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La crisis del coronavirus

Sánchez comunicará este sábado a los líderes de la oposición su decisión sobre la prórroga del estado de alarma

El presidente Pedro Sánchez saluda a su llegada a la empresa Hersill, en Móstoles (Madrid), una de las que han comenzado a fabricar respiradores para los hospitales.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, confirmó en la tarde del viernes en rueda de prensa que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene intención de ponerse en contacto el sábado por la tarde con los líderes de la oposición para intentar tender puentes después de una semana de intensos desacuerdos. Sánchez planea hablar con ellos después de reunirse con los técnicos en epidemias que asesoran al Gobierno para darles a conocer si pedirá al Congreso una segunda prórroga del estado de alarma, una posibilidad que fuentes del Ejecutivo consideran más que probable.

PP, Vox y Ciudadanos, pero también el PNV y otros aliados del Gobierno, se han sentido ninguneados por Sánchez después de que este decidiese el pasado fin de semana ampliar la paralización de las actividades. Pero aún así nadie en Moncloa cree que, sobre todo PP y Ciudadanos, vayan a votar en contra de la prórroga si así lo aconsejan los científicos a la vista de la evolución de la pandemia, por mucho que las cifras de infectados y de fallecidos hayan comenzado a estabilizarse.

Prorrogar el estado de alarma implica convocar la semana que viene un Pleno del Congreso en el que también podrían tramitarse los reales decretos aprobados por el Gobierno el fin de semana pasado y que algunos partidos, incluido el PP, han amenazado con rechazar. De ahí la importancia que el presidente otorga a la reconstrucción cuanto antes de los puentes con los líderes de la oposición. La lista incluye los decretos relativos a la prohibición de despedir en estas semanas de estado de alarma, el parón generalizado de la actividad económica no esencial con el permiso temporal retribuido para los trabajadores hasta semana santa, y las últimas medidas de apoyo a los distintos sectores económicos para afrontar la crisis del coronavirus.

Los datos de la infección empiezan a abonar la esperanza. Confirman que el confinamiento está siendo crucial para detener la propagación del virus y, sobre todo, para impedir que una acumulación de casos colapse el sistema sanitario de cuidados intensivos, que estos días ha estado a punto de verse desbordado en Madrid y Cataluña, las dos comunidades más afectadas por el Covid-19. El Gobierno sigue considerando que esa es la prioridad, salvar vidas, de manera que si hay que prolongar el estado de alarma se hará. El trabajo de estos días se ha dirigido, subrayan fuentes de Moncloa consultadas por infoLibre, a poner en marcha una “estrategia de choque” contra el virus y por eso “no hubo tiempo para más”, de ahí que la comunicación con la oposición y con los presidentes autonómicos no haya sido todo lo satisfactoria que les hubiese gustado.

Nuevo mensaje por televisión

El Gobierno quiere cambiar eso. Y el primer paso será la llamada que este sábado realizará el presidente a los líderes de la oposición y previsiblemente a los jefes de los gobiernos autonómicos, al menos a los que afrontan las situaciones más comprometidas. Con toda probabilidad Sánchez volverá después a dirigirse a los ciudadanos por televisión y el domingo celebrará una nueva conferencia de presidentes para compartir diagnósticos y analizar el horizonte más inmediato de la pandemia y de sus consecuencias económicas, que en muchos casos empiezan a preocupar tanto como la crisis sanitaria.

El presidente tendrá que emplearse a fondo si quiere hacer realidad la unidad de acción que lleva proponiendo desde que comenzó la crisis. Su homólogo al frente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se ha quejó este viernes de la actitud con la que el Gobierno central trata a las comunidades, con las que “no delibera” antes de adoptar decisiones. El Grupo Popular en el Congreso presentó en las últimas horas varias iniciativas en las que acusa a Sánchez de estar aprobando medidas de “gravedad” sin dialogar antes con los grupos parlamentarios. Y el propio líder del PP, Pablo Casado, se quejó de que hace 10 días que el presidente no le llama y calificó de “error” que el Gobierno no mantenga, según él, interlocución ni con la oposición, ni con las comunidades autónomas ni con los agentes sociales. Necesita más “eficacia”, “transparencia” y “humildad” y “menos mentiras” y “arrogancia”, reprochó en una entrevista en Telecinco.

Más dura fue, un día más, la ultraderecha de Vox, cuyo grupo parlamentario anunció este viernes que desafiará las medidas de confinamiento y convocará a sus 52 diputados a trabajar en dependencias del Congreso.

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En la mañana del viernes, en una breve alocución ante directivos y trabajadores de la fábrica de material sanitario Hersill, que ha firmado un contrato para suministrar el Gobierno 5.000 respiradores en las próximas semanas, el presidente ya aprovechó para reiterar el llamamiento a la unidad entre administraciones que lleva repitiendo desde que se conocieron los primeros contagios. “La ejemplaridad, la determinación y la constancia es lo que nos va a hacer ganar”, remarcó.

En todo caso, y pese al enconamiento del clima político, Sánchez sigue pidiendo al Gobierno que no responda a las críticas y que se centre en la cooperación, especialmente con las Comunidades Autónomas que gestionan la sanidad en sus respectivos territorios y con los agentes sociales. Será él quien asuma personalmente la tarea de reconstruir la confianza dañada en los últimos días con sus principales aliados parlamentarios, el PNV y Esquerra, y de intentar consolidar la colaboración que en esta crisis le está brindando Ciudadanos. También protagonizará el enésimo intento de atraer a la unidad de acción al PP, una iniciativa en la que lleva fracasando desde que llegó a la Moncloa pero a que se resiste a renunciar.

El presidente, subrayan fuentes de Moncloa, siguen creyendo en la bandera del diálogo a todos los niveles con la que inauguró la legislatura. Un diálogo que ahora considera más necesario que nunca porque todo indica que la grave situación económica se prolongará al menos durante un año y será necesario tomar decisiones de enorme trascendencia en todos los ámbitos. “La legislatura entera está desbaratada”, admiten las mismas fuentes.

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