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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

El debate sobre el 'giro al centro' del PP

Casado no logra cerrar las heridas internas del 28A y los críticos se cuelan en la negociación de los pactos

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo

Lejos de cerrarse, la crisis interna abierta en el Partido Popular por los resultados de las elecciones generales del pasado 28 de abril se acentúa. Y lo hace en un momento en el que a Pablo Casado Pablo Casadono le interesa mucho ruido porque la prioridad de la formación conservadora es ir cerrando acuerdos de gobierno en comunidades y ayuntamientos tras los resultados del 26 de mayo. 

Si la semana pasada los protagonistas fueron el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que se encararon a Casado en un almuerzo a cuenta del pretendido "giro al centro" del partido, esta semana los problemas se le siguen acumulando.

Núñez Feijóo sigue estando entre los protagonistas y Alfonso Alonso, presidente del PP vasco, también ha acaparado parte de los focos convocando, para el mes de septiembre, una convención ideológica de la formación que preside en la que pretende marcar un perfil propio. Fuentes de la dirección nacional del partido aseguran que no tuvieron conocimiento de esta convocatoria hasta el momento en el que Alonso, que apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso extraordinario de sucesión de Mariano Rajoy, lo comunicó el lunes en una rueda de prensa.

Las fuentes consultadas por infoLibre coinciden en que el golpe más duro propiciado a Casado en los últimos días llega directamente desde Galicia. Si la semana pasada afeó al jefe de los conservadores que negase que el giro al centro estaba tras la mejora en los resultados del 26M, este mismo martes lanzaba un dardo directo contra la estrategia de su partido a la hora de negociar los pactos.

En una entrevista concedida a la Cadena Cope, el presidente de la Xunta de Galicia hacía una defensa cerrada de que gobierne la lista más votada, algo que, de aplicarse, dejaría al PP de Casado sin opciones tras el 26M en muchas comunidades y ayuntamientos. "No puede ser que el partido ganador se convierta en perdedor, y el que pierda se convierta en gobierno", dijo Núñez Feijóo. Sus palabras fueron pronunciadas a horas de que el Partido Popular arranque de forma oficial las conversaciones con Ciudadanos, por un lado, y Vox, por otro, para acordar pactos.

Una propuesta del pasado que fue desechada

Feijóo no se estaba sacando de la manga una propuesta que no encaje en el ideario conservador. Es más, en los años de Gobierno de Mariano Rajoy, el partido hizo bandera de una reforma electoral para que gobernara la lista más votada, para evitar lo que llamaban "pactos oscuros en los despachos". Pero fue desechada tras ver que no generaba consenso. El Partido Socialista no estuvo por la labor y Rajoy, ni teniendo mayoría absoluta, quiso tocar la ley electoral sin, al menos, el apoyo del que en su momento era el principal partido de la oposición.

Lo que sorprendió en amplios círculos conservadores fue el momento elegido por Feijóo para resucitar el debate: justo cuando los rivales políticos del PP intentan sacar al partido los colores por haber pedido tanto en el pasado que gobernase la lista más votada y parecer que ahora se han olvidado de ello.

"No puede ocurrir como en Galicia, donde el PP ha ganado en tres diputaciones y vamos a ver si gobernamos en alguna", subrayó Feijóo en Cope, lamentando que se vea a los socialistas como ganadores del 26M en Galicia al vencer en tres de las principales ciudades gallegas, habiendo obtenido los mismos resultados que el PP.

"No puede ser que en España se manipule hasta el lenguaje, cuando el PP gana pero no saca la mayoría absoluta se dice que pierde", recalcó.

El caso gallego

El encargado de responder a Feijóo por parte de la dirección nacional fue el responsable de Organización, Javier Maroto, en una entrevista concedida a TVE. El número tres de los conservadores enmarcó esta petición de Feijóo en la situación de su comunidad porque es "muy grave" que el PP, que ha ganado en varias diputaciones, no vaya a gobernar ninguna y lo mismo pase en otras ciudades.

Además, añadió que todos coinciden en que la ley electoral no se puede cambiar "ni con mayoría absoluta ni por un capricho" y que deben regir unas "reglas de juego pactadas". Llegado este punto, recordó que el PP presentó tres veces la iniciativa de que gobierne la lista más votada pero los demás partidos, incluso el PSOE, votó en contra, informa Europa Press.

