Crisis del coronavirus
Por qué no se ocultan muertos: todos los registros públicos y los cambios en el recuento que dificultan el balance global
"¿Le parece decente ocultar a los muertos para esconder su incompetencia?". La demoledora pregunta la hizo este miércoles el presidente del PP, Pablo Casado, en el Congreso de los Diputados. Iba dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que tuvo que escuchar el mismo discurso cuando el líder de Vox, Santiago Abascal, subió a la tribuna de oradores. Casado criticó al líder del Ejecutivo por, dijo, "negarse a clarificar" las cifras de fallecidos por covid-19. Lo dijo por algo muy concreto. En los últimos días, dos instituciones han publicado sendos estudios que reflejan que el número de fallecidos durante las semanas más duras de la pandemia es superior al que reflejan las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad a día de hoy. Una es el Instituto Nacional de Estadística (INE) y otra el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Ambas, por tanto, organismos oficiales y dependientes del propio Gobierno.
Cuando la crisis sanitaria aterrizó en España, ya comenzó a alertarse de que la cifra real de contagiados y de fallecidos por coronavirus iba a ser complicada de conocer, lo que explica los cambios de criterio que se han ido adoptando sobre la marcha. El propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, advirtió a mediados de abril de que "la cifra real de fallecidos por coronavirus es difícil de conocer". Según los datos ofrecidos este jueves por el Ministerio de Sanidad, han muerto 27.133 personas desde el inicio de la pandemia. La cifra se desprende de los datos que envían diariamente las comunidades autónomas al departamento que dirige Salvador Illa. Y se contabilizan solo aquellas defunciones de personas que previamente habían dado positivo en un test PCR. Da igual el lugar de fallecimiento. Si ha sido en un hospital, en una residencia de ancianos o en un domicilio, pero se hizo la prueba, el caso pasa a formar parte de la estadística oficial.
Esto no ha sido siempre así. El 17 de abril, el Boletín Oficial del Estado recogió la orden que obligaba a las autonomías a notificar todos aquellos fallecimientos independientemente del lugar en el que se habían producido. Hasta ese momento solo se tenían en cuenta las muertes que habían tenido lugar en los hospitales. Pero entonces se registraban todos los casos confirmados, fuera por PCR o mediante un test rápido. Hasta pocos días después. Según explicó el propio ministro Illa, el 26 de abril se decidió eliminar de los informes a las personas contagiadas, y también fallecidas, que habían sido confirmadas con un test rápido. El objetivo, dijo, era "ser rigurosos". "Las pruebas de anticuerpos son para identificar casos que se produjeron anteriormente. Estos, a juicio de expertos, no pueden ser contabilizados como nuevos casos", defendió.
Ahora, desde mediados de mayo, aunque se contabiliza lo mismo, los datos se presentan de otro modo diferente. Tal y como explica Javier Del Águila, médico de Salud Pública, Sanidad ahora ofrece dos datos en relación al número de fallecidos. Por un lado, las muertes "con fecha de defunción en los últimos siete días" y, por otro, el total acumulado, en los que, según el Ministerio, solo se suman "de forma diaria los casos en los que consta como fecha de fallecimiento la del día previo a la hora de elaboración del presente informe". Así, explica Del Águila, se distingue entre la fecha de notificación y la fecha real del fallecimiento, lo que permite ver "lo que está pasando" a tiempo real. "La cifra de defunción en los últimos siete días es lo que nos permite ver el número de personas que están falleciendo ahora, no las que lo hicieron hace dos semanas pero se notificaron tarde", explica.
La cifra oficial, por tanto, es esa: han fallecido 27.133 personas con covid-19, 56 en la última semana y cinco en las últimas 24 horas. ¿Por qué surge la polémica que lleva a Casado a acusar al Gobierno de "ocultar a los muertos"? Porque hay dos registros más. Uno es el que se extrae del informe del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. Otro, el que ofrece el Instituto Nacional de Estadística en la Estimación de Defunciones Semanales durante el brote de covid-19 (EDeS).
