Premio Cervantes
Cinco poemas para acercarse a Francisco Brines
A los 88 años, y cuando se cumplen seis décadas de la publicación de su primer libro, el poeta Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932) recibía este lunes el Premio Cervantes. Un reconocimiento que, en palabras del jurado, alababa su poesía "intimista", especialmente interesada en "la memoria, el paso del tiempo y la exaltación vital", y su condición de "maestro" de la generación del 50. Estos son algunos poemas que pueden servir de puerta a su larga carrera.
Los sinónimos
Más allá de la luz está la sombra
y detrás de la sombra no habrá luz
ni sombra. Ni sonidos, ni silencio.
Llámale eternidad, o Dios, o infierno.
O no le llames nada.
Como si nada hubiera sucedido.
De Insistencias en Luzbel (1977).
Aquel verano de mi juventud
Y qué es lo que quedó de aquel viejo verano
en las costas de Grecia?
¿Qué resta en mí del único verano de mi vida?
Si pudiera elegir de todo lo vidido
algún lugar, y el tiempo que lo ata,
su milagrosa compañía me arrastra allí,
en donde ser feliz era la natural razón de estar con vida.
Perdura la experiencia, como un cuarto cerrado de la infancia;
No queda ya el recuerdo de días sucesivos
en esta sucesión mediocre de los años.
Hoy vivo esta carencia,
y apuro del engaño algún rescate
que me permita aún mirar el mundo
con amor necesario;
y así saberme digno del sueño de la vida.
De cuanto fue ventura, de aquel sitio de dicha,
saqueo avaramente
siempre una misma imagen:
sus cabellos movidos por el aire,
y la mirada fija dentro del mar.
Tan sólo ese momento indiferente.
Sellada en él, la vida.
En Ensayo de una despedida (antología, 1997).
El vaso quebrado
Hay veces en que el alma
se quiebra como un vaso,
y antes de que se rompa
y muera (porque las cosas
se mueren también),
llénalo de agua
y bebe,
quiero decir que dejes
las palabras gastadas, bien lavadas,
en el fondo quebrado
de tu alma
y, que si pueden, canten.
En Para quemar la noche (antología, 2010).
Reencuentro
He bajado del coche
y el olor de azahar, que tenía olvidado,
me invade suave, denso.
He regresado a Elca
y corro,
no sé en qué año estoy
y han salido mis padres de la casa
con los brazos abiertos,
me besan,
les sonrío,
me miran
—y están muertos—,
y de nuevo les beso.
De Elegías a M. B. (2010).
Mi resumen
“Como si nada hubiera sucedido.”
Es ese mi resumen
y está en él mi epitafio.
Habla mi nada al vivo
La Comunitat Valenciana homenajea y da un "último abrazo" a Francisco Brines, un "maestro de poesía y vida"
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y él se asoma a un espejo
que no refleja a nadie.
En Jardín nublado (antología, 2016).