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Violencia machista

Así se reinventan los ayuntamientos para sacar partido en plena pandemia a los fondos contra la violencia machista

Concentración contra la violencia de género a las puertas del Ayuntamiento de Zaragoza.

La firma del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, en septiembre de 2017, abrió una ventana de oportunidad en la lucha institucional contra la violencia que sufren las mujeres. Los pasos posteriores sirvieron para apuntalar y afilar ese compromiso, mediante una responsabilidad mayúscula de las entidades locales. Los ayuntamientos, la administración más próxima a las víctimas y por tanto a la que se le presume mayor margen de maniobra, tienen a su disposición un fondo de 3,4 millones de euros (ejercicio 2020-2021) a repartir para la puesta en marcha de iniciativas, campañas y recursos contra la violencia. En un año marcado por la crisis sanitaria y con un futuro todavía incierto en el horizonte, ¿cómo gestionan los ayuntamientos estos presupuestos?

La partida está disponible en el seno de cada entidad local hasta el 30 de junio de 2021. Una vez concluido el ciclo de actuación, como ya ocurrió con las anteriores partidas, los ayuntamientos tendrán que justificar sus acciones mediante una memoria que deberá estar terminada a finales del próximo año. Un vistazo por el documento que detalla el reparto evidencia diferencias importantes entre territorios. El motivo tiene que ver con los criterios a la hora de distribuir el presupuesto: en primer lugar, se marca una cantidad fija de mil euros y a partir de esa base la cuantía se incrementa en 0,18 euros por habitantes. Además, los territorios integrados en el sistema VioGén y aquellos que cuenten con víctimas usuarias del servicio telefónico de atención Atenpro, serán prioritarios para el reparto de fondos.

El tamaño de los municipios marca diferencias en cuanto a la gestión: los ayuntamientos más grandes cuentan con un margen más amplio para hacer cambios estructurales, mientras que los de menor tamaño ven sus posibilidades mermadas. Muchas veces, transitar de lo analógico a lo digital en poblaciones envejecidas no es tarea sencilla.

En Medinilla y Neila de San Miguel (Ávila) la crisis sanitaria ha obligado a repensar la estrategia. En ambos municipios, la transferencia apenas supera los mil euros (1.017 para el primero y 1.011 en el caso del segundo) y sus habitantes no llegan al centenar. Hasta ahora, los servicios municipales habían utilizado los fondos para desarrollar talleres de igualdad, pero la pandemia obligó a echar el freno, señalan fuentes de los dos ayuntamientos. Hubo que pensar en cómo reformular el uso del dinero y se alcanzó una fórmula que abarcara dos prioridades: la lucha contra la violencia y la contención de la pandemia. Fue así como se decidió confeccionar mascarillas con logos morados contra la violencia de género, que se repartieron entre la población. Dependiendo de cómo vaya la situación, la administración decidirá el encaje de los nuevos presupuestos y si es posible retomar las actividades que quedaron sin hacer, como el impulso de talleres, la proyección de un cortometraje y el desarrollo de actividades de tipo participativo.

Apenas superan los mil habitantes en Vilobí del Penedès (Barcelona). Antes, explican al otro lado de la línea telefónica, los fondos del Pacto de Estado servían para "diseñar un plan con actividades" pero este año "ha sido más corta la ejecución". El Ayuntamiento guarda un remanente de 885,92 euros del ejercicio anterior, así que la última resolución les asigna una partida de 313,34 euros. En el pequeño municipio se organizaban actividades de carácter social y siempre presencial, incluso una cena en forma de "acto temático contra la violencia machista" a la que "se apuntaba mucha gente del municipio". Este año ha sido inviable, así que las actividades han adoptado una versión online, con las limitaciones que ello implica: "Muchas actividades pensadas para hacerlas presenciales han sido difíciles porque a mucha gente le cuesta adaptarse, sobre todo a la gente mayor". El Ayuntamiento ha puesto en marcha cursos de informática para tratar de enyesar la grieta digital. También se ha puesto en marcha una obra de teatro, esta vez presencial pero siguiendo las medidas de seguridad necesarias y limitando el aforo. El resultado ha sido un gasto menor del esperado y de ahí el remanente presupuestario. De cara al futuro, la batalla contra la violencia se seguirá librando en lo digital, pero la alternativa de las actividades presenciales seguirá siendo preferente si la pandemia lo permite.

En Villaconejos de Trabaque (Cuenca), con menos de 350 habitantes, presumen de haber hecho un uso concienzudo de los presupuestos en los dos ejercicios anteriores, mediante "charlas y un taller sobre la mujer en la ciencia". El presupuesto que le corresponde es de 1.061,92 euros, pero restando los remanentes acumulados, este año percibirá 308,48 euros. Ahora, sin embargo, las fuentes municipales consultadas son incapaces de trazar un plan sobre el destino de los fondos. "La gente no sale de casa, tiene mucho miedo, planteamos hacer un acto pero es muy complicado", lamentan. Una vez más, la pandemia dirá.

En Calañas (Huelva) se han visto obligados también a reformular la inversión de los 1.502,38 euros que reciben. "Ha sido muy trabajoso pasar a la virtualidad teniendo en cuenta que las mujeres que reciben la formación son casi siempre mayores de 50 años", dicen desde el Ayuntamiento. Pese a todo, el municipio trabaja codo a codo con la asociación de mujeres de la localidad para mantener los talleres y charlas que se venían realizando de manera habitual. "No hacer nada presencial es mucho más complicado", pero la formación es irrenunciable.

