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Derechos laborales

Los sindicatos reclaman "pasar de las palabras a los hechos" ante la "emergencia" de los accidentes laborales

La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, comparece en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros en Moncloa.

Hace algo más de un mes que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tomaba posesión de su cargo. Aquel 13 de enero, Díaz abría su discurso recordando la muerte de un extrabajador de Metro de Madrid por exposición al amianto. La ministra expresaba de esta manera un compromiso: el de combatir los accidentes laborales.

Uno de los primeros pasos que ha dado la ministra es el de visibilizar los accidentes mortales en la esfera laboral. Lo ha hecho a través de habituales menciones en redes sociales cada vez que un nuevo caso se confirma. Un gesto que los sindicatos valoran pero que temen no supere lo simbólico.

El 25 de febrero, Díaz se hacía eco de nuevos accidentes laborales: "Jornada negra la de ayer, con tres fallecidos en accidente laboral", decía. "Afirmo la determinación de este ministerio de luchar contra este drama cotidiano".

La ministra se ha esforzado en reiterar la lucha contra lo que califica de emergencia social, pero ¿en qué se materializa ese compromiso? A preguntas de infoLibre, fuentes del Ministerio de Trabajo indican que los mensajes en redes sociales son "la expresión de una preocupación personal" de la ministra y de la "línea de actuación" que aseguran seguirá su cartera. "Las redes sociales son un termómetro de los intereses y preocupaciones de sus usuarios y los tuits expresan esa preocupación por la seguridad laboral y por hacer de los espacios de trabajo espacios seguros", detallan. Visibilizar el problema, agregan, se formula como la primera tarea para poder solucionarlo. "Los accidentes laborales son una lacra a la que la sociedad ha estado de espaldas durante mucho tiempo" pese a ser una "emergencia social" y un "drama que golpea diariamente a familias" de todo el país.

El Ministerio dirigido por Díaz recalca que "la primera causa real de la siniestralidad laboral es la precariedad", por lo que apuesta por "actuar sobre las causas profundas que hacen que los entornos laborales sean peligrosos". Por ese motivo, apuntan las mismas fuentes, "es importante revertir una reforma laboral que ha precarizado las condiciones de vida y trabajo de las personas trabajadoras". Un camino que, insisten, se ha iniciado este martes pasado con la derogación del artículo 52.d del Estatuto de los Trabajadores.

La ministra y su equipo creen importante acometer un refuerzo del papel de la Inspección de Trabajo y "otorgarle un sentido estratégico". Desde su departamento inciden en que "los accidentes laborales tienen que ver con la degradación de las condiciones de vida y trabajo", extremo en el que actuarán "decididamente". Igualmente, "intensificar la labor de prevención" es otro de los pilares que abordarán para tratar de revertir la siniestralidad que amenaza a las familias trabajadoras.

Precariedad y falta de prevención

Ana García de la Torre, secretaria de Salud Laboral de UGT, reconoce que "es de agradecer que [la ministra] muestre sensibilidad" por un problema de calado, pero matiza que "más allá de las palabras, urge que lo tenga como prioridad en su agenda". Coincide con ella Pedro J. Linares, su homólogo en CCOO, quien en conversación con infoLibre se detiene igualmente en la existencia de "una sensibilidad muy importante con el tema de la siniestralidad".

Sin embargo, recuerda García de la Torre, es "importante pasar de las palabras a la acción", especialmente a través de "políticas de prevención de riesgos laborales", lo que pasa necesariamente por una "mesa de diálogo". Los dos sindicalistas coinciden en la necesidad de ese espacio de diálogo, que de momento no ha sido agendado por el ministerio de Yolanda Díaz. García de la Torre recuerda las dimensiones de la urgencia: "Hay 695 trabajadores que no han vuelto a casa por intentar ganarse la vida". Eso, puntualiza, según el avance de datos del pasado año. "Calculamos que serán más de 700", una vez se revisen las estadísticas. Es, clama, "insostenible de todo punto".

