El 15M de Yolanda Díaz: de abogada laboralista y concejala en Ferrol a vicepresidenta comunista de Pedro Sánchez

Yolanda Díaz terminaba la semana pasada celebrando la ley rider, un hito al obligar a asalariar a entre 15.000 y 30.000 repartidores de plataformas digitales que ejercían como falsos autónomos. Este lunes, antes del movimiento de Pablo Iglesias que ha causado un nuevo terremoto político, se conocía que la Inspección de Trabajo había regularizado a casi 61.000 trabajadores del campo en apenas tres semanas, pasando de temporales a fijos, según El País. En breve arrancará la negociación para desarticular gradualmente la reforma laboral de Mariano Rajoy. Y atrás queda el diseño de los ERTE, que ha beneficiado a más de cuatro millones de personas en lo peor de la pandemia, los decretos sobre teletrabajo en empresas privadas y sector público o las visitas a centros de trabajo para detectar falsos becarios o casos de explotación en el campo, causando la furia de las patronales agrarias.

Un balance considerable para un año y poco más de Gobierno de coalición que ha llevado a Yolanda Díaz (Ferrol, 49 años) a ser una de las ministras mejor valoradas según el CIS y una de las más queridas entre los votantes de Unidas Podemos. Díaz, muy cercana a Iglesias, procede de la tradición comunista y, con este trueque, se perfila como heredera directa del líder de UP. Propuesta vicepresidenta segunda, en estos momentos todas las vicepresidencias del Ejecutivo de Pedro Sánchez las coparían mujeres. Desde este 15 de marzo, la ferrolana pasa a ser la cabeza visible de la izquierda del PSOE. Es el 15-M de Yolanda Díaz (el 10º aniversario de la irrupción de los indignados será el 15 de mayo).

Hija y sobrina de sindicalistas (su padre, Suso Díaz, fue secretario general de CCOO en Galicia), mamó del obrerismo en Ferrol, en el Barrio de San Valentín, uno de los enclaves más industriales del noroeste. Yolanda Díaz estudió Derecho, cursó tres másteres, abrió su despacho laboralista en 1998. En 2003 se hizo con un acta de concejala en su municipio, convirtiéndose en teniente de alcalde (la número dos) hasta 2008, cuando la coalición se rompió. Antes, en 2005 se encaramaba al liderazgo de Esquerda Unida, la marca gallega de IU que por entonces era marginal en Galicia.

En el PCE pero no en IU

El primer gran cambio vino en 2012: con el carismático Xosé Manuel Beiras alejado del BNG, Díaz se acercó a él y Pablo Iglesias acudió como investigador de la Universidad Complutense a asesorar a ambos de cara a las autonómicas. Lanzaron Alternativa Galega de Esquerda, AGE, que con un 13,91% superó al BNG y se convirtió en tercera fuerza. Nadie lo sabía entonces, pero la semilla de Podemos a nivel estatal había sido plantada.

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Después vino el vendaval Podemos: elegida diputada en 2015, en 2016 y en abril y noviembre de 2019, se mantuvo asida al brazo de Iglesias en esos turbulentos años marcados por las polémicas internas y por la estampida de Íñigo Errejón en enero de 2019. En julio de 2019 estallaron las negociaciones entre PSOE y Podemos para formar Gobierno. IU pidió un acuerdo programático y abandonar la idea. Yolanda Díaz no solo no siguió a su partido, sino que se borró manteniendo solo el carné del PCE. Al final hubo elecciones y coalición. Y hoy el PCE es uno de los principales aliados de Iglesias.

La entrada en el Gobierno disparó su popularidad, especialmente con el confinamiento: movilizó el diálogo social y se puso manos a la obra con el gran escudo de protección social, el Expediente de Regulación Temporal de Empleo que evitó la destrucción de millones de empleos. Se ha reunido decenas de veces con sindicatos y patronal, llegando el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, a elogiarla en privado. 

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