MoMo: 43.000
¿Qué es el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria? Tal y como explica Joan Villalbí, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), es un sistema "completamente distinto" al de Sanidad. "En España, antes de hacer un entierro o una incineración, hay que pasar por el Registro Civil, que depende de Justicia y es donde se registran los nacimientos y las defunciones", relata. La digitalización, continúa, permite que el volcado de los datos sea diario y, por eso, se puede "saber casi al día cuántas muertes ha habido en cada sitio". Esas son las muertes que refleja. El propio sistema lo explica así: El MoMo "utiliza la información de mortalidad por todas las causas que se obtiene diariamente de 3.929 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia, correspondientes al 93% de la población española y que incluye todas las provincias".
En la página web donde el MoMo publica sus datos, el último informe disponible es del 2 de junio, este martes. En él, se observa que durante el periodo del 13 de marzo al 22 de mayo ha habido un "exceso de mortalidad" cercano a las 43.000 personas. ¿Qué significa eso? "El MoMo lo que hace es mirar hacia atrás —diez años— y observar cuál es la mortalidad habitual para cada periodo del año", explica Del Águila. En función de eso, estima un número de muertes "esperables" para el mismo periodo y observa si la realidad se ajusta a ello. El sistema esperaba que entre el 13 de marzo y el 22 de mayo de este año se produjeran 77.930 defunciones, más o menos las mismas que en años anteriores. Sin embargo, el número de "defunciones observadas" para el periodo ha sido de 120.840, es decir, 42.910 más. Esa es la cifra que se denomina "exceso de mortalidad".
¿Significa eso que el covid-19 haya acabado con la vida de casi 43.000 personas, en lugar de las 27.133 que ha notificado Sanidad? Los dos expertos son claros: no. El propio MoMo explica que recoge la mortalidad "por todas las causas". Del Águila explica que los datos son "en bruto", es decir, que no distinguen las muertes por covid-19, las muertes con covid-19 o las muertes que nada tienen que ver con la crisis sanitaria y que han podido deberse, por ejemplo, a accidentes. "La muerte sigue existiendo", dice.
"Algunas de esas 43.000 muertes tendrán que ver con el coronavirus, otras no y otras habrán sido de personas que, indirectamente, han fallecido por covid", continúa Villalbí. Se refiere, por ejemplo, a alguien que antes de la pandemia tuviera una enfermedad terminal que pudiera haberse complicado tras un contagio. O a alguien que no pudo acudir a un hospital cuando lo necesitaba porque los medios sanitarios lo impedían. O a alguien que, aunque pudo, decidió no hacerlo por miedo a un posible contagio.
INE: 48.000
La otra cifra que ha sembrado dudas ha sido la ofrecida por la Estimación de Defunciones Semanales durante el brote de covid-19 (EDeS) publicada este miércoles por el INE. Se trata de un proyecto que, según explicó el propio organismo, pretende "estimar las defunciones" ocurridas durante la crisis sanitaria a patir de los datos "de los Registros Civiles combinados con información histórica de la Estadística de Defunciones". "El objeto es el estudio de las defunciones semanales ocurridas durante 2020 y su comparación con los datos históricos desde el año 2000, lo que permite interpretarlos con una perspectiva histórica necesaria, dada la variabilidad que presentan las defunciones a lo largo del tiempo", añade la institución. Los datos están disponibles en su página web.
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Si se observan los datos que ofrece el organismo, se puede observar que desde el 9 de marzo hasta el 24 de mayo se produjeron 134.583 fallecimientos, 48.072 más que los 86.511 del mismo periodo del año 2019.
Pero este dato hay que leerlo, dice Del Águila, igual que el del MoMo. "Estos excesos de mortalidad sirven para mostrar que ha pasado algo", dice. En este caso, una crisis sanitaria. Pero en ningún caso son cifras atribuibles de manera única al covid-19. Villalbí, por su parte, recuerda que el INE publicará, pasado el tiempo, la estadística de defunciones por causa de muerte correspondiente al año 2020. Y eso, adelanta, "nos dará una foto" que también será diferente.