Los datos recopilados periódicamente por el Ministerio de Trabajo parecen lo suficientemente contundentes como para hablar de emergencia. Según el registro oficial, entre enero y diciembre de 2019 se contabilizaron 695 accidentes mortales. De ellos, 621 se correspondieron con trabajadores asalariados y 74 autónomos. De los trabajadores por cuenta ajena, 475 perdieron la vida en jornada de trabajo y 146 en accidentes in itinere, es decir, en el trayecto hacia el trabajo o en el camino de vuelta.

En cuanto al cómputo global de accidentes laborales, el avance de la estadística correspondiente a 2019 registró 1.359.548 siniestros relacionados con el trabajo. De ellos, 635.227 fueron con baja: 549.569 se produjeron durante la jornada de trabajo y 85.658 in itinere. La mayoría, 600.622, se corresponden con profesionales asalariados, frente a los 34.605 de trabajadores por cuenta propia.

Los puntos que necesariamente deben estar sobre la mesa, observan los sindicatos, son diversos: el problema de los accidentes en el entorno laboral es poliédrico y exige un cambio de paradigma completo. La Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo puesta en marcha en 2015 expira en diciembre del presente año y lo cierto es que el balance de los sindicatos evidencia que los frutos no han sido los que cabía esperar. "Necesitamos un plan de choque contra la siniestralidad laboral, estamos ante un goteo incesante", apremia García de la Torre, quien redimensiona las cifras: "De media en nuestro país fallecen dos personas al día por el mero hecho de ganarse la vida". Linares coincide en que, como paso previo, resulta fundamental echar la vista atrás y "trabajar en una reflexión sobre lo que se ha hecho hasta ahora" porque "las cifras demuestran que no se ha acertado mucho". Para el representante sindical urge poner en foco además en "las enfermedades relacionadas con el trabajo, más allá de lo impactante que resulta el goteo permanente y constante de fallecidos".

La Estrategia 2015-2020 nace con el objetivo de dar continuidad a la anterior y avanzar en la prevención. "Los datos estadísticos reflejan la necesidad de incidir aún más en las enfermedades profesionales promoviendo la prevención antes que la rehabilitación o el abandono temprano del trabajo por motivos de salud", reza el texto. El documento que cumple cinco años de vigencia ya advertía de que "cada año se producen más de 500.000 accidentes de trabajo con baja y más de 500 accidentes mortales", unas cifras "verdaderamente preocupantes que podrían reducirse significativamente con una adecuada prevención de riesgos laborales en las empresas". El diagnóstico sigue sirviendo un lustro después de su redacción.

Linares insiste en "revisar los elementos y las estructuras en la Ley de Prevención", además de mejorar la "coordinación entre administraciones" y, especialmente, "los trabajos con la Inspección, una pieza fundamental que actualmente está más volcada en temas relacionados con fraude y contratación". Además, reflexiona, "a la vista de la situación, son necesarias campañas rigurosas en sectores determinados para aplicar marcos efectivos".

Por sectores, servicios ha registrado 228 accidentes mortales, el número más alto. Por detrás, un total de 103 empleados en el sector industria perdieron la vida en el trabajo, 99 de la construcción y 45 del sector agrario. Más allá de los datos brutos, conviene no perder de vista la incidencia en cada sector: el más peligroso es el de la construcción (11,43 accidentes por cada cien mil trabajadores), seguido por el agrario (8,35), el industrial (5,03) y servicios (1,9).

A día de hoy, completa Linares, no sería suficiente con evitar un incremento en la siniestralidad, "porque hay condiciones técnicas para que las mejoras sean sustanciales". Esas mejoras "tienen mucho que ver con la calidad del empleo, la precariedad o la presión sobre la organización del trabajo". Con esa misma teoría comulga García de la Torre. Disminuir los accidentes de trabajo "pasa por mejorar las condiciones laborales" y eso necesariamente lleva a "derogar las reformas laborales". En ese sentido, menciona, "la alta temporalidad, la parcialidad no deseada o tener más de un trabajo influye en la siniestralidad laboral" y las empresas continúan percibiendo la prevención "como un coste". La Inspección de Trabajo, coincide, debe ser tajante a la hora de "fiscalizar y controlar el cumplimiento de la normativa".

