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Sesión de control

Podemos anuncia una querella contra el número dos del PP por "comprar diputados" en Murcia

El vicepresidente del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, elevó este miércoles un poco más la temperatura política de la precampaña electoral en Madrid anunciando en su despedida en la sesión de control del Congreso la presentación de una denuncia por cohecho contra el número dos del PP, Teodoro García Egea, al que acusa de haber comprado la voluntad de varios diputados para salvar al Gobierno del PP en Murcia.

Los 26 años del Gobierno del PP en Madrid, explicó Iglesias, “tienen que ver con dos fraudes”. El primero,“un fraude a la democracia cuando ustedes compraron a dos diputados del PSOE. El segundo con una fraude a las arcas públicas que hizo que ustedes hayan ido a las elecciones financiándose ilegalmente y haciendo trampas”.

Ahora, añadió el líder de Unidas Podemos, “vuelven ustedes otra vez a presumir de tamayazos y de comprar diputados. Pues eso se tiene que terminar”. Por eso, anunció, “vamos a presentar en las próximas horas una denuncia en la Fiscalía Anticorrupción contra usted por delito de cohecho. Porque ya está bien de corruptos, ya está bien de comprar diputados, ya está bien de impunidad”.

García Egea ha sido presentado públicamente por su partido, incluso con el elogio de Pablo Casado, como el muñidor del fracaso de la moción de censura en Murcia, que sólo fue posible después de que el presidente murciano, Fernando López Miras, ofreciese puestos en el Gobierno autonómico a tres diputados de Cs que iban a apoyar la moción de censura presentada por su partido de común acuerdo con el PSOE. Y después de ofrecer a puestos en el ejecutivo a otros diputados ultraderechistas de la Asamblea de Murcia.

Desde entonces se han sucedido las acusaciones de compra de voluntades contra el número dos del PP, de momento sin pruebas, más allá de la remuneración que conllevan los puestos en el Gobierno murciano.

El anuncio de Iglesias y su despedida del Congreso —en los próximos dias abandonará el Gobierno y la Cámara para presentarse a las elecciones madrileñas, pese a que no está obligado a dejar su esxaño y perder su aforamiento judicial—, eclipsaron el nuevo intercambio de duros reproches entre Pablo Casado y Pedro Sánchez que se viene repitiendo semana a semana en la sesión de control del Congreso. 

Primero el líder del PP sacó pecho del fracaso de la moción de censura en Murcia, gracias a tres tránsfugas y a varios diputados de la ultraderecha, y de la de Castilla y León, en la que el PSOE no logró el respaldo que necesitaba. Son “fiascos”, “fracaso estrepitosos” que atribuyó personalmente al presidente del Gobierno por “jugar al Monopoly con las instituciones”.

En su respuesta, Sánchez le pidió “un poco de pudor”, porque si las mociones fracasaron fue por la decisión del PP de apoyarse en tránsfugas y en la ultraderecha. “Ayer decía que le daba risa cuando escuchaba que el PP no tenía proyecto. No es que dé risa, da pena ver al PP liderado por usted”, le espetó.

En la misma sesión Sánchez y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, escenificaron su distancia tras el fracaso de las mociones —la de Murcia iba a abrir el primer intento de colaboración política entre el PSOE y la formación naranja— y a las puertas de unas elecciones en Madrid tras las cuales el candidato socialista, Ángel Gabilondo, aspira a gobernar con la ayuda de Cs.

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Arrimadas acusó a Sánchez de querer administrar sin controles adecuados los fondos europeos y confesó su temor a que el modelo vaya a ser el de las ayudas concedidas a la aerolínea Plus Ultra, que su partido considera injustificadas y sobre la que toda la oposición ha extendido la sospecha en los últimos días.

Sánchez eludió hablar del caso Plus Ultra. Reprochó a Arrimadas haber ido al Congreso a dar “un mitin” y defendió los controles que la Intervención General del Estado y la Oficina Antifraude harán de todas las ayudas europeas.

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