales aumentan un 12% desde la reforma de 2012

Imagen de un obrero de la construcción.

El año 2018 se cierra con malas noticias para los trabajadores: los accidentes laborales siguen golpeando con fuerza y poniendo en riesgo su salud y sus vidas. De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, un total de 1.333.002 empleados sufrieron algún tipo de accidente laboral entre enero y diciembre del pasado año. De ellos, 730.686 no necesitaron baja y otros 602.316 sí. Y entre estos últimos, 520.037 sufrieron el accidente durante su jornada de trabajo, mientras que otros 82.279 fueron víctimas in itinere, es decir, durante el desplazamiento del trabajador desde su domicilio al centro de trabajo, o viceversa.

La foto fija que arrojan los datos es nítida: los accidentes laborales no dejan de crecer desde el año 2012. El motivo, para los sindicatos, parece obvio. "El cambio de paradigma en el sistema de relaciones laborales", asociado a "la extensión de la precariedad", precipita los resultados relativos a siniestros laborales. Una precariedad que se ha visto acentuada con la reforma laboral aprobada ese mismo año, "la más alta expresión a nivel normativo de este nuevo paradigma y la herramienta más eficaz para generalizar un modelo de relaciones laborales basado en la precariedad en el empleo". Así lo afirma CCOO en su informe sobre la evolución de los accidentes de trabajo en España, hecho público esta semana de cara al Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra este domingo.

Si en 2012 el número de accidentes laborales registrados con baja sumaba 471.223, en 2018 la cifra ascendió a 602.316, un aumento del 27,8%. Más específicamente, el crecimiento es igualmente rotundo en cuanto a los accidentes en jornada: de 408.537 en 2012 a 520.037 en 2018, un 27,29% más. Respecto a los accidentes graves y los mortales, los primeros pasaron de 3.738 en 2012 a 4.939 en 2018 (un 32,1% más) y los segundos ascendieron de 452 en 2012 a 652 en 2018 (44,2% más).

Pero se hace necesario en este punto un matiz: todas las cifras referidas hasta ahora son valores absolutos. La CEOE apunta a que el crecimiento de la siniestralidad laboral tiene que ver con el aumento de la actividad económica y la recuperación del empleo. Es decir, a más personas con trabajo, más posibilidades hay de que se produzca un accidente. Pero si se observan los índices de incidencia –el número de accidentes por cada cien mil trabajadores–, el argumento de la patronal pierde fuerza. En 2012 el índice de incidencia reveló la existencia de 2.948,9 siniestros en jornada por cada cien mil trabajadores, mientras que la cifra seis años después creció hasta los 3.325,9. El incremento es, por tanto, de un 12,78%, según los datos oficiales.

Pedro J. Linares, secretario confederal de Salud Laboral de CCOO, explica en conversación con infoLibre que las estadísticas son claras: "Todo el principio de siglo ha supuesto un descenso, tanto en momentos de economía al alza como al contrario". Sucede, por contra, que a partir de 2012 es cuando la curva comienza a reflejar un incremento de la siniestralidad. ¿Hay entonces una relación directa con la reforma laboral? Para el sindicalista, desde entonces "se está consolidando un modelo de gestión de la mano de obra en el que tiene mucha influencia la reforma de 2012, pero también la de 2010", aclara.

Esa tendencia, continúa, dibuja un "mercado de trabajo cada vez más precario, con más rotación de la empleabilidad y elementos que lo que hacen es reforzar la capacidad del empresario a la hora de modificar y establecer las condiciones en las que se realiza el trabajo". Hay, por tanto, un sistema de gestión de mano de obra "avalado por esas reformas que es lo que está en el fondo determinando que nuestro mercado de trabajo sea más inseguro".

El escenario previo a 2012 da buena cuenta de los avances en materia de seguridad laboral que se habían desarrollado hasta entonces. "Nuestra Ley de Prevención de Riesgos Laborales realmente cambia el modelo de prevención en las empresas", subraya Linares, porque "empieza a consolidar la práctica preventiva en las empresas y hay un descenso en cuanto a siniestralidad". En los últimos años, sin embargo, "la incorporación de nuevo al mercado de trabajo [tras la crisis] se está haciendo con fórmulas mucho más precarias: las empresas consolidadas han mantenido una línea de prevención, pero han dado respuesta a otras necesidades, mientras que las de nueva creación han dejado en un segundo plano la materia preventiva".

La construcción, el sector más perjudicado

El informe confeccionado por el sindicato elabora un profundo análisis sobre la evolución de los accidentes a lo largo de los seis años de reforma laboral conservadora. Por sectores de actividad, los mayores índices de siniestralidad en jornada se producen en la construcción, que llega a triplicar al sector servicios.