García de la Torre apuesta en añadido por la creación de un "delegado territorial", que supla las carencias en materia de prevención en el seno de las microempresas y las pymes. Esta figura "ayudaría a controlar que se cumpla la normativa donde no tienen delegado de prevención". Aunque el tejido empresarial español está fundamentalmente compuesto por microempresas y pequeñas empresas, son estas las que presentan mayor número de accidentes mortales.

Un informe relativo a la mortalidad por accidente de trabajo entre los años 2014 y 2016, editado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo en febrero de 2020, determina las causas más frecuentes de los accidentes mortales. El análisis se detiene en tres bloques: los motivos relacionados con la organización del trabajo (29,8%), la gestión de la prevención (26,3%) y los factores individuales (13,3%), siendo este último el que menos peso tiene. En el primer apartado, se detecta con frecuencia un "método de trabajo inadecuado", una "formación o información inadecuada o inexistente sobre la tarea" y la "ausencia de vigilancia, control y dirección de persona competente", como factores de mayor influencia en la cadena de la siniestralidad.

En cuanto a prevención, el estudio muestra que tan solo un 8% de las empresas a las que pertenecían los casos estudiados habían seguido el proceso preventivo hasta la última etapa, con la aplicación de las medidas pertinentes. Los autores del estudio coinciden en que buena parte de los accidentes laborales mortales podrían haberse evitado, en una suerte de responsabilidad compartida entre empresas y administraciones.

Las causas de los accidentes

Este lunes, un trabajador de 28 años, empleado de la empresa Desguaces Becerril, fallecía tras caerle encima el coche que estaba manipulando, en Cantabria. El pasado 11 de febrero, un trabajador perdía la vida en el Puerto de Bilbao, después de que la grúa que manejaba se desplomase. Otro hombre, de 45 años, moría recientemente tras precipitarse de una cubierta, mientras realizaba labores de mantenimiento para la empresa Sipejma en Malpica (A Coruña). En Zaldibar (Bizkaia), dos trabajadores llevan desaparecidos desde el pasado 6 de febrero, tras el derrumbe de un vertedero que ha interferido directamente en la calidad de vida de los vecinos.

Un total de 211 personas fallecieron por accidente laboral entre enero y abril de este año

Un total de 211 personas fallecieron por accidente laboral entre enero y abril de este año

Por causas, la mayoría de accidentes mortales de trabajadores asalariados fueron infartos o derrames cerebrales (194), seguido por accidentes de tráfico (84) y quedar atrapado, ser aplastado o sufrir una amputación (71), como principales accidentes. Respecto a los accidentes in itinere, 124 estuvieron relacionados con el tráfico, pero otros 17 fueron consecuencia de infartos o derrames cerebrales. Los cinco restantes los clasifica el Ministerio de Trabajo como “otras causas”.

Con los últimos datos, el Ministerio de Trabajo incorpora además importantes novedades. La primera tiene que ver con la definición de accidente mortal. La nueva redacción pasa a contabilizar como tal "todos los fallecimientos a consecuencia de un accidente de trabajo que se produzcan en el plazo de un año desde la fecha del accidente, independientemente de la gravedad inicial". La nueva definición, recalca la cartera dirigida por Yolanda Díaz, "se adapta a las recomendaciones de la OIT y coincide con la definición de accidente mortal que se utiliza en la Estadística Europea de Accidentes de Trabajo que publica Eurostat".

La segunda modificación consensuada tiene que ver con la inclusión, con carácter general, de los accidentes sufridos por los afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). De esta manera, desde el pasado año "la cobertura específica de accidentes de trabajo por la Seguridad Social de los afiliados al RETA para a ser obligatoria con carácter general (con algunas excepciones recogidas en la Ley). Este cambio supone la incorporación de más de 2,5 millones de trabajadores en la población de referencia de esta estadística".

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