En Peñascosa (Albacete) hay más dudas. Quien atiende al teléfono reconoce no tener clara la utilidad del fondo, en su caso 1.060,12 euros. "En los pueblos pequeños es un dinero derrochado", afirman las mismas fuentes. Si ya era difícil antes, sostiene, con el covid-19 se han tenido que cancelar las actividades. El Ayuntamiento había organizado el pasado año la proyección de una película contra la violencia de género, con coloquio y reparto de folletos. Se organizó en dos ocasiones, pero no acudió nadie. El dinero restante se invirtió en campañas y así se hará ahora, con la idea de repartir mochilas o camisetas con algún logotipo contra la violencia. Las fuentes municipales, no obstante, cuestionan el alcance de este tipo de medidas: "Que gastemos el dinero en publicidad, ¿a quién conciencia?", se preguntan y reflexionan sobre un cambio de enfoque para reinvertir estos fondos.

En Navarra, los fondos de ayuntamientos como Orreaga, Luzaide y Auritz –todos en torno a los mil euros– los gestiona la Mancomunidad de Servicios Sociales de Auñamendi. Con los fondos de la anterior partida, la mancomunidad realizó un diagnóstico respecto a la prevalencia de la violencia de género que le ha servido para diseñar un protocolo local de intervención para la mejora de la atención de las mujeres víctimas de violencia machista. La pandemia, señalan desde la mancomunidad, ha obligado a digitalizar las formaciones a la población y además ha trastocado el diagnóstico, debido a las dificultades para hacer entrevistas y reuniones. Los fondos de 2020-2021 serán gestionados en consonancia con la Comisión de Igualdad y en función de las posibilidades se buscará la salida que más se ajuste a las circunstancias.

Refuerzo estructural en las ciudades

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En las urbes medianas y grandes, la dimensión del presupuesto permite maniobrar con mayor holgura y llevar a cabo cambios estructurales. València cuenta con una partida de 145.944,90 euros que ha servido para "no parar, seguir atendiendo a víctimas y luchar contra la violencia a través de congresos, videoconferencias y campañas". Durante el confinamiento, explican fuentes municipales, la atención a víctimas ha sido telefónica pero "en permanente contacto con ellas y haciendo seguimiento", en el marco del Espai Dones i Igualtat del Ayuntamiento. Con los fondos del Pacto de Estado, València organizaba además un festival con perspectiva de género el 25N, Igualment Fest, "un hito porque se ponía en coordinación a todas la entidades, participaban expertas y se organizaban conciertos y talleres". Este año no ha podido ser, pero se ha transformado a lo digital. "Otros años estábamos todas juntas, abrazándonos mesa con mesa, este año nos hemos adaptado a la situación". El próximo año, la dinámica será similar: reforzar la atención a las víctimas y mantener las actividades siguiendo las medidas vigentes en cada momento.

En Barcelona, los 297.590,22 euros percibidos se invertirán en cubrir parte del presupuesto del Centro Municipal d'Acolliment d'Urgència per Violència Masclista (CMAU-VM), un servicio considerado esencial, por lo que la pandemia no interfiere en los esfuerzos municipales. El resto de la inversión en el centro corresponde en exclusiva al Consistorio de Ada Colau y así seguirá siendo por el momento. En Zaragoza, confirman fuentes oficiales, los fondos del ejercicio anterior fueron invertidos en refuerzo del personal que atiende a las mujeres víctimas: contratación de dos psicólogas, una educadora social y un técnico medio sociocultural. Para ello se destinó un total de 91.594 euros. Además, señalan las mismas fuentes, durante el estado de alarma "se hizo una campaña de sensibilización y prevención de cualquier forma de violencia contra las mujeres, que apelaba al conjunto de los ciudadanos" bajo el lema "no te calles, hazlo por ella" y que supuso un coste de 15.358 euros con cargo al fondo estatal. El resto fue invertido en actividades de prevención con adolescentes. Este año, Zaragoza recibirá 122.373,75 euros que de nuevo servirán para refuerzo del personal por ser "lo más urgente y necesario para el servicio".

También irán destinados al servicio de atención a víctimas los 126.919,62 euros del pacto que recibe el Ayuntamiento de Sevilla. En este caso, el planteamiento pasa por invertirlos en un programa de orientación y formación a mujeres víctimas de trata, un objetivo que se mantiene intacto pese a la pandemia. En Pontevedra sí admiten diferencias respecto a años anteriores. Hasta ahora, el Ayuntamiento destinaba los fondos a organizar "unidades didácticas" para mejorar la formación en los institutos y celebrar charlas en centros educativos, además de diseñar campañas, charlas presenciales –entre otras, una conferencia sobre relaciones tóxicas en San Valentín–, exposiciones artísticas –sobre la mujer y el rural– y actividades al aire libre. Hasta que llegó marzo y el estado de alarma. "Teníamos algunos proyectos que tuvimos que cambiar por actividades online, pero el impacto no es el mismo", lamentan fuentes oficiales en conversación con este diario. Aunque en Pontevedra también se han desarrollado campañas de publicidad, con material y folletos divulgativos, su apuesta está en las "actividades educativas y de sensibilización, pero en la calle", algo que la pandemia ha obstaculizado. Con los 17.918,28 euros de los que disponen, se organizará de cara al primer semestre de 2021 "un refuerzo del apoyo psicológico en el Centro de Información á Muller, priorizando la atención a las víctimas".

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