Envidia literaria
Ana de Miguel, la autora que soñaba con ser novelista mientras leía 'Mujercitas'
Ana de Miguel (Santander en 1961) es filósofa e investigadora y dirige el curso de Historia de las Teorías Feministas en la Universidad Complutense de Madrid, además de ser profesora titular de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos. Sin embargo, de Miguel confiesa que cuando era pequeña con lo que ella soñaba era con ser novelista. Concretamente, el libro que le hubiera gustado firmar es el de Mujercitas, de Louise May Alcott,“porque es un libro con el que todas hemos crecido queriendo ser Jo, la que quiere ser maestra, la que quiere ser escritora, la que quiere hacer cosas que se llamaron de chicos cuando son cosas de seres humanos”. Este verano infoLibre recoge los referentes de algunas escritoras y escritores para incluirlos en su revista, Verano libre, a los que se suma el de la investigadora.
El clásico de 1868 cuenta la historia de cuatro hermanas adolescentes en el marco de la guerra civil estadounidense, y supuso una auténtica revolución en el siglo XIX debido a su tratamiento de los personajes femeninos —sobre todo en lo referido a Jo, la hermana que aborrece los cánones a los que las mujeres de la época se encontraban sometidas—. Además, la obra se basa en las propias experiencias de May Alcott, abolicionista de la esclavitud y defensora del voto de la mujer.
De Miguel admite guardar ciertas similitudes con la novelista: “Lo más aparente es que las dos somos feministas. Empezamos por ponernos en el lugar de las demás y, de paso, en el nuestro propio. Nos observamos desde fuera para comprender por qué diablos tenemos que escuchar ‘Anaaaa, veeen, pon la mesa’, mientras tus hermanos mayores están tumbados leyendo a Kalr May, a Emilio Salgari y, si llega el caso, Las vidas paralelas de Plutarco”.
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Donde de Miguel no se considera tan afín a May Alcott es en la escritura: “No tengo talento para contar historias”, señala. Y, aunque por ahora no ha firmado ninguna novela, la investigadora sí cuenta con algunas publicaciones, entre las que destaca el ensayo Neoliberalismo sexual: el mito de la libre elección, donde la autora denuncia que esta ideología justifica la transformación de cualquier cosa en mercancía, incluyendo a los seres humanos y, sobre todo a las mujeres, excusándolo a través de una supuesta libre elección, que no es tal.
“Sí me puede haber influido la grandeza y la sencillez de esta novela al mostrarnos desde niñas que los sueños no siempre se cumplen y tampoco importa, porque para eso son sueños”. Y, también enseña, según de Miguel, “que, a veces, te mueres muy pequeña —como le pasa a Beth— y le pasó a un niño medio amigo mío —que se cayó por una alcantarilla un día de lluvia torrencial—, que la vocación existe y que las hermanas son distintas”.
La ganadora del Accésit al XXIII Premio de Divulgación Feminista Carmen de Burgos —entre otros— admite que envidia la capacidad de Mujercitas para llegar a tantas lectoras, pero apunta, siempre gafas moradas en mano, que la novela no ha atraído por igual la atención de hombres y mujeres: “Permíteme que dude que [Mujercitas] haya tenido muchos lectores, que muchos chicos se hayan formado identificándose con las aventuras y las duda existenciales de estas cuatro jóvenes”. Y señala que, en cambio, las mujeres sí que nos identificamos con las obras masculinas. “¿Por qué no hay reciprocidad?”, apunta. “Estas cuatro chicas no tenían hermanos, crecieron sin ver esa injusticia en casa de puertas adentro. Y, además, el padre se fue a la guerra. Tenían un joven vecino supermajo al que, además, no tenían que poner la mesa”.