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La mitad de todo

Margarita Xirgu, la actriz lorquiana que revolucionó el teatro

La actriz catalana Margarita Xirgu.

Margarita Xirgu (Barcelona, 1888 - Montevideo, 1969) es una de las actrices más importantes del teatro español del siglo XX, ya que representó las obras de los dramaturgos más célebres como Federico García Lorca o Benito Pérez Galdós, y también fue una de las empresarias y directoras de escena más innovadoras. Por sus trabajos y actitud pionera, Xirgu debía aparecer en esta sección de Verano libre, dedicada a rememorar algunas de las mujeres que marcaron la historia española del siglo XX.

Desde muy pequeña, Margarita Xirgu mostró cualidades especiales para el teatro, pues su maestra en la escuela se dio cuenta de que tenía muy buena memoria y recitaba poesía de manera muy correcta para la edad que tenía. Mientras tanto, su interés por el teatro iba creciendo, ya que su padre, que era cerrajero, llevaba a toda la familia a ver las obras de los grupos aficionados de su barrio. "Cuando era pequeña, todos los juegos eran representar comedias, que yo misma inventaba, invitando a los amigos y personas que conocía. Andaba siempre representando encima de la mesa y sillas recitando versos", decía la catalana.

Con 12 años, los actores y actrices aficionados le sugirieron a su padre que la dejase actuar en una de sus obras y este accedió. Fue la primera vez que la catalana se subió a un escenario y arrancaba los aplausos del público, entre los que se encontraba su padre, a quien le fascinó cómo lo había hecho. También fue ese mismo año en el que abandonó la escuela y pasó a trabajar en un taller de pasamanería, pero su interés en el teatro seguía intacto y no dejó de actuar en las obras de aficionados.

La actriz de los mejores dramaturgos

Xirgu tenía una manera propia de entender el teatro impregnada por sus orígenes humildes y su interés en la lucha obrera, sobre todo después de que despidieran a su padre por haber secundado huelgas. Durante el franquismo también daría cuenta de su ideología al exiliarse y no volver a España nunca más. Antes, en 1906, Margarita Xirgu vivió un punto y aparte en su carrera como actriz al interpretar el papel principal en la obra Teresa Raquin, del literato francés Émile Zola. Al día siguiente del estreno, su nombre apareció en la prensa catalana y, como consecuencia, la compañía del Teatro Romea le propuso formar parte de su elenco. Su primera obra como actriz profesional fue Mar i cel, de Ángel Guimerá, en diciembre de 1906.

Al año siguiente de su estreno como profesional murió su padre y fue ella la que se hizo cargo de sacar adelante a toda su familia con el sueldo que ganaba como actriz. Sus textos siempre eran en catalán hasta que en 1912 un importante empresario portugués, Faustino Da Rosa, le ofreció trabajar en castellano y hacer una gira por España y Sudamérica. Xirgu aceptó el reto y se preparó a conciencia para iniciar las representaciones en 1913. Ya tenía 24 años y una carrera respaldada por la crítica catalana. También apareció en varias películas como Alma torturada, La reina joven y Guzmán el bueno, entre otras, pero siempre prefirió el teatro.

 

Portada de la revista Nuevo Mundo en marzo de 1911.

Margarita Xirgu fue la actriz favorita de los más importantes autores teatrales de la época, como Valle Inclán, Benito Pérez Galdós, los hermanos Álvarez Quintero y Ángel Guimerà, de quienes interpretó varias obras. Sin embargo, su autor predilecto fue Federico García Lorca, de quien fue musa y a la vez salvadora, pues nadie apostaba por sus obras teatrales y fue ella quien le dio una oportunidad. Se conocieron en 1926 y al año siguiente, la actriz y directora de escena estrenó Mariana Pineda –liberal granadina que luchó contra el absolutismo de Fernando VII y fue asesinada por sus ideas– a pesar de la dictadura de Primo de Rivera. La obra fue ofrecida a varias actrices pero ninguna estaba dispuesta a asumir las repercusiones políticas, la única que dijo sí fue Margarita Xirgu. De hecho, la obra fue un fracaso y la catalana casi se arruina, pues al ser productora y directora fue ella quien puso el dinero para sacar la obra adelante. A pesar de este fracaso, siempre apostaría por Lorca. 

Las obras del autor granadino también las llevaría por Latinoamérica y, representando Yerma en México, en 1936, se enteraría del asesinato del poeta a manos del ejército franquista. En 1939, cuando se estableció la dictadura, la actriz vivía en Argentina y decidió no volver nunca más a España. Su residencia habitual fue Montevideo (Uruguay), pero recorrió Sudamérica con sus representaciones y muchos críticos teatrales afirmaban que el mejor teatro español se hacía fuera de las fronteras, en gran medida, por el trabajo de Xirgu.

Como directora de escena eliminó la figura del apuntador, y con ello la concha en la que se escondía y, como consecuencia, ninguna de sus obras se representaban hasta que todos se sabían el texto de manera perfecta. Otra de sus innovaciones fue quitar de escena los cartones pintados con los que se ambientaban las obras. En este sentido, cabe destacar que en Mariana Pineda le pidió a Salvador Dalí que diseñase los trajes de los actores y actrices, lo que supuso una auténtica revolución para la época. 

Uruguay, su escenario predilecto

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Su exilio fue forzado porque era una mujer de izquierdas y, según algunos investigadores como Angie Simonis, experta en literatura lésbica, Margarita Xirgu también podría haber sido lesbiana, ya que se movía en los círculos homosexuales femeninos de Madrid. Asimismo, citan su "estrecha relación" con la periodista Irene Polo, de quien se sabe que era una mujer lesbiana y a quien conoció durante una entrevista y la acompañaría más tarde en una gira teatral. Por estos motivo, se cree que sus dos matrimonios fueron de mutuo acuerdo. Su primera boda fue en 1910 con Josep Arnall, que pertenecía a una importante familia catalana, y el enlace apareció en la prensa de provincias, mientras que su segunda boda fue en 1941, con el actor Miguel Ortín, con quien estuvo hasta su muerte.

A pesar de no volver a pisar la España franquista, el régimen no se olvidó de ella y en 1940 el Tribunal de Responsabilidades Políticas la procesó con la confiscación de todos sus bienes, según cuenta la propia familia en una web dedicada a la figura de la actriz. En su exilio actuó y dirigió en Cuba, Colombia, Chile, México y Uruguay, que pasó a ser su residencia habitual y en donde fue la directora, desde 1949, de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo y codirectora de la Comedia Nacional. A través de estas instituciones representó y dirigió importantes obras españolas como La Celestina, Bodas de Sangre o Numancia, pero también representó y dirigió títulos de William Shakespeare como Macbeth o Sueño de una noche de verano,  el Tartufo de Molière o El malentendido de Albert Camus.

La Xirgu estaba tan comprometida con sus alumnos, a los que transmitió su vocación y forma de trabajar, que en 1957 dimitió como directora y actriz de ambas instituciones porque estas no les dejaban formar parte de la comisión gestora. El 25 de abril de 1969, Margarita Xirgu murió en Montevideo tras haber sido sometida a una operación quirúrgica, y en 1988 la Generalitat de Catalunya repatrió sus restos al cementerio de Molins de Rei, en Barcelona.

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