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Faena de aliño

Amador Ramos Martos

"Sabemos que el espacio político es el de la mentira por excelencia" (Jacques Derrida)

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En tauromaquia, según la RAE, se denomina faena de aliño a la que realiza el espada, sin adornos ni intención artística, con el fin de preparar al toro para la suerte de matar.

Salvando las distancias y metafóricamente, es lo que acaba de hacer Pablo Casado con Alfonso Alonso. Presunto e indiscutible candidato hasta anteayer de los populares vascos a la Lehendakaritza en las próximas elecciones vascas del 5 de abril.

¿La coartada esgrimida por Pablo Casado y Teodoro Garcia Egea, cancerberos (un auténtico bulldog político el segundo) de las esencias faesianas hoy al alza en el seno del PP nacional?: el choque provocado por la resistencia de Alonso a ser ninguneado por los arribistas recién llegados a la cúpula del partido, queriendo imponer a sus espaldas candidatos de Ciutadans (un partido fantasma en Euskadi) en puestos electorales de privilegio sin méritos ni peso político reconocidos que lo justifiquen.

¿Objetivo último de la maniobra? Silenciar el discurso singular, moderado y crítico del PP vasco respecto al PP nacional, reconduciendo la política de aquél, a un escenario que los actuales populares vascos intentaban superar en aras del entendimiento y reconciliación en Euskadi.

Una auténtica faesna de aliño la realizada contra Alfonso Alonso. Mezquina y revanchista donde las haya e intuida premonitoriamente por Borja Sémper, que hace unos días decidió abandonar la actividad política. Entre las razones, y entre líneas, se intuye que su decisión ha estado determinada, al menos en parte, por su disidencia respecto al discurso y reubicación del “centrista” PP en espacios mestizos de ultraderecha en competencia con Vox.

Una ejecución política y pública, ¡aviso a disidentes!, que la nueva diva-musa del PP nacional, Cayetana Alvarez de Toledo, soberbia como siempre la ilustrada marquesa (una de sus señas de identidad) atribuyó a “rumorología maledicente”. No creo que a estas alturas trate de engañar a nadie intentando hacernos creer que era desconocedora de la maniobra urdida contra el hasta hoy líder y candidato indiscutible en Euskadi del PP.

Una operación de acoso y derribo, engendrada en las entrañas de FAES, el think-thank, en realidad un sectario comecocos neoliberal del Ansarísimo que paradójicamente se desvinculó hace años del PP por el sector mas radical del partido a nivel nacional, y tutelada desde la sombra por el resentido y narcisista hombrecillo de hiel y sus ventrilocuos ideológicos, que han optado por la “renovación” del PP vasco con la rehabilitación del desaparecido… ¡Carlos Iturgaiz!, semienterrado en 2019 ¿intencionadamente? en el fondo de la lista del PP al Europarlamento.

Un golpe de los hoy ya controladores de las decisiones y discurso del partido en Euskadi, que lo están conduciendo, al dificultar el avance de la tan necesaria reconciliación social en el País Vasco, por la senda de la involución. Alimentando como hacen las brasas de un conflicto que, aunque lentamente y con dificultades y recelos mutuos, ha entrado en vías de extinción. Un hecho que incomoda, algo difícil de entender, a no sé si ¿amplios? sectores del PP a nivel nacional.

Pero no podemos seguir anclados en el pasado, como algunos pretenden. Tampoco seguir utilizando un conflicto trágico, como lo fue (aunque muy atenuado lo sigue siendo) el vasco en su momento, como arma arrojadiza entre partidos. La única vía posible para reconstruir la convivencia de forma definitiva en Euskadi no es seguir alimentando resentimientos. Hay que desactivar los viejos odios, los recelos latentes, rehumanizar al adversario, sembrar y abonar la semilla de la reconciliación, que no del olvido.

Y los que no tengan intención o no se consideren capacitados para (dejándose la piel política que no la vida si es preciso en el intento) llevar a buen tėrmino este desafío, al menos que no pongan palos en las ruedas. Que no marginen ni sacrifiquen a los que están o estaban (caso de Borja Sémper) dispuestos a aceptar el reto.

Y una reflexión y pregunta a los cancerberos de las esencias ideológicas y alianzas electorales del PP. El discurso de Alberto Núñez Feijóo en Galicia respecto a la alianza electoral con Ciutadans (quién a Arrimadas se arrima mala sombra electoral…) es gemelo del mantenido en Euskadi por el defenestrado Alfonso Alonso.

Es más, aquél apoyaba el discurso y la resistencia al pacto con Ciutadans de éste. ¿Tendrán Casado, García Egea, Alvarez de Toledo y el Ansarísimo las agallas suficientes, motivos tienen para hacerlo si son consecuentes, para defenestrar también al gallego?

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Amador Ramos Martos es socio de infoLibre

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