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Eficiencia energética

Las ecohipotecas aún están un poco 'verdes' en España

Firma de una hipoteca.

Hay muchos hábitos de consumo que podemos modificar, sustituir o eliminar para hacer frente al enorme reto del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la muerte de los ecosistemas. Eligiendo unos medios de transporte en vez de otros, evitando al máximo el consumo de carne, reciclando… y exigiendo la asunción de responsabilidades de las élites y los grandes contaminadores. Pero la compra o la rehabilitación de viviendas también se puede efectuar con criterios de sostenibilidad: y ni el sector inmobiliario, ni el de las finanzas, están exentos de la obligación de descarbonizarse. En este sentido, cada vez suenan con más fuerza las llamadas ecohipotecas, o hipotecas verdes: si la vivienda que se plantea adquirir cuenta con una alta eficiencia energética, las condiciones de la hipoteca serán más favorables. Sin embargo, muchos bancos son aún escépticos.

¿Qué es la eficiencia energética en una vivienda? Su capacidad para reducir al mínimo, gracias a sus condiciones, el consumo de energía. Sobre todo se percibe en el ámbito de la climatización: un edificio eficiente no dejará escapar el calor en invierno ni el frío en verano, haciendo en ocasiones innecesaria la puesta en marcha de la calefacción o del aire acondicionado. Todas las viviendas que se sometan a una operación de compraventa o de alquiler tienen que tener un certificado de eficiencia energética –obligatorio desde 2013–, que muestre, en una escala de la A a la F, cuánto de eficientes son. Para entender su poder, una cifra: un vivienda con la nota A puede consumir hasta un 70% menos de energía que una F.

Teniendo en cuenta esta circunstancia, algunas entidades están planteando, o ya se han planteado, que la apuesta por viviendas que consumen menos –y que, por tanto, contaminan menos– esté bonificada en las condiciones del préstamo. Tiene sentido, teniendo en cuenta que en la Unión Europea los edificios son los responsables del 36% de las emisiones de dióxido de carbono y del 40% del consumo de energía final. Los pioneros en España fueron los neerlandeses de Triodos Bank, cuya filial española se define como una banca “ética y sostenible” que utiliza el dinero “para lograr un cambio social, ambiental y cultural positivo”. Sus hipotecas sostenibles ofrecen un menor tipo de interés cuanto mejor sea la certificación energética. Además, prometen que si el cliente hace una reforma y mejora su nota, se reducirá el tipo de manera correspondiente.

“La evolución ha sido muy buena”, afirma Gemma Balasch, jefa de la oficina de Triodos Bank en Barcelona. “Ha tenido muy buena acogida entre los clientes que ya estaban con nosotros”, asegura, ya que la entidad, en un principio, se centraba en préstamos a empresas con vocación y prácticas sostenibles. Las compañías se tenían que ir a otros bancos cuando necesitaban contratar productos más personales… hasta el nacimiento de la ecohipoteca en 2013. Desde entonces han pasado seis años, y ninguna entidad bancaria ha logrado replicar la iniciativa, aunque sí acercarse.

“No ha habido un avance demasiado significativo”, asegura Emilio Miguel Mitre, experto en construcción sostenible y responsable internacional del Consejo para la Edificación Sostenible de España (GBCe, siglas en inglés), una asociación que aúna a agentes del sector para promover una edificación responsable con los retos ambientales. Aunque, eso sí, pronostica que “dentro de unos meses” se harán públicos algunos movimientos interesantes. GBCe es una de las asociaciones encargadas de adaptar y promover la aplicación en España de las recomendaciones del Libro Blanco de la iniciativa eMAP (Plan de acción de las hipotecas de eficiencia energética), que establece, a nivel europeo, las bases para la creación de un producto hipotecario para el uso eficiente de la energía en los edificios. Sin embargo, pocas entidades han seguido ese camino.

“Lo vemos un poco verde”verde, bromea Balasch, preguntada sobre si temen que la competencia se lance a ofrecer este tipo de préstamos. “Con otros productos intentan replicar el modelo, pero con este no. Lo harían si vieran otro beneficio de otro tipo”, considera, más allá del impacto medioambiental positivo de incentivar, mediante las finanzas, la eficiencia energética. La directiva lo deja claro: Triodos Bank no obtiene ningún beneficio directo de las hipotecas verdes. “La mejora de la eficiencia va en contra de la rentabilidad del banco”, zanja.

Para Bankia, sin embargo, las ecohipotecas para particulares no funcionan, al no estar el mercado, por el momento, lo suficientemente “maduro”. Así lo asegura su gabinete de prensa: “Aún no es un mercado suficientemente maduro en el que se pueda decir que la mayoría de las viviendas cuentan con certificado de sostenibilidad medioambiental”. Por lo tanto, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri apuesta por el momento por otra fórmula: préstamos “sostenibles” para promotores de nuevas viviendas.

“Se trata de préstamos que financian la promoción y luego benefician a los particulares que compren estas viviendas con certificado de sostenibilidad medioambiental, ya que tienen la posibilidad de subrogar su hipoteca al préstamo promotor y conservar la deducción en los tipos de interés”, explican desde Bankia. “Lo que aún no hacemos es tener una hipoteca dirigida exclusivamente al comprador final, ya que tendría que acreditar él la certificación de sostenibilidad medioambiental ante el banco, algo que no es aún lo habitual”, afirman, aunque el producto de Triodos Bank funciona exactamente así. Y Balasch sostiene que no está suponiendo ningún tipo de problema, porque la certificación de eficiencia es obligatoria para cualquier operación.

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Otros productos financieros verdes

Al margen de las hipotecas, los productos financieros verdes son cada vez más comunes. La mayoría están destinados a financiar la compra de electrodomésticos con clasificación de eficiencia energética alta (lavadoras, lavavajillas, sistemas de calefacción…); de vehículos eléctricos, híbridos o a gas; o de reformas que aíslen la casa y la hagan menos dependiente del aire acondicionado, instalando ventanales dobles o cambiando el suelo, por ejemplo. Así, la propia Bankia, Kutxabank o Caixabank cuentan con préstamos ecológicos similares.

Sin embargo, no hay que olvidar que, si bien las inversiones en productos, proyectos o empresas sostenibles y comprometidas con la acción climática cada vez le salen más a cuenta a la banca, su apoyo a los combustibles fósiles sigue existiendo: y en cantidades millonarias. BBVA y Santander aparecieron en la lista de 2019 de los bancos más contaminantes del mundo, elaborada anualmente por la organización ecologista estadounidense Rainforest Action Network (RAN). Santander aportó un total de 14.973 millones de dólares a proyectos relacionados con los combustibles fósiles en estos años, por encima del BBVA, cuya cifra total se queda en 12.080 millones.

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