Desde 2012, los accidentes en jornada en la construcción han acumulado un incremento del 22,9% –pasando de 6.296,9 accidentes por cada cien mil trabajadores en 2012 a 7.738,5 en 2018–, frente al 19,8% del agrario –de 4.339,2 a 5.197,1 en 2018–, al 16,7% de la industria –de 4.652,0 a 5.429,3– y al 10,5% de los servicios –2.305,6 a 2.547,2–, único sector que se sitúa por debajo del índice general.

 

Índice de accidentes laborales por sector.

En cuanto a las muertes laborales, la siniestralidad mortal en jornada entre 2012 y 2018 se demuestra mucho más estable en términos relativos. En el caso de la industria se ha reducido –pasando de 5,35 muertes por cada cien mil empleados en 2012 a 4,40 en 2018–, mientras que el resto de sectores han experimentado ligeros ascensos –de 10,27 a 10,78 en el sector agrario; de 9,45 a 9,77 en construcción y de 2,02 a 2,15 en servicios–.

 

Índice de accidentes laborales mortales por sector.

La siniestralidad in itinere, por su parte, ha aumentado en todos los sectores desde 2013, primer año del que se dispone de índices de incidencia para este tipo de accidentes. Los importantes incrementos acumulados del 23,3% de la industria, 17,4% del sector agrario y 14,9% de la construcción se han visto compensados por el escaso 3,2% de los servicios, reza el informe del sindicato.

Hombres y jóvenes

Una aproximación al perfil de quienes sufren con mayor intensidad los accidentes laborales revela que son hombres jóvenes los más expuestos. Un 71% de los accidentes en jornada lo sufren los hombres, un perfil marcadamente masculino que se incrementa a medida que aumenta la gravedad, alcanzando el 95% de los mortales, con datos de 2017. Las actividades con mayores niveles de siniestralidad están altamente masculinizadas, afirma CCOO, "debido a que tradicionalmente contaban con mayores niveles de reconocimiento y de remuneración –al menos hasta la llegada de la crisis económica y la extensión de la precariedad–". Y la mayor probabilidad de sufrir un accidente de trabajo, sostiene el análisis, la tienen los trabajadores más jóvenes, si bien la mortalidad golpea con más fuerza en los grupos de edad más avanzada.

"Hay un mayor nivel de siniestralidad en la población joven, pero también lo hay en los contratos que tienen una duración menor", subraya Linares.

Lo cierto es que el tipo de contrato es, para los sindicalistas, un "factor determinante en la siniestralidad". Y de nuevo en esta materia la precariedad vuelve a hacer acto de presencia. En ese sentido, los contratos temporales tienen un índice de incidencia de accidentes laborales en jornada un 50% superior al de los contratos indefinidos. El índice de los contratos a tiempo completo también supera a los de a tiempo parcial, "debido a la reducción del tiempo de exposición a sufrir el accidente en estos últimos". Pero el dato más significativo, dicen, es la evolución de estos índices desde 2012, ya que a medida que aumenta la precariedad en la contratación se dispara el incremento acumulado durante estos años.

Entre 2012 y 2017, dentro de los contratos indefinidos, aquellos firmados a tiempo parcial duplican el incremento de los a tiempo completo –12,3% frente al 6,2%–, mientras que los contratos temporales –28,1%– casi quintuplican el incremento del conjunto de los contratos indefinidos –6,4%–. Y es el contrato temporal a tiempo parcial, el de máximo nivel de precarización, el que de largo ha sufrido un mayor incremento de siniestralidad en este periodo, con un 33,3%.

 

Los accidentes laborales mortales bajan un 17,6% hasta marzo, pero suben los graves

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Evolución de accidentes laborales según tipo de contrato.

"Este sistema de precarización afecta más a quien se incorpora en principio al mercado de trabajo", explica Linares, porque "los jóvenes ingresan a través de sistemas precarizados, por lo que es una población expuesta a esa posibilidad y a todo lo que se deriva de ella", como "la imposibilidad del ejercicio de derechos o tener que aceptar un tipo de trabajo que en otro momento quizá no se hubiera aceptado". Los jóvenes, además, "rotan muchísimo en el empleo", de manera que "es más difícil que consoliden los elementos de prevención de cada empleo al que se incorporan".

Otro dato sobre el que los sindicatos sitúan su lupa es el de la ocupación. Pero los detalles al respecto son escasos. "La ocupación es la variable que mejor determina las condiciones de trabajo en función de la clase social, pero lamentablemente no disponemos de índices de incidencia, por lo que no queda más opción que comparar el número total de accidentes en cada ocupación", señalan. Durante el periodo estudiado, la única rama que ha reducido el número de accidentes es la de directores y gerentes. Por el contrario, los accidentes se han incrementado en el resto de ocupaciones, especialmente aquellas con cualificaciones y remuneraciones más bajas.

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