También aprovechó para recordar que en su día el PP ya dijo que si no prosperaba esa iniciativa también jugarían "con las reglas de juego de los demás". El matiz vino cuando añadió que el propio presidente de la Xunta explica "perfectamente" que sería necesario la modificación de la ley. Se trata de una cuestión muy debatida en la formación conservadora en los últimos años.

En un momento en el que Vox dice que no se conformará, como en Andalucía, con dar su apoyo a PP y Ciudadanos, Feijóo aprovechó para dar su opinión sobre el partido de ultraderecha liderado por Santiago Abascal. "No soy partidario de que Vox entre en los gobiernos, pero he de respetar las necesidades y estratégicas de cada territorio", dijo.

El problema vasco

Precisamente de respetar las necesidades de cada territorio va, según el PP de Euskadi, la convocatoria de una convención de la formación territorial convocada por Alfonso Alonso para mediados del mes de septiembre. Una cita que pretender revertir el batacazo de los conservadores vascos en las urnas. Pese a que Alonso ha negado el "ánimo cismático" de la agenda marcada, su iniciativa no ha sido recibida por igual en todos los sectores de la formación que lidera Pablo Casado.

 

En una entrevista concedida a RNE Alfonso Alonso definió a la formación regional que preside como "radicalmente de centro". Y consideró que el nuevo PP de Casado "ha sido percibido" como alejado de la centralidad. "Yo no he cambiado, sigo pensando y ofreciendo lo mismo, pero, sin duda, hemos sido percibidos como que nos hemos escorado", mantuvo.

"Para la dirección nacional, es muy importante que respete también cada una de las organizaciones territoriales, su manera de hacer política, su acento propio, su manera de entender la vida de la gente en cada sitio. En el País Vasco la gente tiene unas preocupaciones que son un poco específicas y creo que el PP siempre ha sido un partido que es capaz de amoldarse, adaptarse, de hacerse de la tierra, y de tener su acento propio", dijo al tiempo que dejaba otro recado a Casado. A su juicio, debe "respetar a ese PP, sentirse orgulloso y hacer una dirección de liderazgo desde esa humildad".

El PP vasco no vive su mejor etapa en las urnas. En las generales no logró un solo escaño en el Congreso de los Diputados por ninguna de las tres circunscripciones. Ni si quiera el de Javier Maroto, que fue de número uno por Álava.

En las municipales, sólo mejoró los resultados en el Ayuntamiento de San Sebastián. La candidatura encabezada por Borja Sémper logró subir en votos respecto a 2015 y mantener los tres ediles con una campaña en la que una de las notas dominantes fue la independencia respecto a Génova. El golpe se ha sentido especialmente en el consitorio de Vitoria, donde el PP ha pasado de ser primera a cuarta fuerza en sólo cuatro años.

Los datos del declive del PP vasco no son de hoy. En las municipales de 2015, los conservadores de Euskadi se hicieron con un total de 79 concejales, frente a los 55 del pasado 26M.

Por territorios, Álava pasa de 46 a 36 actas; Gipuzkoa de siete a cuatro y Bizkaia de 26 a 15.

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Pese a la evidencia de los datos, en el PP de Euskadi no ocultan su malestar con algunos puntos de la estrategia de Casado. "Es verdad que, a veces, se emiten discursos desde Madrid que resultan muy alejados cuando uno los ve desde Vitoria o desde Bilbao", señaló Alonso en RNE.

"Para la dirección nacional, es muy importante que respete también cada una de las organizaciones territoriales, su manera de hacer política, su acento propio, su manera de entender la vida de la gente en cada sitio. En el País Vasco la gente tiene unas preocupaciones que son un poco específicas y creo que el PP siempre ha sido un partido que es capaz de amoldarse, adaptarse, de hacerse de la tierra, y de tener su acento propio", añadió.  

La idea es que el PP vasco ocupe un lugar similar en Euskadi al que ocupa Unión del Pueblo Navarro (UPN) en Navarra, comunidad en la que los conservadores han concurrido en coalición con UPN y Vox el pasado 26M. Alonso pretende que de la convención de septiembre salga una propuesta de PP vasco "más cercana y que haya una voz firme del constitucionalismo en el País Vasco, pero desde un compromiso profundamente foral con nuestra tierra".

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